Organización y movilización, son la banderas que a viva voz se escuchan en las marchas, son los ingredientes esenciales del discurso revolucionario por doquier, nadie pone en duda que el éxito de nuestra REVOLUCIÓN esta indivisiblemente ligado al Pueblo, es él con su ORGANIZACIÓN y MOVILIZACIÓN quien garantizará el ejercicio verdadero de la democracia directa, que permitirá transformar la cultura de pasividad y democracia representativa, propia del Estado Nación que pretendemos cambiar. Nuestra REVOLUCIÓN es DEMOCRÁTICA, BOLIVARIANA y SOCIALISTA, lo cual se traduce en un nuevo orden social conformado por nuevas relaciones sociales, nuevas instituciones sociales y un nuevo hombre/mujer como ser individual y ser social.
Pareciera estar claro ¿Qué hacer?: Organización y movilización. Luego, cabría preguntar: ¿Cual es el saldo de estas iniciativas de organización y movilización en la Revolución Bolivariana?, ¿Es pertinente una revisión y reflexión ahora?, ¿Se va por buen camino o es necesaria una reorientación?, ¿Es suficiente Movilización y Organización, o hace falta algo más?
Al revisar nuestra historia en REVOLUCIÓN, los 10 últimos años, encontramos un inusitado auge en la promoción institucional de iniciativas de organización popular, que se reflejan en comités de tierras, comités de salud, consejos locales de planificación, círculos Bolivarianos, Núcleos de desarrollo Endógeno, medios alternativos comunitarios, cooperativas, organizaciones de usuarios y usuarias, puntos de encuentro, consejos comunales, unidades de batalla electoral transformadas luego en Unidades de Batalla Social, partidos, consejos comunales, etc., este desarrollo ha tenido un punto de inflexión o cambio de pendiente positiva, creciente, creemos que como consecuencia del golpe de Abril del 2002 y el sabotaje petrolero de 2002-2003, situación ésta que hizo tomar en cuenta, en la dirigencia Bolivariana, por la vía de los hechos, la necesidad de radicalizar el proceso, hacerlo públicamente Revolución, reconocerlo Socialista y Anti-imperialista, y entenderlo desde la perspectiva del pueblo y no desde la posición del Estado Burgués y sus instituciones. Así nacen, algunas veces se desarrollan y reproducen, y otras mueren, creemos también en forma prematura, estas organizaciones, con el riesgo, al no tener éxito, del costo que ello implica, que no es otro que el desgaste y el efecto contrario, la fragmentación, desmotivación y desmovilización del pueblo. Hay un refrán popular que podría ilustrar este comportamiento “Arrancada de tigre y parada de Burro”.
¿Dónde se hallan las verdaderas causas de este ensayo y error permanente?, de esta recurrencia en los errores, de la falta de foco, ¿Por qué es tan difícil alcanzar logros sostenibles?, ¿Por qué conseguimos que la participación merma?, ¿cómo motivar la participación?, es frecuente oír las siguientes expresiones en el análisis del problema de las organizaciones: “son siempre los mismos”, “Se repiten los actores en las distintas organizaciones, a veces de manera simultánea”, también evidenciamos el cansancio de quienes lideran las iniciativas y la necesidad natural del relevo en la dirección.
Caramba, más que respuestas surgen preguntas, que se convierten en hipótesis de carácter multifactorial, multi-dimensional y quizás transdisciplinario. Podría atribuirse una parte de la responsabilidad a la educación, como institución social que prepara al hombre/mujer para la vida social, tenemos una mora en nuestra ley Orgánica de educación que es de 1981; pero también podría decirse un tanto de las otras instituciones del Estado (en sus poderes Nacional, Estatal, Municipal) y todo su marco legal, que no han cambiado al ritmo de las exigencias, que se ha demorado en desmontar el Estado paquidérmico y Burocrático, y peor aún Burgués, que retrasa y hace ineficiente las respuestas del mismo a las exigencias de la sociedad, que responde a los intereses de una élite; no faltará, también, reconocer la responsabilidad de los medios de difusión masiva, como modeladores del comportamiento humano, y reflejo-reforzador de una hegemonía cultural y política, ya no sólo local sino globalizada. Todas estos planteamientos son válidos, pero más que causas podrían representar consecuencias, de un problema mayor, para lo cual habría que elaborar las hipótesis necesarias y confrontarlas con las evidencias levantadas en la observación, en la realidad, analizar los resultados y concluir en teorías, que permitan luego establecer las acciones pertinentes. Esto es aplicar el método científico, por ello insiste el líder presidente en el Socialismo Científico en contraposición al Socialismo Utópico.
Por otro lado, estas razones supuestas en nuestras hipótesis iníciales, son externas, están afuera del hombre/mujer, soslayando la responsabilidad individual, que en definitiva se traduce en el espíritu que a su vez potencia la voluntad, que luego se manifiesta en el rol desempeñado de hijo, hija, madre, padre, esposo/esposa, vecino/vecina, ciudadano/ciudadana, trabajador/trabajadora, jefe o jefa, funcionario/funcionaria público, o como profesional, por tanto, es obligante, hacer las siguientes preguntas: ¿Qué cambios se han dado a lo interno?, ¿Cuanto de la realidad familiar, local, estatal, nacional, regional e internacional se conoce,?, ¿Se tiene claridad en el horizonte que se proyecta y sirve de guía? ¿La visión individual es la visión compartida por familiares, por vecinos de la comunidad, por compañeros de trabajo, por compañeros de estudio, por el país?.
El buscar todas estas respuestas, que se dan en lo individual, también se repiten en lo colectivo, se podrían resumir todas en la pregunta ¿Por qué o para qué?, que sugerimos acompañar siempre con la pregunta ¿Qué Hacer?, que a nuestro entender son inseparables, y están unidas orgánicamente.
Siempre, en nuestra manera de vivir, inconsciente o conscientemente, nos hacemos ambas preguntas, para tomar DECISIONES, ¿Qué hacer? y ¿Para qué y por qué?, una acción tiene subyacente una motivación, ya sea producto de una reflexión personal, o como resultado de una imposición cultural o social. Esta respuesta es nuestro combustible, que genera una apetición que va desde lo sensible hasta lo racional o intelectual. Como lograr este crecimiento en el ¿Por Qué?, la respuesta pudiera ser con el aumento de la conciencia, partiendo de lo subjetivo e individual, pasando por lo objetivo y social, hasta llegar a ascender al nivel de lo humano, lo que diría Hegel Espíritu Subjetivo, Espíritu Objetivo y Espíritu Absoluto, respectivamente.
Este planteamiento de toma de conciencia, en el entendido de que conciencia es la suma de conocimientos, también se podría reparafrasear en la necesidad de acompañar toda práctica con teoría, para que en este sentido la práctica sea transformadora, es decir praxis.
Decía Lenin, “Sin teoría revolucionaria tampoco puede haber movimiento revolucionario” en su escrito de 1902, titulado ¿Qué hacer? o ¿Por dónde empezar?, surgido en el momento en el cual la socialdemocracia se debatía entre dos tendencias: el camino del Reformismo u oportunismo y el camino de la Revolución, la una privilegia la conciliación y reformas sociales con el Estado Burgués y la otra, reivindica la ruptura con el viejo Estado y promueve la creación de un nuevo orden social, un nuevo Estado, sin traficar con los principios, para ese entonces el debate del marxismo estaba agotado en Rusia. Agrega, Lenin: “Quien conozca por poco que sea el estado efectivo de nuestro movimiento, verá forzosamente que la vasta difusión del marxismo, ha ido acompañada de cierto menosprecio del nivel teórico. Son muchas las personas muy poco preparadas, e incluso sin preparación teórica alguna, que se han adherido al movimiento por su significación práctica y sus éxitos prácticos”. (pág. 12, Subrayado nuestro). También más adelante añade, citando a Engels (1874), “Sobre todo los jefes deberán instruirse cada vez más en todas las cuestiones teóricas, desembarazarse cada vez más de la influencia de la fraseología tradicional, propia de la vieja concepción del mundo, y tener siempre presente que el socialismo, desde que se le ha hecho ciencia, exige que se le trate como tal, es decir, que se le estudie”. (Subrayado y negrillas nuestro). Huelgan los comentarios, si nosotros abogamos por el socialismo del Siglo XXI, debemos considerar que VENEZUELA es hoy un gran laboratorio humano y social, que requiere de estudio para elaborar nuestras propias teorías, acorde a nuestras circunstancias.
Desgasta y es ineficiente comenzar a hacer algo sin tener claridad en los objetivos que se persiguen, sin haber previsto escenarios posibles con sus respectivas acciones, sin tener mecanismos de monitoreo de los resultados, sin tener un banco de herramientas para responder a los imprevistos, que son la generalidad de los casos por más que se planifique, no se trata de burocratizarse ni de hacerse tecnócratas, se trata de aprovechar las experiencias y los apredendizajes que nos brinda la humanidad, ya sean obtenidos por las ciencias o por los saberes populares, para superar los obstáculos e incrementar el conocimiento, y como consecuencia para el éxito en el logro de los objetivos planteados y así avanzar, con cada acción que emprendamos, en la construcción del PODER POPULAR y consecuentemente del SOCIALISMO VENEZOLANO.
hablemosconmusica2111@gmail.com