Ciertamente el Presidente Hugo Chávez Frías es padre y madre de este proceso revolucionario, creador e impulsor de este socialismo científico del siglo XXI, caeríamos en una vergüenza con la historia al no aceptar este hecho tan significativo. Nadie puede dudar ese ideal Socialista, esa dogma, en la mente y corazón del Camarada Hugo Chávez, su amor humanista se palpa en la satisfacción de un pueblo que sabe corresponderle. Pero el termino “Chavista” lo embozo ante otra situación totalmente diferente, ajena a la voluntad del máximo líder venezolano y ceñida a la cruda realidad que aunque parezca ofensa, es necesario debatirla en cualquier escenario, pues no hay peor ofensa que utilizar el nombre del padre de esta revolución como etiqueta o pase de cortesía en una fiesta donde solo caben socialistas de corazón.

Desde el triunfo del Comandante Chávez, y tal vez antes, a la causa se sumaron venezolanos apoyándolo, muchos lo aman tanto que salieron a las calles a reclamar con valentía el regreso de su líder en aquellos días donde la burguesía trato de cambiar con golpe lo glorioso que ha significado el mes de Abril en nuestra historia; otros siguen sumándose por necesidad, Chávez resulta para estos la esperanza de tener un pan para comer, un pupitre en el colegio y un lugar de trabajo. Pero incontables, y a ellos este articulo, han encontrado la oportunidad de vestirse de Camilo y empotrarse en este ciclo de transición para su propio interés. Son como aquellos que buscan la redención vociferando ser católicos, pero no asisten a la iglesia ni comulgan con los sacramentos. Fariseos llenos de falsedad, meros oportunistas con visión futuristas, pues nada mas para ellos este proceso significa una plataforma mas para continuar con sus ambiciones de poder, pero no un poder en beneficio del prójimo, sino un poder para lograr sus metas capitalistas y enriquecerse a costa del sufrimiento del pueblo.

¿Cuantos de estos que gritan ser Chavistas dándose golpes de pecho, que salen a las calles a batirse contra los escuálidos defendiendo la permanencia de este Gobierno y repitiendo las consignas que han emancipado la lucha revolucionaria en cualquier acto público; cuantos de estos en algún momento a solas con la nada, en ese minuto de sinceridad consigo mismo, ha dado a conocer a la providencia que el único motor de ese Chavismo que invoca, es el interés de conseguir un puesto en el gobierno, de lograr se le otorguen unos recursos económicos que para nada le son de procura urgencia que no sea la compra de un vehículo por vanidad, la adquisición de una vivienda y obtener dinero gracias a su posterior alquiler, o beneficiar en prioridad a su núcleo familiar mientras otros en la verdadera pobreza deben continuar en una lista de espera a la que nunca llegara su turno por burócratas y corruptos que utilizan la etiqueta de Chavistas para enriquecerse?

¿Acaso camaradas, no enseñaban los pasajeros de la historia socialista, que ante todo, y me atrevo sin ningún temor a equivocarme, debe prevalecer el amor al prójimo, al vecino, al pueblo todo, inclusive por encima al de la madre, al de los hijos y esposas, hermanos y amigos?

¿No es cierto camarada, que el verdadero Socialista ha dejado en más de una oportunidad a la madre, esposa e hijos en la soledad, por buscar mediante su lucha, a través de su ideal, las mejoras y soluciones de los problemas del prójimo?

He aquí, en mi análisis indigente, que concibo una posible respuesta a aquella consulta: ¿Cómo lograr el Socialismo?.

No pueden existir Chavistas si primero no somos Socialistas. El propio Presidente dejaría de ser Chavista si no fuese primero Socialista. A pesar de haber nacido primero como humano y luego desarrollar la idea de este Socialismo científico amoldado a nuestra realidad social, política, económica y cultural, una vez nacida esta idea, el padre deja de serlo para convertirse en una herramienta de este ideal, es decir Chávez es absorbido por este Socialismo y no lo inverso.

El mensaje del Presidente es claro, construir el socialismo a costa de nuestras vidas. Así lo asumimos quienes entendemos que “Patria, Socialismo o Muerte” no es un simple lema, y para vencer hace falta sembrar en el corazón de los venezolanos, ese sentimiento socialista repleto de amor por la humanidad, ser socialista es ser altruista, es la verdadera religión, es un nuevo orden que debe vencer a todo lo que conocemos y se le atribuye al mal, el capitalismo es el rey de ese mal.

Entonces Camaradas, empecemos con nuestros militantes, con aquellos que utilizan el termino Chavista como plataforma de sus oportunidades particulares; sembremos en ellos el hermoso ideal que es el Socialismo, que no es otra cosa que el amor y la dedicación por el prójimo antes que a nosotros mismos. El partido debe ser punta de lanza en esta cometida, cada casa psuvista de las parroquias venezolanas, tiene el compromiso de funcionar como escuela doctrinaria, es una labor de todos los días y de tiempo completo. Esto, aunado al programa social y humano que lleva el gobierno bolivariano en proporcionar las condiciones para un mejor sistema de vida del venezolano, redundara en el posible convencimiento y entendimiento de quienes hoy siguen confusos por el anticristo que no es otro que el Capitalismo.

Estamos en la peor etapa de este ciclo de transición, la convergencia de la economía social y la economía no social, traen al país momentos de tribulación, es aquí, en esta hora del tiempo y de la historia que debe profundizarse para que prevalezca la fe en el Socialismo, quien no sea radical será consumado con la plutocracia por su efímero hedonismo pues el país y por ende la América de Bolívar esta destinada por la pluma y el corazón de sus pueblos a vivir en igualdad y esto solo se logra con el Socialismo.-

“Sembrad, sembrad muy íntimo la idea,
pues el viento del norte es estoico”.
ERWIN JOSE SANCHEZ

“Patria, Socialismo o Muerte… Venceremos”

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Machiques de Perija.