En estos días he
estado por Caracas siguiendo con la tarea que nos encomendara el ciudadano
Presidente de
Me he
encontrado allí con un debate al que no le había prestado atención, el tema
“Intelectuales, Democracia y Socialismo”. Y de verdad, verdad, me apasionó.
Muchas veces no
tengo tiempo para escribir, aunque me gustaría poder hacerlo más seguido, pero
en esta oportunidad decidí quitarle un poco de tiempo al descanso y a otras
actividades para decir lo que pienso hoy, cuando recién mi formación política
ideológica está comenzando, sobre el tema central de ese debate: el papel de la
crítica y el intercambio de ideas y propuestas para buscar soluciones a los
problemas en la revolución.
Y lo voy a
hacer desde una experiencia que realmente me conmocionó, el Taller realizado el
21 de mayo en Guayana con 400 trabajadores del hierro, el aluminio y el acero y
en el que gracias a Dios participó el presidente Chávez.
Fue una
experiencia única en mi vida.
¿Por qué digo
esto? En primer lugar el Taller fue necesario porque había y hay graves
problemas en las empresas básicas y para ponerlas al servicio del proyecto
socialista, y era imprescindible hacerlo con los trabajadores que desde hace
mucho venimos haciendo propuestas y somos quienes en la práctica diaria sabemos
como encarar los problemas. Pero es necesario aclarar que tampoco podía haber
llegado a buen puerto sin la participación de intelectuales, para llamarlos de
alguna manera, como el ministro Giordani, y el camarada, ingeniero de profesión
y obrero socialista, revolucionario, de práctica cotidiana Elio Sayago, quien
participó por medio de una ponencia en esas jornadas realizadas en el Centro
Internacional Miranda, entre muchos otros participantes del Taller.
También porque
allí, en el espacio que abrió ese Taller, pude comprender de manera concentrada
casi un año de lucha para encontrar una solución a los problemas de nuestras
empresas, desde la visión del proceso revolucionario, del socialismo.
Lo que se
debatió en el Taller y luego fue presentado, en vivo y en directo, por los
relatores de las mesas, estuvo cargado de críticas al viejo funcionamiento
capitalista de las empresas básicas, es decir el mantenimiento en ellas de
relaciones sociales de producción capitalistas. Las debilidades por parte de
funcionarios del gobierno para resolver los problemas que los empresarios
privados les crean a los trabajadores, a la revolución y al país. La lentitud
para las soluciones y a veces la falta de oídos para los reclamos y las
propuestas del pueblo revolucionario. También se pudo plantear en público y por
la televisión, la existencia de cuarto republicanos en algunos puestos de
dirección de esas empresas y el sabotaje que hacen cotidianamente (lo que el
presidente quedó en corroborar). Cuando
comencé a revisar los debates en el evento “Intelectuales Democracia y
Socialismo” empecé a ver enormes similitudes con el debate que dimos en las
mesas los trabajadores, funcionarios y dirigentes obreros y del PSUV.
Como muchos han
visto por televisión en una cadena nacional que se prolongó por más de tres
horas, la alegría, la emoción la disposición revolucionaria que reinaba en el salón
del Club Caronoco en las instalaciones de Ferrominera, eran enormes. Yo puedo
confesar sin avergonzarme que cuando se anunció la nacionalización de Matesi
lloré.
Y por qué esta
emoción, esta renovada disposición a la lucha, y a la decisión de profundizar
la revolución en transito al socialismo como clase obrera. Porque nos había
costado casi un año de pelea pero habíamos logrado abrir las puertas para ser
escuchados, porque el presidente Chávez fue capaz de aceptar gran parte de
nuestras propuestas y porque además se le dio continuidad en unas mesas de
trabajo donde se fue elaborando una propuesta que será entregada al mismo
presidente. Muchos sentíamos que por fin respirábamos aire puro después de
meses de lucha.
En esa
experiencia es que entendí la importancia de la crítica y el debate, lo necesario
que es que se puedan expresar todas las ideas por más distintas que estas sean
entre sí, porque al final, en la lucha revolucionaria se encuentra la síntesis,
la verdad, por decirlo de alguna manera. Porque como cuenta la revolucionaria
cubana Celia Hart, citando a Martí, en un libro recientemente editado por
Por eso quiero
saludar desde Guayana, en esta nueva etapa en la lucha por la transición al
socialismo en la que entramos, a los participantes del encuentro “Intelectuales Democracia y Socialismo”, por
su decisión de expresar libremente sus opiniones, creo que ese es el camino
para construir la verdad, sin que nos falte ninguna parte de ella. En especial
a los que de entre ellos conozco porque nos acompañaron siempre que los
necesitamos.
*Secretario General del sindicato de los trabajadores
de Matesi. Representante del sector briquetero. Impulsor para la creación de