(Londres, 1847)

El I Congreso de la Liga Comunista

En el mes de noviembre de 1846, El Comité Central de la Liga de los Justos, establecido en Londres, convocaba a un Congreso que debería celebrarse en Londres el 1º de mayo de 1847 y que, por diferentes razones, fue aplazado hasta el primero de junio del mismo año. El Comité Central había elaborado un proyecto de Profesión de Fe Comunista que debería ser presentado al Congreso para su discusión. Esta fecha registra el primer Congreso de carácter internacional que aparece en la historia del movimiento obrero.

Antes de la celebración del Congreso, el Comité Central de la Liga –el 20 de enero- envía a José Mol a Bruselas, para entrar en conversaciones con el Comité de Correspondencia de Marx y con vistas al Congreso convocado para el mes de junio. Marx y Engels aceptan tomar parte en el Congreso y, como medida previa, el Comité de Correspondencia de Bruselas transformase en una sección de la Liga de los Justos. Marx y Engels estimaban llegado el momento de participar en la Liga y de dotar al proletariado de una auténtica dirección revolucionaria.

La misión de Moll no se circunscribe a Bruselas. Después de las gestiones realizadas con Marx, desplazase a París, donde se encontraba en aquellos momentos Engels, con el que se entrevista. Moll declara en París lo que había declarado en Bruselas: que la Liga estaba de acuerdo con el pensamiento político de Marx y Engels y con la orientación del Comité de Correspondencia; que el Comité Central de la Liga les invitaba al Congreso para que en él expusieran sus teorías, sus posiciones ideológicas; que podrían elaborar un manifiesto en el que expusieran su pensamiento; que la Liga podía ser transformada en una organización nueva, más eficiente: “Si nosotros estábamos adheridos a la Liga -dice Engels en Contribución a la historia de la Liga de los Comunistas- es porque nos daría la ocasión de desarrollar en un manifiesto nuestro comunismo crítico en el seno de un Congreso general de la Liga. Este manifiesto sería en seguida publicado como Manifiesto de la Liga. Nosotros podríamos así hacer que la organización anticuada de la Liga fuera reemplazada por una nueva organización, conforme a los nuevos tiempos y a nuevos propósitos.”

La labor metódica y sistemática de Marx y Engels ofrecía sus primeros frutos. El Congreso celebrose en la fecha indicada. Engels asistió, representando los grupos de París, y Guillaume Wolff el de Bruselas. Marx no pudo asistir. Entre sus decisiones, el Congreso acordó la transformación de la Liga, que en lo sucesivo se llamaría Liga Comunista. El Congreso acuerda, igualmente, la publicación de un órgano de expresión que se titularía Revista Comunista, así como la elaboración de unos Estatutos. El Congreso examinó el Proyecto de Fe Comunista presentado por el Comité Central y después de innumerables enmiendas presentadas por Engels, el Congreso acuerda enviarlo a las secciones para un nuevo estudio. Marx y Engels, después de la celebración del que puede ser considerado como el primer Congreso del movimiento obrero internacional, realizan una intensa labor para transformar la Profesión de Fe Comunista en un verdadero documento, en una pieza de orientación socialista y revolucionaria que señalara al proletariado el único camino de su emancipación.

En septiembre de 1847, Marx escribe a Engels desde Bruselas denunciándole la existencia de ciertas maniobras. “Por medio de los alemanes de aquí –le decía- todos los elementos descontentos de nosotros y de nuestra acción han formado una coalición para derribarnos, a ti y a mí, a todos los comunistas en general y hacer competencia a la Asociación Obrera”.

Marx le informaba de que algunos elementos, con un tal Moras, se lamentaban por todas partes de que eran tratados con indiferencia. Moras está enfadado, de otra parte, “por no haber ganado para las ideas de Heinze el periódico Le Journal de Bruxelles, Cruger y Moras –añadía- se lamentan e intrigan.” Marx y Engels desde el primer momento tienen que luchar en contra de las maniobras de los “intrigantes”, los roedores en el seno del movimiento obrero.

El segundo Congreso de la Liga, primero de la etapa de la Liga Comunista, celébrase en Londres a finales de noviembre y primeros de diciembre de 1847, al que asistieron Marx y Engels. Los Grupos de París habían adoptado una resolución para que fuera elaborada una nueva Profesión de Fe Comunista. Esta proposición favorecía los propósitos de Marx y Engels de sustituir la Profesión por un documento político de otro tipo. Así, Engels escribía a Marx desde París diciéndole: “Reflexiona un poco sobre la Profesión de Fe. Lo mejor que haríamos, a mí juicio, sería renunciar a la forma de catecismo que tiene y de tomar como título el de Manifiesto del Partido Comunista.” Aquí aparece por primera vez la idea del Manifiesto Comunista, de esa pieza magistral a la que Stalin llamó “el Cantar de los Cantares del marxismo”. La obra inmortal del verdadero socialismo. La fuente ideológica en la que beberían las generaciones futuras del socialismo.

El 26 de noviembre de 1847, desde París, poco antes de salir para Londres, Engels escribe de nuevo a Marx para comunicarle que, al fin, había podido entrevistarse con Luís Blanc. “Naturalmente –le decía-, había en su casa una masa de imbéciles, entre ellos Ramón de la Sagra, que me entregó un folleto que te envío. Yo aún no lo he leído. Finalmente aproveché la oportunidad para cambiar con él algunas palabras sobre nuestros asuntos. El me declaró, vacilando, que aún no había tenido tiempo para leer tu libro (Miseria de la filosofía). Lo he hojeado –me dijo- y he visto que Proudhon es atacado vivamente.”

Por esta cita de Engels sabemos que De la Sagra, un español, fourierista, más tarde proudhoniano, que jugaba un papel importante en los círculos revolucionarios españoles de aquella época, redactor del periódico Democracia Pacífica, estaba al corriente de los trabajos de Marx y Engels y de todo cuanto se refería a la Liga Comunista y al Congreso que iba a celebrarse, sin que estos contactos se hubiesen aprovechado, por cuya razón los españoles no aparecen en la primera etapa de la Liga Comunista, ni en sus Congresos. Este contacto con Engels en 1847 pudo tener una gran trascendencia para el movimiento obrero español, pero el hecho de haber sido con un elemento proudhoniano, que desde el primer momento muestra una hostilidad a Marx, refiriéndose a su libro Miseria de la filosofía, malogró las consecuencias de una entrevista que pudo ser tan decisiva en aquellos momentos de orientación de la clase obrera española.

En aquella época existían en España diversos grupos de tendencias sociales avanzadas; publicábanse numerosos periódicos en los que se reflejan las inquietudes revolucionarias de esos grupos, todos ellos influidos por las ideas anarquistas y por las teorías del socialismo utópico.

Diez días duró el Congreso (30 noviembre 8 diciembre). Marx y Engels, que asistían al mismo, fueron los encargados oficialmente de la redacción del Manifiesto Comunista. Esa fue su principal y trascendental resolución. La labor tenaz de los dos gigantes del socialismo había dado sus frutos. Con el Manifiesto Comunista aparece una nueva etapa del movimiento obrero. “En esta obra –decía Lenin- está trazada, con claridad y brillantez geniales, la nueva concepción del mundo: el materialismo consecuente, aplicado también al campo de la vida social; la dialéctica, como la doctrina más completa y profunda; la teoría de la lucha de clases y del papel revolucionario históricouniversal del proletariado, creador de la sociedad nueva, de la sociedad comunista”.

Manifiesto del Partido Comunista

Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma: el Papa y el Zar, Matternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes.

¿Qué partido de oposición a la burguesía no ha sido acusado de comunista por sus adversarios? ¿Qué partido de oposición a la burguesía a su vez, no ha lanzado a sus enemigos, tanto a los representantes más avanzados de la oposición como a los reaccionarios, el epíteto zahiriente de comunista?

De este hecho resulta una doble enseñanza:

El comunismo está ya reconocido como una fuerza por todas las potencias de Europa.

Ha llegado el momento de que los comunistas expongan a la faz del mundo entero sus conceptos, sus fines y sus aspiraciones; que opongan a la leyenda del fantasma del comunismo un manifiesto de su Partido.

Con este fin, comunistas de diversas nacionalidades se han reunido en Londres y han redactado el siguiente Manifiesto, que será publicado en inglés, francés, alemán, italiano, flamenco y danés...

La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases...

Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces, y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes.

La finalidad es el derrocamiento de la burguesía, la instauración del régimen del proletariado, la abolición de la vieja sociedad burguesa, basada en los antagonismos de clase, y la creación de una sociedad nueva, sin clases ni propiedad privada.

¡Proletarios de todos los países, uníos!




P.D.


La historia no escrita, muy poco conocida, nos señala como fundador de la primera Internacional Comunista –naturalmente, secreta- a Weishaupt. ¿Recuerdan su nombre?... Fue el jefe de aquella masonería conocida bajo el nombre de Iluminismo, cuyo nombre lo tomó de la segunda conspiración anticristiana y comunista de la Era, el Gnosticismo. Previsto por aquel gran revolucionario, semita y ex-jesuita, el triunfo de la Revolución Francesa, decidió él, o le fue ordenado -hay quien señala como jefe suyo al gran filósofo Mendelssohn- fundar una organización secreta que impulse la Revolución Francesa más allá de sus objetivos políticos a fin de transformarla en Revolución social para instaurar el Comunismo. (Ellos fueron los creadores de aquel comunismo primero) En aquellos tiempos heroicos, era un enorme peligro tan sólo mencionar el comunismo como meta: de ahí, todas las precauciones, pruebas y misterios de que debió rodear al Iluminismo. Aun faltaba un siglo para que, sin peligro de prisión o muerte, se pudiera declarar comunista una persona públicamente.


Salud Camaradas Bolivarianos.

Hasta la Victoria Siempre.

Patria. Socialismo o Muerte.

¡Venceremos!


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Manuel Taibo


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