Es indiscutible la gran trascendencia del médico Ernesto Guevara de La Serna, revolucionario y patriota. El “CHE” Guevara tiene, además de su accionar en Latinoamérica y el mundo, un legado de experiencias y teorías que hoy inspiran el surgimiento de sociedades más justas que buscan la vía al Socialismo. Una vez que regresa de su lucha por la liberación del Congo en África, el CHE defiende la idea de que no todas las realidades son iguales, y que las experiencias deben servir para no cometer los errores y avanzar rápidamente en la construcción de los procesos de cambios. Este mártir revolucionario hizo de la palabra “solidaridad” una conducta y un valor superior, y condenó la acción caritativa como forma de mantener el problema social sin atacar la causa que lo origina. Este ejemplo de paradigma revolucionario se aprecia en su exitoso desempeño como galeno. Sostiene que la aplicación de un tratamiento debe ir acompañado de la amistad y el buen trato: “Es incalculable lo que significa para el que está sufriendo, una simple aspirina dada por la mano amiga de quien siente y hace suyos los sufrimientos”. Su sensibilidad por los problemas humanos fue una de sus mayores virtudes.
Nunca estuvo el “che” divorciado del aspecto social, ni como profesional de la medicina ni como funcionario del alto gobierno en la cuba revolucionaria. Asume la presidencia del Banco Central de Cuba y luego de Ministro de Industrias con una gran disciplina y responsabilidad ante su pueblo. Su autopercepción como hombre de la América, le imponía la visión de unificar al sur y el Caribe, en un afán de convertir nuestros territorios en una sola patria, tal como el libertador Simón Bolívar aspiraba. Se cumplen 42 años del asesinato de Ernesto CHE Guevara en Bolivia, ordenado por la CIA y el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Su posición antiimperialista frontal y decidida, lo convirtió en un blanco muy codiciado por el gobierno norteamericano. Muere el CHE un 9 de octubre de 1967, capturado en combate en la quebrada del Yuro. Se puede considerar un Libertador del siglo XX, lleno de juventud, pues muere a los 39 años de edad vilmente fusilado en una Escuela campesina del pueblo de las Higueras y mostrado ya cadáver a los pobladores. Pero no olvidemos nunca la forma en que muere nuestro libertador y sus más fieles aliados como Antonio José de Sucre (el Gran Mariscal de Ayacucho, asesinado a los 35 años de edad, en una montaña solitaria), el Maestro Simón Rodríguez confinado en un pueblo del Perú (Amotape) . Manuela Sáenz, condenada a vivir solitaria en un puerto del Perú (Paita), lugar de su muerte por difteria y enterrada en una fosa común. Ellos eligieron la senda del honor y entregaron sus vidas como un ejemplo del empeño en liberar Latinoamérica.
El “CHE” trascendió con su intervención en Punta del Este (Uruguay) en la Asamblea de la OEA en Agosto de 1961, en ese escenario, cuestionó la política de influencia y dominación de los yankys con una estrategia de limosnas, denominada la Alianza para el Progreso. Esta surge con el objetivo de disminuir la influencia de la revolución cubana en nuestras naciones de Suramérica. Su lucha en la guerra por la liberación del Congo en 1965, es un paso que inmortaliza su disposición solidaria y la idea de universalizar el movimiento de liberación en las regiones pisoteadas por las potencias extranjeras. En la obra CHE: El Camino del Fuego, aparece en su prólogo una carta del presidente Chávez, agradeciendo el envío del libro en el año 2001. Expresando:
“El ejemplo de Ernesto “CHE” Guevara durante la mitad del siglo pasado, realza al hombre que sacrifica todas las comodidades para entregarse a la lucha por un ideal. Es quizás por eso, que aun cuando los destructores de los valores de la humanidad comercializaron su imagen, el pueblo oprimido, la juventud rebelde, los desposeídos en general, ven la figura del ”CHE” como el símbolo de la lucha noble…”
obalbasvester@gmail.com