El día de
la resistencia indígena, se convierte en un instrumento de rebeldía
en contra de cualquier dominio sobre los pueblos. Pasó mucho tiempo
en desaparecer el ignominioso y subliminal calificativo: “DIA DE
LA RAZA” como un modo de aceptación tácita de la esclavitud y la
discriminación aceptando como natural el despojo y expoliación de
nuestras riquezas, el genocidio de millones de aborígenes americanos
y la grave destrucción de nuestras culturas ancestrales, Para algunos
historiadores, somos un pueblo que no tiene identidad definida.
Para
muchos incautos y otros convencidos de la inevitable penetración de
la “civilización” europea, impuesta con los métodos más humillantes,
degradantes y crueles en América, fue un paso a la evolución social
y hasta afirman: “mira que si hubieran sido los ingleses…otro gallo
cantaría”, tamaña demostración de servilismo y espíritu esclavo,
indica el grado de postración ideológica y desconocimiento histórico
de los personajes inflados de sabias posturas.
Con las armas, la cruz
y la Biblia, los españoles fueron ocupando nuestros territorios y masacrando
a las sociedades de la América, denominándolas como salvajes, bárbaros
y de seres sin alma por practicar culto a varios dioses como la lluvia,
la tierra, los ríos, la luna, el sol. Todo girando alrededor de la
naturaleza que provee la vida.
El fundamento doctrinario, ideológico,
pudo avanzar en las comunidades indígenas vencidas por la guerra en
América mediante la introducción de un idioma nuevo: el castellano.
De esa manera, los reyes católicos de Castilla, aseguraban su preeminencia
y dominio, formando los vasallos y esclavos americanos a su servicio
y a la España imperial. Los emisarios de la institución eclesiástica
en su conjunto, vinieron con los militares, geógrafos, y delincuentes,
desde el puerto de palos, con el propósito de ganar cristianos y cristianas,
llevan la enseñanza católica a todas estas nuevas tierras, llamadas
por ellos “ El nuevo mundo”, la inquisición, tribunal de la iglesia
católica, hacía de las suyas en Europa, apresaban, torturaban perseguían
y quemaban a todo aquel que se saliera de los preceptos oscuros de la
edad media y retara a la autoridad del máximo jefe católico que era
el papa, un gran aliado de los reyes europeos, ese mismo tribunal inquisidor
se implantó en América bajo el pretexto de enjuiciar herejes . Tanto
poder tenía el papa, que dividió el mundo para los reinos de España
y Portugal, con las famosas bulas papales.
El papa Alejandro VI, tuvo
el cuidado de dejar satisfechos y conformes a los monarcas de la Europa
medieval y atrasada con el reparto del mundo ¿cosas de Dios? Una de
las características de la invasión y conquista de Venezuela, por España
fue el difícil, lento y complejo proceso para apoderarse de estas tierras
y dominarlas. Aquí se contó con organizaciones tribales aguerridas
(destacándose la etnia Caribe) y conocedoras de nuestra geografía
con gran movilidad por el territorio. No existía un estado centralizado
y se reunían en confederaciones cuando el momento y situaciones lo
ameritaban, como es el caso del llamado de Guaicaipuro para enfrentar
juntos a las filas del ejército español. Eso dificultó enormemente
el avance conquistador en el espacio que hoy es Venezuela. Mas en las
zonas de los aztecas e incas, la existencia de un gobierno centralizado
representado por el “emperador” permitió la rápida victoria
de España. Las ventajas de poseer armas de fuego, espadas, caballo,
perros, permitió a los europeos imponerse y tomar el control político
y económico en América. La historia de la dominación imperialista
se consolidó en este continente americano, como en África, tal como
lo expresa Jomo Kenyatta (1er Presidente de Kenya 1873-1878) “Cuando
los blancos vinieron a África, nosotros teníamos la tierra y ellos
la Biblia.
Ellos nos enseñaron a rezar con los ojos cerrados. Cuando
los abrimos, los blancos tenían la tierra y nosotros la Biblia”.
Hoy los ojos del Sur están abiertos, sus pobladores tienen la conciencia
de las causas de sus males: los imperios que dominan.