He notado con un poco de preocupación algunas conductas en el accionar de algunos camaradas que ocupan ciertos lugares de preponderada importancia, es decir, ciertos lugares de dirección. Estos camaradas, más allá de ser Cuadros Políticos, cosa que debido a su praxis revolucionaria me hace tener algunas dudas, han incurrido en ciertas prácticas que distan de la ética y la moral que tiene que caracterizar a un verdadero revolucionario. Una característica puntual de los gobiernos que tuvieron lugar en los largos años que conformaron la tan mencionada Cuarta Republica era la legitimación de su accionar en hechos concretos que, creían ellos, eclipsaban la mirada critica o el percatar general del pueblo para con el día a día en la sociedad que estaban inmersos.
Por mencionar algún caso en particular, entre los muchos que existieron y tuvieron lugar en Venezuela, podemos citar al gobierno dictatorial de Marcos Pérez Jiménez. Este gobierno que se caracterizó por tener un corte militar-totalitarista se caracterizó por cerrar algunos medios de comunicación que, siendo o no éticos, se oponían a su línea política, de igual forma, podemos mencionar la censura, prohibición y desmovilización que tuvo con partidos políticos, entre ellos y para mencionar uno, el Partido Comunista de Venezuela. Otra característica propia de este gobierno fue la persecución y tortura de muchos de sus retractores políticos.
Todos estos hechos, profundamente deplorables, encontraron ser legitimados por el largo numero, o no tan largo, de obras públicas que inauguró o logro realizar. Para la conciencia general del pueblo, al parecer, el cierre de partidos políticos encuentra legitimidad en el hecho de realizar la Autopista Caracas la Guaira o la Regional del Centro, pareciera que el hecho de cerrar medios de comunicación encontrara legitimidad en la construcción del Teleférico de Mérida o el Teleférico de Caracas, y también pareciera que la tortura, muerte y persecución de cientos de venezolanos no importara tampoco o, encontrara ser legitimada por la simple construcción del Hotel Humboldt, el Paseo los Próceres y las Torres de Silencio. Es decir, los oprobios, vejaciones y abusos a los que fueron sometidos los venezolanos encuentran razón de ser en la construcción de obras publicas o, dicho de la forma anteriormente expuesta, encuentra ser legitimada. Hoy en día vemos, como en algunos espacios de la dirección gubernamental, encontramos algunos “cuadros Políticos” que con su poca capacidad de dirección, su falta de concretar acciones y su deficiencia en la coordinación de algunas tareas claves para el avance de la revolución, encuentran legitimar su incompetencia en el hecho mismo del encontrarnos en revolución. He escuchado, por mencionar algún ejemplo, camaradas que dicen, para sus equipos de apoyo, luego de largas horas de hambre, espera de transporte y trabajo desarticulado, “Camaradas, tranquilos, en revolución hay que estar preparados para esto, en revolución no hay nada previsto, en revolución nos puede pasar esto y mas. Estamos en Revolución!!!” este tipo de actitud y de proceder, como el del “camarada” que ejemplifico en las líneas anteriores, son las que atentan directamente a la integridad y progreso de la revolución, de la verdadera revolución. Estos señores que dicen ser seguidores del comandante y legitiman su incapacidad y barbaridad en el decir que estamos en revolución, son los que no se deben dejar avanzar, los que, en instancias ultimas, el mismo proceso excluirá. La imagen de señores como esos no dañan su gestión, dañan la imagen general de la revolución así que, debemos ser atentos, someternos a la critica y autocrítica, practicar la vigilancia revolucionaria y ser garantes de que nuestros cuadros de dirección se acoplen a principios éticos y morales, que practiquen el desprendimiento y la entrega, y que ante todo, sepan ver el proceso revolucionario, no como un medio para la realización y lucro personal, sino la vía de transformación del sistema inhumano al que nos somete el Capitalismo.
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