21 de julio de 2018.- El creciente rechazo a las políticas de derecha de Donald Trump, ha conicidido con un nuevo fenómeno en los Estados Unidos; el creciente apoyo al socialismo.
Según reporta la agencia AP, el viernes pasado, el demócrata de Maine Zak Ringelstein no estaba listo para considerarse como miembro formal de los Socialistas Democráticos de América (Democratic Socialists of America - DSA), a pesar de su aprecio por los valores de la organización y agradecer el respaldo de la misma en su intento por convertirse en senador de los Estados Unidos.
Tres días después, le dijo a AP que estaba listo para convertirse en el único candidato al Senado de un partido grande en la nación que también está inscrito como socialista democrático y que paga sus cotizaciones como militante del DSA.
Esta rápida evolución es la más reciente evidencia del aumento a nivel nacional de la fuerza y popularidad de una organización que, hasta hace poco, operaba en los márgenes del flanco izquierdo más ultra del movimiento liberal en Estados Unidos.
A medida que la presidencia de Donald Trump alcanza su segundo año, el socialismo democrático se ha convertido en una fuerza significativa en la política del partido Demócrata. Su ascenso se produce cuando los Demócratas debaten si moverse demasiado hacia la izquierda desilusionará a votantes en general.
"Estoy de acuerdo con los socialistas democráticos, y he decidido convertirme en miembro cotizador", dijo Ringelstein a la AP. "Ya es hora de hacer lo correcto, aún cuando no sea fácil".
Este año, 42 hombres y mujeres se postularán para cargos en los niveles federal, estatal y local con el respaldo formal de los Socialistas Democráticos de América, dice la organización. Abarcan 20 estados, incluyendo Florida, Hawaii, Kansas y Michigan.
El DSA se ha convertido ahora en la organización socialista más grande de EEUU en los últimos 100 años. En 2017, se retiró de la Internacional Socialista, acusándolos de apoyar medidas neoliberales. La Internacional Socialista cuenta entre sus miembros en Venezuela a Acción Democrática, Voluntad Popular y el MAS.
El ascenso del DSA, ha puesto presión sobre el partido Demócrata, cuyos miembros más izquierdistas han roto con el partido para inscribirse en el DSA.
"Socialista"
Los Demócratas más ambiciosos en Washington han sido reacios a aceptar la etiqueta, incluso cuando adoptan las políticas que definen el socialismo democrático o la socialdemocracia moderna: Asistencia médica gratuita para todos, un salario mínimo de $15, matrícula universitaria gratuita y la abolición del departamento federal de Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, también conocido como ICE.
El senador de Vermont Bernie Sanders, el único autodenominado socialista democrático del Congreso, hizo campaña el viernes con la nueva estrella del movimiento, la candidata al Congreso de Nueva York Alexandra Ocasio-Cortez, una ex cantinera de 28 años que derrotó a uno de los demócratas más poderosos de la Cámara del Senado el mes pasado.
Su victoria le echó gasolina a un fuego que ya empezaba a arder con más intensidad. La miembros que cotizan del DSA ha rondado los 6.000 en los últimos años, dijo Allie Cohn, miembro del equipo político nacional del grupo. La semana pasada, su membresía paga llegó a 45,000 en todo el país.
Hay poca distinción entre los términos "socialismo democrático" y "socialismo" en la literatura del grupo. Mientras Ringelstein y otros candidatos respaldados por DSA promueven una filosofía de "carpa amplia", la constitución del DSA describe a sus miembros como socialistas que "rechazan un orden económico basado en el lucro privado" y "comparten una visión de un orden social humano basado en el control popular de recursos y relaciones no opresivas de producción, planificación económica, distribución equitativa, feminismo, igualdad racial".
En sus reuniones públicas, los miembros a menudo se refieren entre sí como "camaradas", visten ropas con símbolos socialistas como la rosa roja y que promueven autores como Karl Marx.
Su frecuente asociación con la Unión Soviética, el primer estado en adoptar una forma de socialismo, ha hecho difícil para los liberales que simpatizan con ellos, explicar su conexión.
"No me gusta el término socialista, porque las personas lo asocian con cosas malas de la historia", dijo el candidato al Congreso de Kansas James Thompson, respaldado por el DSA y quien hizo campaña junto a Sanders y Ocasio-Cortez, pero quien no es militante del DSA. "Definitivamente hay muchas de sus políticas que se alinean estrechamente con las mías," dijo.
Thompson, un veterano del ejército convertido en abogado de derechos civiles, vuelve a postularse después de perder por poco una elección especial el año pasado para ocupar el escaño dejado vacante por el Secretario de Estado Mike Pompeo. En el comunmente conservador estado de Kansas, Thompson ha tenido la audacia de adoptar políticas como "Seguro médico para todos" y es abiertamente crítico del capitalismo.
En Hawai, el representante estatal de 29 años, Kaniela Ing, no tiene pena alguna al promover su condición de socialista democrático en su intento por ser electo al Congreso federal. El jóven hawaiano nativo, dijo que se sintió alentado a postularse para un cargo más alto por el mismo activista que reclutó a Ocasio-Cortez en Nueva York.
"Nos decidimos a lanzarnos con todo", dijo Kaniela a la AP en relación a la etiqueta de "socialista democrático". Reconoció que algunos de la generación "baby boomer" pueden estar asustados, pero dijo que las políticas que los socialistas democráticos promueven, como la atención médica gratuita y la igualdad económica, no son extremistas.
Mientras tanto en la derecha, los republicanos se sienten alentados por el ascenso del socialismo democrático pero por una razón muy diferente. Se han aprovechado de lo que ven como una sacudida hacia la izquierda por parte de los Demócratas que, según ellos, terminará alejando a los votantes del centro en las elecciones de este otoño y en las presidenciales de 2020.
El Comité Nacional Republicano observa con entusiasmo que la propuesta de Sanders de promover la atención médica gratuita para todos los estadounidenses financiada por el gobierno, no contó con copatrocinadores en 2013 en el Senado. Pero hoy, más de un tercio de los senadores demócratas y dos tercios de los demócratas de la cámara de diputados, han apoyado la propuesta, que según una estimación podría costar a los contribuyentes unos 32 mil millones (32 millardos) de dólares.
Entre los copatrocinadores de la propuesta de Sanders se encuentran potenciales aspirantes a la candidatura presidencial para 2020, como la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren, el senador de Nueva Jersey Cory Booker, la senadora de Nueva York Kirsten Gillibrand y la senadora de California Kamala Harris.
Portavoces del partido Demócrata confirmaron que ninguno de los senadores se consideran socialistas democráticos, pero a su vez no hicieron esfuerzo alguno por distanciarse de las prioridades del movimiento.
La mayoría apoya el movimiento para abolir el departamento de inmigración ICE, el cual implementó la política del gobierno de Trump de separar a las familias inmigrantes en la frontera entre México y Estados Unidos.
Del grupo, solo Booker no ha pedido que ICE sea abolido, reemplazado o reconstruido. Sin embargo, la oficina de Booker señala que él es uno de los pocos senadores que respalda un plan para garantizar empleos respaldados por el gobierno a adultos desempleados en comunidades de alto desempleo en todo Estados Unidos.
"La mitad de los votantes ya piensa que el Partido Demócrata es demasiado extremo, por lo que su apoyo a políticas socialistas como el cuidado médico administrado por el gobierno, un programa de empleos garantizado y fronteras abiertas solo hará que los demócratas estén más desconectados de los votantes en general", dijo la presidenta del Comité Nacional Republicano Ronna Romney McDaniel.
A pesar del éxito reciente de Ocasio-Cortez, la mayoría de los candidatos respaldados por DSA no han logrado buenos resultados.
Gayle McLaughlin terminó octava en las primarias demócratas del mes pasado para convertirse en vicegobernadora de California, ganando apenas el 4 por ciento de los votos. Los tres candidatos endosados para el Consejo del Condado de Montgomery en Maryland también perdieron el mes pasado. Y Ryan Fenwick fue derrotado por 58 puntos en su intento por convertirse en alcalde de Louisville, Kentucky.
Se espera que Ringelstein, un neófito político de 32 años, tenga dificultades en su campaña para derrocar al senador de Maine Angus King, un independiente que vota y se identifica con el partido Demócrata. Ringelstein se niega a aceptar donaciones de cabilderos o comités de acción política corporativa, lo que ha dificultado la recaudación de fondos. A fines de junio, la campaña de King reportó contar con $ 2.4 millones en efectivo, mientras que Ringelstein tuvo solo tenía $23,000.
Ringelstein ha aprovechado el movimiento nacional progresista del partido y el capítulo de DSA en el sur de Maine para obtener el tipo de apoyo popular que impulsó la victoria de Ocasio-Cortez en Nueva York.
Como casi todos los meses este año, Ringelstein asistió a la reunión mensual del grupo en el ayuntamiento de Portland el lunes pasado. Más de 60 personas colmaron el recinto.
La presidenta del grupo, Meg Reilly, dirigente sindical de 25 años, llevaba una camiseta con tres rosas rojas. Ella saludó a sus "camaradas" del equipo de softball antes de comenzar la agenda de discusión que incluía la legislación sobre cambio climático, un programa de intercambio de libros "para promover la educación socialista" y un programa que permite a los miembros de la comunidad intercambiar favores como reparación de joyas, cuidado de mascotas o cocina.
Cerca del final de la reunión de dos horas, Ringelstein agradeció formalmente al grupo por "cuadrarse hombro a hombro con nosotros durante toda esta campaña".
"Sí podemos ganar un escaño en el Senado de Estados Unidos!", Dijo. "No me voy a cansar de decirlo: ¡Sí podemos ganar un escaño en el Senado de los Estados Unidos! ¡Vámos a hacerlo!".
La popularidad del socialismo en Estados Unidos se manifiesta en especial en los jóvenes "milenials" la primera generación del milenio actual. En una muy difundida encuesta de la empresa YouGov en 2016, 43 por ciento de los consulados en el grupo entre 18 y 29 años de edad, afirmaron tener opinión favorable del socialismo.
A más de cien años desde que el sindicalista Eugene Debs alcanzara el 6% de los votos en la presidenciales de 1912, el socialismo democrático ha comenzado a seducir de nuevo la mente de los estadounidenses. El creciente repudio a las medidas de derecha de Trump, parecen haber acelerado el proceso.
Artículo original de la agencia AP. Traducción libre de Aporrea.org