Ahora una fuerza
militar extranjera, como Estados Unidos en Vietnam, trata de apoyar
a las fuerzas opositoras a Gadafi en Libia, que no conocemos ni sabemos
quiénes comandan, aunque sí sabemos que habían perdido y no tenían
apoyo social suficiente, a no ser el de Sarkozy.
Obama cumple
así los designios de todos los que sabíamos que detrás de él
está el verdadero poder. La ética de las ideas derrotada ante
la de las realidades en un mundo en el que manda y comanda el más fuerte.
La ONU, cómo
no, legitimará la masacre. Era sólo un detalle para que los puntillosos
y cínicos europeos, Zapatero el primero, pudiesen apoyar la matanza
y decir que no es lo mismo que en Irak. ¡Sinvergüenzas!
Me gustaría
que le preguntasen a la gente de la calle, desde Marruecos hasta Bagdad,
su opinión sobre Europa y Estados Unidos. Que sus opiniones se pudiesen
ver en los medios occidentales. La libertad de masacrar con bombas pueblos
ajenos no debería estar reñida con la posibilidad de escucharlos antes
de callarlos para siempre.