Los cuatro elementos principales de la estrategia de conquista y dominación del mundo por los estadounidenses son el control de la economía mundial y los mercados financieros, la mano puesta sobre todos los recursos naturales (materias primas y recursos energéticos) neurálgicos para el desarrollo de sus bienes y su poder en la perspectiva de las actividades de las corporaciones multinacionales, la puesta en tutela de 192 miembros gubernamentales de la Organización de las Naciones Unidas y, finalmente, la conquista, la ocupación y la vigilancia de estos elementos gracias a una red de bases o instalaciones militares que cubren el conjunto del planeta (continentes, océanos y espacio ultraterrestre). Se trata de un imperio donde es bien difícil determinar su amplitud.
Estados Unidos de Norteamérica, a partir de la década de los noventa del siglo XX, se ha convertido en la potencia hegemónica, unipolar, a escala global. En su rol imperial aspira a dominar al mundo y para ese objeto ha diseñado una serie de geoestratégicas que en América Latina se concretan en interminables agresiones e intrusiones, en inaceptables injerencias, en interminables acciones de la CIA, DEA y demás servicios de inteligencia que cometen todo tipo de atropellos y crímenes en contra de nuestros pueblos, siempre, con extraordinario cinismo e ironía, en nombre de la libertad, la democracia y defensa de los derechos humanos.
El caso libio, nuevamente tratan de justificar sus acciones con la mentira mediática, controlan la mayoría de los medios de difusión masiva, su mentira ahora es que Gadafi bombardea los civiles y no hay pruebas de los aviones libios ejecutando tal acción. Su objetivo era establecer la zona de exclusión. La prohibición de vuelo se extiende a todo el país. De esa manera la coalición espera mantener la correlación de fuerzas en tierra y dividir el país en 4 partes: las 3 zonas sublevadas y la zona leal. No había ningún interés en proteger a la población civil. No hay masacres de civiles de parte del régimen de Gadafi, ahora con el bombardeo de la coalición si hay mas muertos. Otra vez el doble discurso. Lo importante en Libia para la Coalición no son los civiles, ni los niños ni las mujeres. Sus intereses son económicos, hídricos y petroleros. Como dijo el presidente Chávez: "Es lamentable que la ONU se preste para avalar la guerra (...) Pero la mano del imperio se impone. Ellos quieren adueñarse del petróleo de Libia. ¿Cuándo les importó la vida de los pueblos si siguen bombardeando Irak, Afganistán o la franja de Gaza?", se preguntó.
Salvar a civiles en Libia. Pero no en Bahréin. Sería sencillo, no habría que desplazar ni los barcos y aviones, ni las bases militares, ya están allí; es la sede de la V Flota de EEUU. También hay civiles en Yemen, Siria, Gaza, Chad, Níger, República Centroafricana, Darfur y Costa de Marfil.
Libia es el mayor productor de petróleo liviano en la región, el más usado para el refinamiento de combustibles y posee la mayor reserva probada de África. Libia es uno de los principales abastecedores de petróleo de Europa; produce cerca de 1.6 millones de barriles diarios, lo que representa un 2% de producción total. Lo de Libia parece muy claro, como ocurrió con Irak: las grandes potencias, para garantizar su abastecimiento de petróleo, requieren que los productores estén bajo su dominio y a su disposición. Y Libia tiene más de 40 mil millones de barriles de petróleo para ello. Por ahí es que viene la agresión del Imperio y sus comparsas. Es miembro de la OPEP posee las mayores reservas probadas de África: 44 mil millones de barriles de petróleo y un poco más de 54 billones de pies cúbicos de gas natural. Es decir que al ritmo de producción actual, Libia tiene petróleo para 75 años.
Otro motivo del Imperio y Europa para su agresión a Libia son los Acuífero de arenisca de Nubia que cubre una superficie que abarca poco más de dos millones de kilómetros cuadrados, incluyendo a Sudan, Chad, Libia y Egipto. Contiene un estimado de 150 mil kilómetros cúbicos de aguas subterráneas. En las operaciones de exploración del desierto libio en busca de petróleo y gas, las prospecciones demostraron la presencia de grandes acuíferos de agua potable a unos cien metros bajo la árida superficie. Se trata de áreas amplísimas, con varios miles de kilómetros cuadrados de superficie subterránea que podrían considerarse como un verdadero océano de agua potable bajo el desierto. Se estima que el total de cuencas subterráneas en Libia podría contener más de 10.000 kilómetros cúbicos de agua económicamente viable para su extracción. Para llevar a cabo ese gigantesco proceso de “trasvase” hasta las áreas costeras, se diseño el sistema GMRA, pensado para minimizar las pérdidas por evaporación, pues no hay que olvidar que, en verano, se dan en el desierto libio las temperaturas más altas del planeta. En definitiva, una obra de gigantescas proporciones, que todavía tardará años en estar completada, pero que ya ha empezado a suministrar agua a la sedienta franja costera libia. Libia posee la segunda reserva mundial de agua dulce. Cerca de 12000 km3 de agua fósil que desde el subsuelo sahariano llega a las ciudades costeras como Trípoli o Bengasi. Además de rico en petróleo es un jardín potencial. De hecho produce muchos más alimentos de los que consume.
Aún siendo el capitalismo uno de los principales causantes de esta Crisis Global, los modelos de desarrollo siguen como antes con el crecimiento ilimitado, aplicando las recetas de mercado para generar cada vez más ganancias y consumo irracional. Las empresas transnacionales y los intereses del capital financiero internacional no paran su expansión contra viento y marea hacia el último rincón del planeta. Siguen con la explotación cada vez más irracional e irresponsable de los cada vez más escasos recursos naturales del planeta y hasta buscan hacer negocios con la propia enfermedad que estos modelos producen.
Al seguir avanzando esta crisis, se puede convertir en una amenaza a la paz mundial cuando las naciones-estado entren en carreras sangrientas a lo largo y ancho del planeta por la sobrevivencia y el control sobre el cada vez menor acceso al petróleo y el gas natural, agua dulce, minerales claves, bosques y tierras para alimentos, entre otros recursos, desatando guerras como las de petróleo y gas en Irak, Afganistán, Sudán, Georgia y Libia.
Vemos que otros conflictos donde el imperio y sus aliados tienen gran influencia como es el caso de Níger, Sudan, Chad, Yemen y Bahréin, porque ahí están protegidos sus intereses económicos, financieros y los recursos mineros, hídricos, petroleros y forestales. Existen dictaduras con más de dos décadas, no hay democracia y hay matanzas de civiles, pero son gobiernos y títeres del Imperio. Esta división de facto de Libia debe compararse con la de Sudán y la de Costa de Marfil, primeras etapas del «rediseño de África».
