Destruir para ganar

Cuando en 1994 los hutus mataron a casi un millón de tutsis y éstos en venganza asesinaron una cantidad parecida de los primeros, los Estados Unidos en ningún momento propusieron invadir la nación en peligro, porque ya habían intervenido a través del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, financiando las armas con que se habían exterminado mutuamente, asegurándose que los préstamos hubieran sido hechos a nombre de la nación ruandesa, con lo cual el país resultó endeudado para siempre, además de destruido por la guerra civil. Todo eso no causaba demasiada preocupación a los banqueros: Ruanda tiene el subsuelo lleno de minerales con los que garantizar los pagos.

Queda claro entonces que los organismos multilaterales no prestan dinero a los países de lo que ellos llaman el tercer mundo, para que se desarrollen. Ellos prestan el dinero (dinero que es de las reservas internacionales de los propios países del tercer mundo) con la condición de que las oligarquías de esos países se lo peleen, lo roben y hagan que el país se endeude por siempre, para que sus nacionales no puedan salir del mal vivir, para que la mano de obra sea lo suficientemente pobre, para que puedan convertir a dichos países en las maquilas de las grandes transnacionales, para que esas puedan seguir acumulando capital.

¿Es entonces el petróleo libio lo que quieren los gringos? Yo creo que no. Efectivamente, tal como dice Poleo, el petróleo libio lo explotan YA las grandes transnacionales, como también explotan el petróleo venezolano. Ese no es el problema. ¿Entonces cuál es? Y pensando y pensando, pero sobre todo, después de ver lo que pasó en Portugal, logré dar con la respuesta. Tal como pasó en Irak y en Afganistán, tal como pasa en Colombia y en Egipto, tal como pasó en Grecia y en Irlanda y como pasa en todo el mundo, el fin de la invasión a Libia no es el petróleo; la finalidad de esta invasión es ¡¡¡DESTRUIR LIBIA!!!. ¿Para qué?: para poder tener una excusa para prestarles su propio dinero, al precio que decidan los banqueros. Porque es evidente que no puedes obligar a una nación con niveles de vida altos a pedir prestado para lograr altos niveles de vida.

Es así como el razonamiento tiene una respuesta: el problema del mundo no es el petróleo; el problema del mundo es el CAPITAL(ISMO). Si el principio supremo y a la vez el fin último del capitalismo es la acumulación de capital, aunque los capitalistas tengan cantidades de dinero que no podemos comprender y ni siquiera escribir, ellos siempre deberán acumular aún más. Entonces tendrán que robar a quien tenga un capital sustancial acumulado, para que esa acumulación esté del lado que tiene que estar: del lado de los capitalistas. Y habrá que prestar a los que tengan como pagar para que siempre deban y no puedan acumular.

Japón tiene los más altos niveles de tecnología; Chile tiene las más grandes reservas de cobre del mundo; los países del medio oriente: petróleo; los países africanos: minerales; todos ellos pueden pasar por catástrofes naturales o artificiales como la guerra y pueden contar con que los organismos multilaterales les prestarán el dinero que haga falta. A diferencia de ellos, Haití no parece tener ni una gota de petróleo o de otro cualquier mineral con qué pagar; debe ser por ello que todas las ofertas de “ayuda humanitaria” después del terremoto se volvieron sal y agua: NO TIENEN CÓMO PAGAR. Y así, francamente, no se puede.

Según este panorama, ¿qué debemos esperar?. Que en cualquier momento nos invadan; ¿en qué momento?, ¿cuánto falta?. No se sabe, nadie sabe, ni ellos. Puede ser en una semana, dentro de un mes o dentro de veinte años. Lo que es seguro es que en el momento que les de la gana, sin aviso y sin protesto, nos van a invadir, como invadieron Irak y ahora Libia y tal como antes invadieron Guatemala, Grenada, Panamá y todos los países del mundo que les ha dado la gana. Porque son el Imperio que gobierna. Y van a acabar con estos niveles de vida que tenemos, para poder implementar un plan para reconstruir nuestro país, después de haberlo destruido, que por supuesto pasaremos otros dos siglos pagando.

Pero también es seguro que un día, como ha pasado a todos, este imperio se acabará. Los que creen en Dios deben rezar porque acabe antes de acabar con la humanidad. Los que no creemos nos contentamos con pensar que algún día acabará. Ninguno de los grupos puede afirmar si después se vivirá mejor o peor que ahora, pero seguramente se vivirá. Porque la vida en el planeta se ha acabado varias veces, algunas hasta en un 90% y ha vuelto a ser. Y así será hasta que el Sol se convierta en estrella enana; y hasta eso habrá de pasar muchas vidas por esta tierra.

Creo que por ahora, los que no son millonarios y tienen hijos, deberían enseñarles que la mejor forma de VIVIR es VIVIENDO.

Yo tengo perros y gatos. Y ellos nacen sabiéndolo

mohighpear@yahoo.com

lacuentistadelabarcelona.blogspot.com


 


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