Cada guerra tiene un efecto pedagógico sobre las poblaciones: las educa
en la aceptación de las bombas como el medio más eficaz para resolver
los conflictos. Y conflictos va a haber muchos en los próximos años.
(José Luis Gordillo).
Ha tenido que ser el ejército de la OTAN precisamente el que proveyera
la última semana, por segunda vez, de hechos fehacientes que prueban que
se está produciendo la muerte de decenas y decenas de libios, la
anunciada matanza masiva en Libia. Primero fue en el bombardeo de
Trípoli denunciado por El Vaticano, con más de 40 víctimas y luego hace
unos días, cerca de Benghazi cuando un nuevo bombardeo con "fuego amigo"
sumó por lo menos otras 50 víctimas.
La laxa interpretación de la resolución 1973 de la ONU que permitiría (y
eso era ya una lectura fraudulenta de la misma) bombardear a Gaddafi
solo llegado el caso de impedir un presunto e inminente ataque a "la
población civil" de Benghazi, solo podría haber entrado en función,
realmente, ahora, después de estos bombardeos de la OTAN.
La matanza masiva que se avecinaba, en Benghazi antes de los bombardeos
de la OTAN pudo haberse dado o no, pero no se dió, no por lo menos de
parte de Gaddafi: y en cambio como se ha confirmado esta semana, es la
campaña de bombardeamiento humanitario de la OTAN la que está
produciendo la masacre masiva de libios. En este caso la matanza de
civiles (y de "rebeldes") si ha sido profusamente comprobada,
testificada, fotografiada.
La UE y los EEUU han agregado a su haber casi cien muertos en solo dos
asesinatos masivos de libios producidos por sus bombas inteligentes. Si
los expeditos ejércitos del aire de las grandes potencias, se hubieran
contenido un poco hasta que el sanguinario Gaddafi produjera, según
todos los intencionados pronósticos occidentales, al menos diez muertos
reales y comprobables (en aquel momento previo al inicio de los
bombardeos de la OTAN en Benghazi), entonces si, al desencadenar su
matanza frente a aquellos diez muertos hipotéticos, que no se dieron, la
respuesta de la OTAN hubiera sido una matanza en respuesta a una
matanza real, y no una reacción frente a una suposición interesada, a
una matanza inminente rumoreada, rumiada y dada por hecha por parte de
medios adictos, antes que se produjera .
Como tantas otras verdades globales a las que estamos acostumbrados a
creer en los momentos decisivos, nunca existió. Hoy según esta resta
macabra la OTAN se hubiera ahorrado 90 muertos.
La matanza masiva que se avecinaba, se auguraba, y se dió por cierta,
según la tradicional trama de rumores difundidos por la maquinaria de
guerra sicológica de Occidente, podría haberse dado o no, pero no se
dió. No por lo menos de parte de Gaddafi.
Noventa personas vivas más tendrían a su favor los socios de la OTAN, con su contención.
Si la OTAN asegura ahora, como declaró ayer su secretario general que
"no hay solución militar a la crisis en Libia" yo por mi parte aseguro
que Gaddafi antes de que la OTAN se lanzara a sus oleadas de
sometimiento humanitario declaró por todos los medios a su alcance que
había ordenado un alto del fuego de sus tropas en la lucha contra los
rebeldes de Benghazi, y que solicitaba urgentemente observadores
internacionales independientes para que fueran a Libia a comprobar en el
terreno que su ejército no pretendía seguir esta guerra. Es un hecho
conocido, aunque no demasiado tenido en cuenta.
Y ahora con estas declaración de Rasmussen, la oferta previa de alto del
fuego y presencia de observadores internacionales por parte de Gaddafi,
previa a estos asesinatos masivos de parte de la OTAN, previa a la
guerra civil ahora enquistada en Libia, tendría que volver a valorarse
retrospectivamente, y pensar ¿por qué realmente no se implementó un
análisis y una exploración más profundos de esa propuesta? O sea ¿por
qué no hubo ninguna potencia realmente merecedora de este nombre, ningún
grupo regional lo suficientemente poderoso que moviera un dedo para que
aquella pequeña ventana de oportunidad de la paz se hubiera utilizado
al máximo de posibilidades? Para no volver ahora, después de tanto
uranio empobrecido y tantas matanzas masivas de civiles, de parte de la
culta Europa, y su aliado Obama a decir , sin un rubor en la cara, que
"no hay solución militar a la crisis en Libia"
¿50? ¿70? raids diarios de bombardeamientos humanitarios. Una guerra
civil abierta instalada en un nuevo país extranjero, donde no la habia
previamente, como en Irak o Afganistán. Otra guerra civil enquistada
para ahora retroceder elegantemente a un segundo plano y decir "La OTAN
considera que no hay solución militar a la crisis en Libia"
Con seguridad Gaddafi hubiera estado, en ese momento, antes de la
masacre de la exclusión diplomática, más abierto para aceptar una
supervisión internacional de las operaciones militares entre el ejército
y la insurgencia, para empezar.
Mucho más permeable seguramente que ahora, cuando se ha hecho patente
que el ejército "rebelde" no puede avanzar ni sostenerse, ni siquiera
contando con sus Aliados que bombardean a voleo dentro de la zona de
"exclusión" aérea. Ahora que es notorio incluso para Occidente que este
Consejo para la transición no garantiza ninguna transparencia, ya que
está todo en la sombra. No se sabe quienes son las dos terceras partes
de quienes lo constituyen, y el resto, no menos sombrío, está compuesto
masivamente por figuras golpistas que revistaban con Gaddafi hasta
febrero, o fueron traídas de apuro de Virginia, de las cercanías del
Pentágono.
Ahora que es evidente que la guerra no fue corta, limpia y fácil, como
tal vez alguien les prometió, Los Aliados muestran sus fisuras y se ve
que emprendieron esta guerra sin acuerdos ni planes de contingencia.
Vamos, que están frente a otra guerra interminable, otra carga en
profundidad que se agrega a sus economías en crisis. Y ningún rédito
inmediato ni en petróleo, ni en ganancias electorales. Chapuza de fondos
buitres incompetentes.
marcosavila1984@gmail.com