También el pueblo tunecino fue víctima de Gadafi, quien no dejó nunca de intervenir en nuestro país y apoyó hasta el último momento al dictador Ben Ali. Parece también verosímil que, de no haberse rebelado el pueblo libio, Gadafi hubiese ayudado a Ben Ali a recuperar el poder a través de un ejército de mercenarios, según han confirmado algunas fuentes.
Desde el comienzo mismo de la intifada en Bengasi el Partido Comunista Obrero de Túnez se situó al lado del pueblo libio y reconoció su derecho a decidir su propio destino y a construir el orden democrático que deseen, así como vio también en la revolución del pueblo libio la oportunidad para construir un nuevo modelo de relaciones entre los pueblos libio y tunecino. Sin embargo, la intervención de la OTAN y su participación en los combates al lado del Consejo Nacional de Transición genera una nueva situación que amenaza con precipitar la Libia post-Gadafi bajo un protectorado atlántico-occidental.
A nadie se le oculta que las intenciones de Washington, París, Londres y Roma nada tienen que ver con la mentirosa ayuda “humanitaria” y que no se retirarán fácilmente de Libia antes de haber obtenido todos los beneficios deseados. Por eso el pueblo libio debe reaccionar deprisa para expulsar a las fuerzas de la OTAN de su tierra y echar del Congreso Nacional a todos los que colaboran con ellas.
En definitiva, el Partido Comunista Obrero de Túnez felicita al hermano pueblo de Libia por su victoria sobre el despótico y corrupto régimen de Gadafi, confiando en que ahora el pueblo libio pueda decidir su propio destino, recuperar sus libertades y derechos y construir un sistema político basado en la soberanía que le permita regenerar su país, movilizar sus riquezas en favor de todos los ciudadanos y establecer profundas relaciones de hermandad con los pueblos vecinos, entre ellos el pueblo tunecino, el cual acaba de salir también de más de medio siglo de tiranía y que sigue luchando para consolidar su victoria.
Fuente original: http://www.albadil.org/spip.php?article3856