“Es preciso para la noche pasar
Es preciso para el yugo romper”
--Abul Kâcem Echâbbi, Poeta, autor del himno nacional
De entrada diremos que a pesar de los rumores difundidos en el día de ayer acerca de supuestas confrontaciones violentas para desalentar, atemorizar y desmovilizar a la población, la marcha de hoy transcurrió de forma ordenada con una verdadera marea humana, hasta con niños y bebes. La larga y ancha columna atravesó el centro de la capital de Túnez, por la gran avenida central que el pueblo había liberado otra vez el 9 de abril último bajo gas lacrimógeno y matracas de la policía y milicias islamistas de Ennahdha. La gran marcha del pueblo trabajador transcurrió pues en un clima festivo bajo un sol mediterráneo y un cielo despejado.
La víspera por la noche, frente al teatro nacional en esa misma avenida de la libertad, como el pueblo la denomina ahora, hubo un concierto a cielo abierto. Hay que recordar que en el Día Internacional del Teatro, celebrado allí mismo el domingo 25 de marzo, las hordas salafistas y las milicias de Ennahdha atacaron con muchísima violencia a los artistas y los espectadores, precisamente frente a ese teatro nacional sin que interviniera la policía, su cómplice de siempre.
Es así como entre ayer durante ese concierto y hoy en la marcha el pueblo una vez más ha derrotado a sus enemigos internos, los que desde hace varios meses no han dejado ni un día de crear disturbios y provocaciones en universidades, mezquitas, iglesias, sinagogas, asambleas, amenazando de muerte con impunidad personas en público, indicándolos con nombre propio, agrediendo físicamente y ofendiendo periodistas frente al edificio de la radio-TV nacional, sin contar el hostigamiento continuo y criminal contra las mujeres en la calle. Estos delincuentes con permiso para delinquir tratan de aterrorizar al pueblo y obligarlo a rendirse a esta mascarada asquerosa que llaman “califato islámico” y su “charia” fuera de época. En realidad, ellos tratan de imponer en nuestra sociedad otro régimen neocolonial con barniz islámico al servicio de los mismos intereses foráneos imperialistas de siempre.
En la fiesta de anoche a cielo abierto acudieron gran número de familias capitalinas con sus hijos, frente al teatro nacional de nuevo liberado por el pueblo. Un momento de gran emoción ha sido cuando un conjunto musical cantó el muy conocido homenaje de Carlos Puebla al Comandante Che Guevara. De pronto, los asistentes en un coro sonoro acompañaron en buen castellano y con emoción a los cantantes. ¡El Che es nuestro también! Y su bella y eterna imagen en rojo rojito estaba enarbolada muy en alto hoy en la gran marcha.
Fueron más de quinientas organizaciones sociales y algunos partidos de izquierda, con la Unión general de trabajadores (UGTT) al frente, los que organizaron estos festejos de hoy. El gobierno provisional de Ennahdha había alentado la formación de dos nuevos sindicatos, los cuales atraen poco y funcionan más bien como correa de ese gobierno desprestigiado. Estos festejaron discretamente por separado. Mientras la UGTT creada en tiempos de la lucha anticolonial, cuenta con patriotas mártires y cuadros que han sobrevivido encarcelamiento, torturas y largos destierros durante los dos regímenes que hemos padecido en estos 56 años de independencia formal o mejor dicho de una dependencia neocolonial. La UGTT junto con la UGET, sindicato estudiantil, generación tras la otra, siguen al frente de los objetivos de lucha definidos en los días de la Intifadha (insurrección) y enarbolados hoy durante la marcha:
Trabajo, libertad, equidad social y dignidad nacional
Desde el principio de año, en solo cuatro meses hemos tenido en la capital y ciudades de provincia siete masivas y espectaculares marchas de indignación ¡digo bien siete! Incluyendo varias protestas en el intervalo y un sin número de sit-in a través del país. Ha sido hasta ahora la forma pacífica, masiva, cada vez más organizada y tenaz de lucha de los trabajadores, estudiantes universitarios, escolares, mujeres, familiares de mártires de la Intifadha, cientos de heridos con bala de la policía durante aquellas jornadas insurreccionales, los que todavía siguen sin el debido cuidado médico, cientos de miles de desempleados –la mitad con títulos universitarios-, campesinos sin tierra y tantos pobladores de regiones abandonadas: en fin un pueblo combativo con necesidades básicas apremiantes, pueblo de pie frente a la ineficiencia evidente de un gobierno provisional islamista desconectado de la historia milenaria de este país. Se trata verdaderamente de un “cuerpo extraño”. Con su fracaso por gobernar, esta gente que incluso habla con un ridículo acento árabe del medio oriente –como hablaría un suramericano con pedante acento madrileño-, no le queda más remedio que la represión policiaca y la violencia fascista para mantenerse en el poder, al igual que los dos regímenes derechistas anteriores que se aferraron en un poder dictatorial por unos 56 años.
En realidad, el mandato de este gobierno provisional deriva de la asamblea constituyente en la cual los islamistas y sus secuaces detienen una mayoría de votos y con esta ventaja no hacen más que dilatar sin fin esa asamblea exigida por el pueblo al triunfo de la insurrección popular en la cual estos mismos islamistas no tuvieron participación alguna y fueron impuestos desde afuera por intereses foráneos imperiales. En principio, como se sabe y según la experiencia en varios países, se puede redactar una nueva constitución entre tres y seis meses. Sin embargo, desde diciembre pasado, o sea en cinco meses esa asamblea no ha sido capaz de escribir ni una sola línea de la nueva constitución. No se ha dado fecha limite alguna ni para esa asamblea ni para los mandatos provisionales del gobierno y del presidente de la republica. Y por supuesto, tampoco hay fecha para las elecciones que van a establecer la segunda republica ni la estructura del consejo nacional independiente para las elecciones. Es una verdadera aberración, un abuso, una estafa y un escándalo público. Toda la burda manipulación, la maniobra dilatoria han permitido al gobierno islamista sustituir a su favor altos puestos en la administración del Estado, en agencias públicas y privadas en todas las regiones del país. Sus salafistas y milicias cuyo solo lenguaje es la violencia aportan a ese gobierno y a ese partido islamista el medio coercitivo necesario para mantener una relación de fuerza y de terror en el país. Últimamente estas hordas fascistas han atacado físicamente y con gravedad militantes de partidos e intelectuales que han tratado de llevar a cabo reuniones legales, asambleas en varias ciudades del país y hasta representaciones teatrales. El mensaje es claro: o el pueblo se rinde o seguirá el hostigamiento y la violencia contra las libertades recién ganadas con sangre, libertad de pensamiento y de expresión, de reunión, de circulación a través del país, de creación artística e intelectual. Hasta las cadenas de radio y televisión privadas sufren de estas ofensivas constantes de los islamistas y su gobierno.
En todas las marchas anteriores hemos sido hostigados con violencia física y verbal por los salafistas y las milicias de Ennahdha, además de la policía, la misma del régimen anterior. En el día de hoy, Ennahdha cambió de táctica: Ha tratado de esconder a los salafistas (fáciles de reconocer con sus largas barbas y sus vestidos afganos) y puso en su lugar a sus miembros “con cara normal” (hombres de mediana edad y otros afiliados oportunistas, “huérfanos” tránsfugas originalmente provenientes del partido del gobierno anterior derrocado). Estos últimos, calculados unos cientos, han tratado en vano mezclarse con el flujo de la marcha del pueblo. Solo lograron avanzar en dos o tres islotes identificados y separados del resto. Sus limitados lemas muy pobres eran a favor del gobierno y Ennahdha, por supuesto. Y cuando los jóvenes y el resto del pueblo cantaban el himno nacional, aquellos trataron de mimetizarlos sin convencer a nadie, provocando risas de desprecio por la evidente demagogia y charlatanismo ya que todos sabemos que en fecha reciente han desagrado la bandera nacional, rechazado el himno que lleva un poema con una fibra patriótica muy profunda, rechazado incluso el Estado-nación tunecino por el cual se ha luchado por generaciones y con sangre contra las fuerzas coloniales francesas de ocupación por más de 80 años. En fin su nueva maniobra durante esta marcha no ha engañado a nadie. Con sus lemas libertarios y sus alegres cantos universales el pueblo con sus mujeres aguerridas y su juventud rebelde sigue profundizando su conciencia política y anti-imperialista al grito de:
“¡Túnez libre, libre y la reacción pa’fuera!”. “¡Abajo sionistas viva Palestina Libre! “¡Túnez soberana, ni Obama ni Qatar!” y “¡Viva el Internacionalismo Proletario!”
La lucha del pueblo sigue su larga marcha combativa por medios pacíficos hoy con mejor y mayor organización para conseguir el cambio social necesario a través del poder de un Estado que represente con dignidad e integridad los intereses nacionales, dejando atrás en el basurero de la historia estos miserables oportunistas islamistas que han recuperado y tergiversado la victoria del pueblo lograda con la sangre de nuestros mártires en los 29 días luminosos de la Intifadha, entre el 17 de diciembre 2010 y el 14 de enero 2011.
¡Sólo el pueblo salva al pueblo!
Rashid SHERIF
01/05/2012, 4:37 pm