CONTEXTO
Pasados casi año y medio después del éxito de la Intifadha ’al Karâma o Insurrección de la Dignidad, como decimos en Túnez [lejos de aquella denominación folklórica barata y ridícula de las fuentes occidentales, hablando de “primavera árabe” y “revolución del jazmín”; como hablaron de “revolución de colores” en prensa sensacionalista], en éste país nos encontramos en un seria y grave encrucijada de caminos por una parte con fuerzas dominantes derechistas y reaccionarias bajo manto islámico fuertemente apoyadas por los mismos intereses imperiales europeos y de EEUU que a su vez habían apoyado por décadas a las dictaduras de los dos regímenes anteriores, las que sometieron al pueblo desde la independencia formal de 1956 hasta la insurrección popular y pacífica del 14 de enero 2011.
Por otra parte, resultado de la represión férrea de la dictadura, tenemos ahora partidos políticos disgregados, sin rumbo claro y por consiguiente sin suficiente peso en el escenario nacional, dejando así un vacio peligroso. Y a la vez, tenemos nuevas fuerzas populares con arraigo patriótico (asociaciones, sindicatos, organizaciones diversas) en rápido crecimiento y con notables iniciativas en búsqueda de un marco nacional para desarrollar su potencial sociopolítico y con vista a unificar su fuerza política alternativa.
El pueblo insurrecto exigió, obtuvo y votó por una asamblea constituyente la cual normalmente en tres a seis meses debía redactar una nueva constitución y abrir paso a nuevas elecciones para una segunda republica. Este proyecto del pueblo se volvió una mascarada con una asamblea constituyente sin redactar una sola línea en cinco meses! transformada a la fuerza en un parlamento (en el sentido etimológico) hablador y banal con mayoría de color islamista y una oposición minoritaria disgregada. Con esta abusiva configuración el voto en ese hemiciclo se hace automático a favor de los islamistas dando por resultado caricatural un presidente provisional candidato único sacado por supuesto con el voto mínimo islamista, cargo honorifico por lo demás; mientras la asamblea se despojó de grandes prerrogativas a favor de un gobierno provisional de los islamistas. Ha sido una farsa.
COMENTARIO
De esta nueva realidad derivan en la entrevista con Julian Assange las posiciones avanzadas por el presidente provisional Moncef Marzouki (MM), presidente de “opereta”, durante su entrevista donde aparece tenso y con lenguaje dictado por sus alianzas y además sus opiniones a menudo demagógicas, superficiales e incoherentes. Destacaremos algunos puntos:
1) MM afirma que los islamistas se han vuelto “demócratas”, ¡como por magia! Hay que recordar el pasado horroroso de las acciones terroristas de estos mismos islamistas, las que han costado vidas inocentes en hoteles y plazas públicas, y por lo cual unos fueron encarcelados mientras otros huyeron al extranjero. No tuvieron participación alguna en el proceso insurreccional del pueblo. Su proyecto era otro como se desveló últimamente. Todo indica hoy su resentimiento hacia nuestro pueblo que no los necesitaba para liberarse del yugo de la dictadura. Y todo indica sus grandes esfuerzos por recuperar y tergiversar esta victoria del pueblo insurgente. Desde su acceso al gobierno, los islamistas no han dejado de hostigar, provocar gravemente, amenazar y reprimir al pueblo directamente o a través de sus milicias fascistas. Los hechos son diarios y abrumadores. Todas sus fechorías quedan en la impunidad cuanto más la justicia corrupta está en sus manos hoy. Por más que en sus declaraciones MM trata de cubrir estas acciones, él mismo y su minúsculo partido político no son más que un pretexto, un “alibi democrático” a favor de los islamistas. MM se refiere a su pasado de defensor de derechos humanos y pretende vivir hoy de ese pasado cuando en la realidad diaria no hace más que encubrir las acciones oprobiosas de estos degenerados que se sirven de la religión, con crimines impunes de sus milicias y bandidos. Todo lo cual MM calla como pago por el sillón presidencial.
Existen evidencias de un compromiso formal firmado en Washington por MM con el gobierno de EEUU para aceptar una componenda, un verdadero Pacto de Washington [algo que recuerda el Pacto de Punto Fijo], firmado en esa ciudad para la formación en Túnez de un gobierno entre islamistas y “progresistas” de oficio y a la medida como MM, un gobierno según “el modelo de Israel”, como decían. Sabemos de sobra que la asociación entre “democracia” e “Islam político moderado” made in USA no son más que una mascarada.
2) MM afirma que no hay interés en sacar a la luz los archivos de la policía política de los dos regímenes dictatoriales anteriores y que simplemente hay que “olvidar” los crímenes pasados contra el pueblo. Además de absurda, ridícula y abusiva esta posición no hace más que apoyar los esfuerzos de los islamistas en el poder los cuales precisamente no les interesa revelar dichos documentos de la policía secreta. La clara razón es que hoy ellos mismos se están apoyando en las estructuras del régimen anterior y sus servidores para asentar su nuevo poder a todos los niveles de la economía dependiente, la administración y justicia corruptas, la policía política todavía imperante y la policía represiva contra todas las libertades ganadas con sangre durante la insurrección. En pocas palabras, el nuevo régimen que se está implantando necesita con evidencia del pesado cuerpo entero del régimen anterior incluyendo su milicia y hasta una buena parte de miembros del partido del gobierno derrocado.
La posición solidaria del pueblo, los patriotas y el sindicato UGTT muy al contrario es a favor de la abertura de expedientes de los asesinos francotiradores de la policía, de los archivos de la policía secreta, tal como ocurrió en África del Sur para dar paso a una comisión nacional independiente de rendición de cuentas, hasta alcanzar la justicia verdadera y más tarde una reconciliación y la paz.
3) Jullian no abordó el tema de Libia pero preguntó acerca de las declaraciones y acciones de MM en relación con Siria y Bahréin. Yo diría por mi parte que la posición asumida por MM y el gobierno islamista en cuanto a Siria es la misma que ha sido en el caso de Libia, y la misma explica la posición callada y cómplice en cuanto a Bahréin. Cuando MM convocó en Túnez, país de la Intifadha ’al Karâma, la vergonzosa llamada “Conferencia de los amigos de Siria”, no hacia más que pagar una cuenta con los amos de ayer y hoy, con el gobierno de EEUU seguido por el de Francia y las monarquías decadentes del Medio Oriente. En aquel día, los patriotas hemos salido a la calle para protestar con indignación contra aquel bochornoso evento llevado a cabo en un territorio que el pueblo con su sangre liberó de la dictadura apoyada por esas mismas fuerzas imperiales. Fuimos duramente reprimidos con sangre derramada a manos de la policía anti-motines al mando del gobierno provisional islamista con MM a su cabeza presidencial. Este último no ha hecho más que obedecer las órdenes superiores como todos los cachorros del imperio de ayer y de hoy.
El argumento de MM es que igual que fue adversario de la dictadura en Túnez, lo es hoy en contra de la dictadura en Siria. Este argumento da risa cuanto más afirma al mismo tiempo que “no le importa el conflicto entre Siria e Israel”, una afirmación que lo denuncia abiertamente como cómplice sino incluso agente del imperio el cual sigue tratando de reorganizar el mapa de África y el Medio Oriente a favor de sus intereses y los de Israel. Para los patriotas tunecinos, en Siria se trata de un intento por repetir la intervención militar criminal de la OTAN en Libia. La pretendida oposición externa no es más que un conjunto mesclado de mercenarios. Las reformas en Siria son asunto interno exclusivo del pueblo sirio. MM evade y pasa bajo silencio la pregunta de Assange acerca de la presencia patente de agentes militares y de inteligencia de EEUU dentro del territorio de Siria, país soberano. Su juicio superficial acerca de Hassan Nasrallah, gran patriota libanés, guerrillero vencedor del enemigo sionista y prestigioso líder anti-imperialista de Hezbollah, no merece un comentario ya que se inscribe en la propia línea de sometimiento a los intereses del gobierno de EEUU, su protector. El otro silencio de MM en relación con la dura represión de la insurrección popular en Bahréin tanto por la policía local como por diez mil soldados sauditas es otro dato de complicidad con autocracias y monarquías al servicio directo del imperio.
En Túnez, MM aparece como un títere de los islamistas y alguien que se ha renegado de su pasado aunque trata siempre de encubrirse con él. Sus gesticulaciones ridículas y sus declaraciones desajustadas e incoherentes dentro y fuera del país provocan risas y comentarios jocosos.