El terror individual como patrón de la política exterior de Washington

La eliminación física de políticos extranjeros caídos en desgracia con Estados Unidos se ha convertido en una cuestión rutinaria para el gobierno de Barack Obama. Los servicios especiales norteamericanos han aprovechado la experiencia de las organizaciones terroristas internacionales como también sus propios aportes, como por ejemplo, la inducción de contaminación cancerosa o el uso de “minas radioactivas de acción retardada.” El Imperio no ha finalizado sus operaciones clandestinas contra los “líderes populares” de América Latina ni siquiera después de la muerte de Hugo Chávez.

Alguien diría --¿Se trata otra vez de la “teoría conspirativa”? ¿Será la historia de los crueles métodos empleados por los círculos gobernantes de Estados Unidos para despejar el camino y establecer la Pax Americana, partiendo de guerras no provocadas hasta el terrorismo individual? Exactamente, así es. La limpieza que apunta a deshacerse de los “políticos inamistosos e inconvenientes” sigue adelante. La credibilidad de Obama ha mermado mucho desde que llegó al gobierno. Ha comenzado a sufrir situaciones de crisis con mayor frecuencia. Está creciendo la percepción tanto en el país como en el exterior que algunas fuerzas del establecimiento global que ejercen el poder entre bastidores, influyen en la toma de decisiones del gobierno.

A consecuencia de la parálisis en Siria, Estados Unidos necesita contrapesar este fracaso buscando atajos en otras direcciones importantes de la política exterior. Sondear con mucha cautela a Teherán para ver si está listo para reducir la gama de diferencias y emprender la vía para un diálogo constructivo tiene pocas perspectivas en el futuro tomando en cuenta la influencia del grupo de presión israelí en Estados Unidos. Esta es una de las razones por qué Washington ha intensificado las actividades subversivas contra Venezuela. Los esfuerzos se han concentrado en socavar la estabilidad económica, financiera y política del país. Paso a paso los servicios especiales de Estados Unidos implementan una serie de operaciones que apuntan hacia el derrocamiento de Maduro, sucesor de Hugo Chávez. La historia del avión presidencial da razones para alarmarse. Como se sabe, Nicolás Maduro se rehusó a tomar parte en la 68ª Asamblea General de Naciones Unidas pues había informaciones de ciertas fuentes que se planeaba asesinarlo en Nueva York. El Presidente Maduro había visitado China antes de iniciarse la Asamblea General de la ONU y se reintegró a su trabajo para firmar una serie de acuerdos energéticos, construcción de plantas ensambladoras de vehículos como también para obtener préstamos mil millonarios, entre otras cosas. Un mes antes de su viaje a China, el Presidente ordenó una exhaustiva revisión de su Airbus A-319CJ luego de haberse cumplido un período de mantenimiento de cinco meses (¡!) en la planta de Airbus de Francia. Maduro señaló que tuvo una corazonada para justificar su decisión –no fue en vano. Los expertos venezolanos encontraron graves defectos en una de las alas. Esto obligó al Presidente venezolano hacer el viaje a China en un avión perteneciente al grupo regional ALBA, un Ilyushin IL-96 de propiedad de Cubana de Aviación.

Para complicar aun más las cosas, Estados Unidos primeramente prohibió el sobrevuelo de Maduro en Puerto Rico, cosa que nunca había ocurrido antes. Al comienzo, los pilotos tuvieron que introducir modificaciones al plan de vuelo para rodear al país y volar siguiendo una vía desconocida, incluyendo cielos sobre al Ártico. Finalmente, Estados Unidos cambió su posición y en el último momento dio el permiso para retomar la ruta a través del espacio aéreo de Puerto Rico. A su regreso del viaje a China, Maduro culpó de los sucedido a “círculos reaccionarios internacionales” señalando que ellos sabían de su viaje a China y que estaban conspirando en su contra. Ellos creen que matando a Nicolás Maduro pondrían fin a la Revolución Bolivariana. Maduro sostiene que ellos saben muy poco acerca del pueblo venezolano y de lo que son capaces las Fuerzas Armadas Bolivarianas. El Departamento de Estado pretendía que Maduro entregara las correspondientes evidencias que demostraran el hecho conspirativo, las publicaciones que participan en el esfuerzo propagandístico hacen todo lo posible para poner al Presidente venezolano como un “hazmerreir”. Airbus refuta las acusaciones de parte de la dirección política venezolana la cual es reacia a entregar todos los detalles sobre la planificada acción subversiva de manera que estos sean divulgados. Airbus inició su propia investigación.

En Venezuela se piensa que la sospecha recae en la CIA residente en Francia, el Mossad de Israel y círculos de poder en Francia que recientemente y con frecuencia actúan en asociación con Estados Unidos. Aparentemente Washington cree que la desaparición de Maduro conduciría a una lucha intestina en las filas bolivarianas, socavando el actual equilibrio entre los poderes civiles y los militares del país y despejar así la vía para la victoria de la oposición radical. Su líder, Enrique Capriles, colabora con Washington y Tel Aviv. Si él logra vengarse por la derrota en la pasada elección presidencial, una “carnicería ejemplarizadora” contra los seguidores del actual gobierno estaría garantizada. Esto es lo que se tiene que tener permanentemente en cuenta y contrarrestar cualquier intento de la “quinta columna” de introducir una cuña en las relaciones entre los seguidores de Chávez-Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela.

Hubo otra indicación que Maduro estaba en peligro.

HelminWiels, líder de Pueblo Soberano, el partido político más grande de Curazao después de las elecciones de octubre del 2012 fue recientemente asesinado en la Isla de Curazao a 40 kilómetros de Venezuela. Luego de su victoria electoral de octubre del año pasado, Wiels trató de organizar una coalición de centro-izquierda. De todos los dirigentes políticos de izquierda en Curazao, él era el más cercano a Chávez y luego Maduro. Wiels luchaba por la plena independencia de la Isla y poner fin a la presencia militar norteamericana en Curazao.

Fuerzas armadas de Estados Unidos están estacionadas en Curazao con el pretexto de contrarrestar el narcotráfico. Aviones militares norteamericanos patrullan las áreas cercanas a Venezuela. La CIA residente en Willemstad que actúa bajo la cobertura de Consulado General de Estados Unidos en Curazao, tenía hace tiempo individualizado a Wiels como el político que planteaba la mayor amenaza a los intereses norteamericanos y que era “financiado por el régimen chavista”. Todos sus movimientos (especialmente sus visitas a Caracas y La Habana) eran estrechamente vigilados, sus llamadas telefónicas intervenidas, sus mensajes de Internet eran interceptados. Le propinaron siete disparos mientras descansaba en la playa Marie Pampoen de la Isla. Su escolta había sido despachado y sus asesinos lo sabían.

La policía detuvo a uno de los sospechosos pero luego se informó que este “se suicidó” estando en prisión. Los isleños no creen es esa historia.

Nada se sabe de los otros involucrados en el crimen. Es muy posible que los que están detrás del crimen se estén divirtiendo en algún lugar como Miami, por ejemplo, esperando que les asignen otra misión, mientras tanto, los cuerpos de los asesinos “locales” descansan en barriles cementados que yacen en el fondo del Mar Caribe.

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
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Nil Nikandrov

Periodista y analista político escribiendo frecuentemente en la revista rusa internet Strategic Culture Foundation.

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