Como es su costumbre Trump volvió a arrimar la brasa a su sartén. En vez de centrar su rendición de cuentas anual –State of Union- en la reseña detallada de los logros alcanzados en en 2019 y en la presentación de sus planes para este año, aprovechó la oportunidad para reforzar su campaña electoral entre diversos sectores de la población.
- Para los supremacistas blancos y quienes votaron por él confiando en su oferta de devolver la grandeza a E.E.U.U. destacó sus logros económicos, los acuerdos diplomáticos con otras potencias y las bondades del nuevo tratado de con Canadá y México. Se vanaglorió de haber eliminado el General Soleimani, el terrorista más peligroso del mundo según él y les ofreció trabajar más duro este año para que el mundo reconozca y respete el liderazgo de Estados Unidos.
- Complaciendo a la Asociacion Nacional del Rifle reiteró su apoyo a la Segunda Enmienda y al derecho de portar armas.
- Le ofreció al Bible Belt (cinturón de la Biblia) echar para atrás la legislación vigente relativa al aborto.
- Condecoró al presentador radial de la extrema derecha con la Medalla Presidencial de la Libertad, el más alto honor civil estadounidense.
- Le otorgó una beca a una niña afrodescendiente mientras entre líneas asomaba una eventual privatización de la educación.
- Reunió a un militar destacado en Etiopía con sus hijas que no veía desde hace un año.
- Para satisfacer a potenciales votantes en Florida, estado electoralmente definitorio, invitó por primera vez en la historia a un dizque mandatario latinoamericano al State Union: el títere ato-proclamado por instrucciones suyas, Juan Guaidó.
Los medios y comentaristas de EEUU centraron sus análisis de lo ocurrido ese día en la creciente desunión del status político que afecta al país, evidenciada tanto por el desencuentro entre Trump y la Pelosi como por la pequeñísima diferencia en la votación que libró a Trump del juicio político. Y criticaron duramente la abusiva promoción de su candidatura. Cabe mencionar que, al menos el 4 y el 5, no encontré mención alguna al auto proclamado en los medios más conocidos.
Podría pensarse que la invitación al farsante Guaidó, además de cubrir un objetivo electoral y recalentar la guerra declarada contra Venezuela, tuvo algo que ver con la visita del canciller Lavrov a nuestro país y, muy al estilo Trump, marco distancia con Almagro, la OEA y a los presidentes latinoamericanos.