Después de una maratónica espera de cuatro interminables días, donde se evidenció el anacronismo del sistema electoral norteamericano, la puja por el poder entre los poderosos grupos monopólicos transnacionales yanquis, representados en cada uno de los dos candidatos; las chapucerías, marramucias y trampas de Trump para aferrarse al poder y todos sus enormes beneficios económicos, políticos y militares; en resumen, no soltarlo. Y se acabó la espera, quedaron en evidencia las llagas, las pústulas de una nación profundamente enferma y descompuesta en sus clases dirigentes.
Si pudiera hablarse de algún mérito del presidente saliente, es haber puesto al desnudo, con su desgobierno, las contradicciones entre las clases sociales que conforman la sociedad norteamericana que se expresa en la brutalidad y criminalidad del gobierno saliente y los cuerpos represivos, y la cruel burguesía dominante contra el pueblo: negros, latinos, árabes, asiáticos, trabajadores del campo y la ciudad. 30 millones de nuevos desempleados en medio de la pandemia, industrias paralizadas, pobreza más que visible en las principales ciudades del país. Una evidente muestra de ello han sido las gigantescas movilizaciones en todos los estados, por parte de los sectores de las clases y sectores humildes contra el estatus. Demostraciones de grandes grupos armados, virtuales ejércitos.
Todo indica que el nuevo presidente norteamericano, Biden, el mismo que se dice redactó, cuando era vicepresidente del gobierno de Obama, aquel injusto y perverso decreto que nos declara a Venezuela "amenaza para la seguridad nacional" de EE.UU., en las primeras de cambio piensa en un gobierno amplio, que recupere la fracturada unidad nacional, hecho puesto en evidencia con la paridad de votos alcanzados por cada candidato. Sin embargo, en su primera alocución (y durante toda la campaña) para nada se refirió a un programa de cambios y beneficios para el pueblo norteamericano; un discurso laigh donde la política exterior brilló por su ausencia.
Biden fue la parte ejecutora de las políticas de agresión y de injerencia del gobierno "demócrata" de Obama en otras naciones. Durante esa administración (2009/2016), además de la guerra contra Libia y Siria, a través de la CIA y el Departamento de Estado y la creación de ejércitos mercenarios como Daes, la nación norteña estuvo vinculada o dirigió de manera directa los golpes de Estado contra el Presidente Manuel Zelaya, en Honduras (2012), Dilma Rouseff, y la prisión de Lula Da Silva, en Brasil (2016), el intento de golpe contra Rafael Correa, en Ecuador (2010). Impusieron las candidaturas de Macri (Argentina); Bolsonaro, (Brasil); Piñera (Chile). La mano siniestra de Biden estuvo metida en todos esos procesos golpistas en su condición de vicepresidente.
¿Anulará Biden el decreto anti venezolano de Obama, ratificado 7 veces por Trump, y suspenderá el bloqueo económico; nos devolverá la robada refinería Citgo; los millones de litros de gasolina Iraní que también nos robaron en alta mar como en la vieja época de los bucaneros ingleses; le ordenará a su gobierno títere de Colombia, que nos entregue la empresa Monómeros? ¿Continuará la política injerencista de su antecesor, entrenará grupos mercenarios como hizo Trump y su eunuco presidente colombiano, y/o preparará una agresión armada?
¿Restablecerá las relaciones con Cuba, como lo inició Obama y Trump las anuló, y, sobre todo, levantará el criminal bloqueo económico que dura ya 6 décadas contra la heroica y sufrida Isla?
do 7 veces por Trump, y suspenderá el bloqueo económico; nos devolverá la robada refinería Citgo; los millones de litros de gasolina Iraní que también nos robaron en alta mar como en la vieja época de los bucaneros ingleses; le ordenará a su gobierno títere de Colombia, que nos entregue la empresa Monómeros? ¿Continuará la política injerencista de su antecesor, entrenará grupos mercenarios como hizo Trump y su eunuco colombiano, y/o preparará una agresión armada?
¿Cuál será la política exterior norteamericana hacia Latinoamérica, donde un conjunto de importantes países tienen gobiernos progresistas, de izquierda y revolucionarios, con una visión del mundo totalmente diferente, distinta a la visión colonial, imperialista, de los Estados Unidos?
Como señalé, Biden no hizo una sola referencia a la política de un país en decadencia como imperio. Su rusofobia es ampliamente conocida. ¿Volverá a la nefasta Guerra Fría y seguirá la extremadamente línea anti China preconizada por Trump y llevará al mundo al borde de una tercera guerra mundial?
Muchas son las interrogantes que surgen del nuevo gobierno norteamericano y su flamante presidente. Algo si debemos tener claro los venezolanos, no hacernos ilusiones de que seremos tratados como nación de manera digna y respetuosa, como iguales, como nación independiente y soberana, esa es una tonta percepción. Si Biden redactó, como vicepresidente del gobierno demócrata de Barack Obama, el asqueroso decreto que nos señala como una amenaza para el país del "norte revuelto y brutal que nos desprecia", como dijera el Apóstol José Martí. Aunque no lo querramos todo indica que debemos prepararnos para luchar y enfrentar potenciales agresiones militares, nuevas agresiones económicas y políticas por parte de los Estados Unidos del Norte y sus lacayos latinoamericanos.
Estados Unidos, es conocido, tiene petróleo sólo para 5 años y está gastando aceleradamente sus reservas petroleras. Esa circunstancia nos pone directamente en la mira yanqui. Apetecen nuestro petróleo que está a escasos diez días de sus costas. Aquí hay petróleo en abundancia para unos 300 años. La lógica indica que debería volverse a la compra del hidrocarburo a Venezuela, como se hizo durante años, el comercio entre las dos naciones, pero… existe un decreto que nos señala como nación agresora de los Estados Unidos del Norte, aunado a eso hay un cerco y un criminal bloqueo, no podemos comerciar ni con ellos ni con ningún país; nuestro oro se lo chorearon (robaron, hurtaron, confiscaron) los bancos ingleses y su pillo gobierno. Ellos se robaron, además del dinero que estaba depositado en los bancos gringos, la refinería Citgo. ¿Le vendería Venezuela petróleo a los Estados Unidos si antes no nos devuelven todo los billones de dólares que nos han quitado? Sería un pésimo, vil, indigno y anti nacional negocio.
No es que no pueda ocurrir, repetimos, que en un acto de sensatez, justicia y honestidad, Biden, resarza esas confiscaciones, devuelva Citgo y otras empresas, descongele las cuentas y suprima el bloqueo a nuestro país, ¿pero Biden se manda solo, soberanamente, es el caudillo, u obedece a los mandos de corporaciones, trust y monopolios, el complejo militar/industrial, una oligarquía que lo impuso como candidato, para continuar la política que con Obama quedó inconclusa porque los demócratas perdieron las elecciones en el 2016 ante los republicanos y se montó Trump y los republicanos.
Por supuesto que Venezuela debe intentar restablecer las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos del Norte, a ellos les interesa y a Venezuela también, pero se debe tener claro todos los elementos que he señalado. No es fácil y en el poder está quien redactó un decreto que nos señala como nación agresora de la que hoy dirige el nuevo presidente. La situación es compleja y las necesidades de petróleo del país del norte, apremiante. Repito, hay que prepararse para una o más agresiones militares.
Ojalá impere la sensatez, el buen juicio en los nuevos gobernantes norteamericanos. Si nos agreden, los soldados y el pueblo en armas los harán morder el polvo de la derrota. Además, Venezuela no está sola, a su lado están, política y militarmente, Cuba, Rusia, China, Irán, Bielorusia…