Trincheras de Ideas

Trump, Bolsonaro, Moreno: tres peligrosos tipos de cuidado

El encierro tiene la ventaja que le permite a los ciudadanos de Venezuela y del mundo, como individualidades, y como pueblo de cada nación, discernir, analizar, seguir lentamente el comportamiento de los líderes de sus países y de otras naciones, percibir las políticas que los benefician o perjudican a través de valientes y objetivos canales televisivos como Tele Sur, Hispan TV, Rusia Today, Venezolana de Televisión, por redes sociales y páginas web.

Si algo es compartido por la humanidad, recluida en obligada cuarentena en sus casas para salvar la vida de un posible contagió del terrible coronavirus, es la responsabilidad que tienen algunos presidentes en la difusión del mortal germen en sus propios países y la incapacidad, por ineptos, insensibles, inhumanos, por defender sólo el capital y al FMI y no el ser humano, para enfrentar el mal y cuya estabilidad y permanencia en el poder, después que pase la crisis, está seriamente cuestionada y sometida, incluso, a intentos sociales para sacarlos del poder, como como se vislumbra en los casos de Moreno, Bolsonaro incluso Donald Trump.

Ya nadie tiene dudas, a estas alturas, que fueron los científicos norteamericanos quienes crearon en sus laboratorios en Norteamérica el virus y lo llevaron, en primera instancia, a la ciudad China de Guján algunos de sus soldados –inoculados del virus quizás sin saberlo– que realizarían prácticas militares, según se supo o divulgó.

¿Por qué el gobierno norteamericano utilizó semejante y arma que desataría una terrible enfermedad entre el pueblo chino?

A nuestro juicio buscaban los oligarcas capitalistas norteamericanos frenar el incontenible desarrollo económico e industrial de la República Popular China y frenar la esperanzadora política de la Ruta de la Seda, que involucraba y beneficiaría a decena de países y pueblos.

¿Qué ocurrió después?

Que los politiqueros yanquis, encabezados por el incapaz presidente Trump y la sedicente y subversiva maquinaria mediática norteamericana y mundial, manipularían el hecho del brote en la ciudad china y responsabilizarían a ese país de ser el creador del virus. No sería la única forma de difundirlo hasta que, por su incapacidad y su carencia de visión estratégica y de sensibilidad humana perdieron el control del mismo y se convirtió en pandemia universal que los atacó a ellos con particular virulencia, incluso a los militares de enormes portaaviones y cruceros.

Aclaremos que el uso de los virus como arma político/militar no es nueva en los gobiernos norteamericanos, su uso contra Cuba y su revolución, por ejemplo, ha sido constante, permanente en todos estos 60 años de vida del proceso revolucionario cubano. Mencionemos unos pocos: la fiebre porcina, la roya del café, el virus de la caña, la meningitis equina y otras muchas más. Pero no fue sólo en Cuba que trataron de diezmar su población. Durante la guerra de agresión contra el pueblo de Vietnam, los yanquis experimentaron todo tipo de virus contra el pueblo vietnamita, utilizaron desfoliadores, experimentaron con nuevas armas. Así que señalar a los Estados Unidos del Norte como los creadores y propagadores del coronavirus, no es ninguna blasfemia o que se quiera culparlos de algo de lo que ellos no tienen responsabilidad.

Si se aprecia cómo los Estados Unidos del Norte son el primer país en el mundo con mayor incidencia del coronavirus, las espeluznantes cifras de millones de contagiados y 248.000 fallecidos dan, lamentablemente, el inmenso dolor del pueblo norteamericano.

LA CONDUCTA DE TRES PRESIDENTES CONTRA SUS PUEBLOS

¿Cuál ha sido la conducta de algunos gobiernos y sus presidentes para acometer o enfrentar la pandemia?

Veamos algunos. Por ejemplo el saliente presidente norteamericano Donald Trump, el presidente brasileño Jair Bolsonaro y presidente ecuatoriano Moreno. Su actuación más deficiente, errática e inhumana no ha podido ser y las consecuencias de sus múltiples desaciertos las vienen pagando la mayoría de sus conciudadanos que ven estupefactos como se desarrolla la enfermedad exponencialmente y son cada vez más los contagiados y fallecidos y nada parece detenerla y no hay políticas estatales al parecer, para evitarlo. Es como resignarse a esperar la muerte.

Comencemos por Ecuador donde ciudades como Guayas en la Provincia de Guyaquil, parece una novela de terror, lo que allí se ha visto es para no creerlo por las crudas y crueles escenas donde los protagonistas son hombres y mujeres del pueblo ecuatoriano, carente de gobierno que direccione aquella enorme crisis que tiene muchas caras.

Personas que van caminando y de pronto se caen muertas por la acción del coronavirus. Nadie las recoge, a los transeúntes les da miedo de contagiarse. No hay brigadas gubernamentales de sanidad, de pronto alguien llega, con sumo cuidado le riega gasolina y prende el supuesto cadáver. Eso se ha venido produciendo una y otra vez, a ello hay que agregar que a muchas familias les fallece un familiar contagiado, dentro de la casa y permanece tres o cuatro días dentro del hogar. Cansados de llamar a las autoridades sanitarias que ni acuden ni les hacen caso, optan por llevar el deudo fallecido a la calle, a pocas cuadras del hogar, le rocían gasolina y le prenden fuego. Ni siquiera cuentan con la presencia de un sacerdote que santifique el fallecido.

En todo el tiempo que ha durado la crisis, el presidente Moreno no ha dado la cara como gobernante al sufrido pueblo ecuatoriano. En las primeras de cambio se refugió en las Islas Galápagos, huyendo de la pandemia. Cuando al final dio la cara por la tv, su mayor oferta fue la elaboración de ataúdes… de cartón, para enterrar los muertos, que aumentan exponencialmente. A ello debe agregarse el entierro de los muertos, en jardines y cementerios improvisados y en fosas comunes. En fin, un caos que crece tanto como la pandemia.

Por si fuera poco el drama que vive Ecuador y su pueblo, se debe agregar las políticas retaliativas y la persecución política contra las fuerzas progresistas y revolucionarias que dirige el ex-presidente Rafael Correa, a quién un tribunal manipulado por el presidente Moreno lo condenó a 8 años de cárcel y ¡25 años! de inhabilitación política. La persecución se extiende a las figuras más prominentes del partido de Correa. El miedo del dictadorzuelo y la oligarquía quiteña a Correa se acentúa en la medida que las encuestas lo dan como puntero para unas próximas elecciones. Poco le importa a la burguesía que mueran los hijos del pueblo ecuatoriano diezmados por la peste, para ellos importante es retener el poder –alcanzado mediante infames mentiras y traiciones–, el dominio del capital por encima de la vida humana y su prosternación ante el gobierno yanqui y sus transnacionales.

¿Durará después de la pandemia esa lacra que es Moreno, en el poder? Mucho lo dudamos, el pueblo ecuatoriano le cobrará con crees su vil traición y la destrucción de Ecuador.

BOLSONARO, EL PRESIDENTE DE LOS RICOS Y EL GRAN DESTRUTOR DE BRASIL

Uno de los casos más patéticos dentro de esta guerra que el imperio norteamericano le desató al mundo, es el del presidente de Brasil e incondicional cipayo de Trump y los gobernantes norteamericanos, Jair Bolsonaro. Es un caso que oscila entre el cinismo, la mentira, la estupidez.

Al sólo llegar el virus a Brasil, ya con lo que estaba ocurriendo en China, en Italia y España y comenzaba en los Estados Unidos, donde los contagiados subían exponencialmente, lo sensato era tomar las medidas necesarias para enfrentar la pandemia, suspender las actividades laborales y comerciales, llamar a la cuarentena. ¿Qué hizo el presidente Bolsonaro? Replicar al presidente Trump, y repetir que aquello era una simple gripe, que no se suspendería los trabajos y la vida continuaría su ritmo cotidiano, como en efecto ocurrió.

Los brasileños quedaron estupefactos, no podían creer que el presidente de la nación tuviera semejante y torpes opiniones sobre la grave pandemia y sometiera a todos los pobladores prácticamente a una muerte segura. Así, convencido que su errática posición era la correcta, el gobierno de Bolsonaro lanzó al país al despeñadero lo que agudizó las contradicciones en el seno del gobierno, pues muchos gobernadores de los distintos Estados, no sólo se opusieron a la posición insólita del presidente sino que la desacataron como de protección de la vida de los brasileños de sus Estados, a los que se les orientó la cuarentena y otras medidas de protección. Pero ya el mal estaba hecho, el virus se había desatado con un crecimiento de casos infectados y fallecidos.

Mientras la situación política generada por la pandemia agudizaba las contradicciones, los militares le dieron un singular golpe a Bolsonaro, no lo destituyeron pero le quitaron prácticamente poderes, de manera de poder enfrentar la pandemia con un real retraso de más de tres meses cuando esta comenzó.

¿Seguirá Bolsonaro en el poder después de su errática y desacertada posición y opiniones sobre la pandemia?

No son sólo los militares los descontentos, son las grandes masas populares, los partidos de izquierda el país enfrentado al más incapaz, insensible y torpe de todos los presidentes que ha tenido Brasil. Pudiera pensarse que los días de Bolsonaro están contados. Brasil va hacia una enorme crisis política.

TRUMP, EL GRAN RESPONSABLE DE LA PANDEMIA DE CORONAVIRUS EN EL MUNDO

La llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos del Norte, marca, a juicio de los sectores progresistas de esa nación y del mundo, de intelectuales y pensadores progresistas, la etapa de mayor decadencia política de los sectores oligarburgueses norteamericanos. El pésimo manejo de la pandemia por parte de Trump y su gobierno, coloca a esa nación a la cabeza como la más contaminada por el convid y la más alta cantidad de fallecidos en el mundo, precisamente por el pésimo o nulo manejo de la crisis hospitalaria, con la incidencia de la larga pandemia en la economía que arroja en estos momentos la conservadora cifra de ¡treinta millones de nuevos desempleados!

El rostro de una profunda crisis económica asoma su fea cabeza en aquella sociedad de grandes desigualdades, que con un gobierno incapaz, insensible, inhumano, permitieron, con el pésimo manejo de la pandemia, que la crisis económica y social se profundizara, con el agregado de tener un presidente con evidentes trastornos mentales y un pésimo o nulo manejo de la política, la cual ignora hasta en sus fundamentos básicos. Así lo podemos apreciar en los últimos acontecimientos políticos donde, ante una evidente derrota electoral ante su oponente Biden, se niega insólitamente a aceptar su derrota, profundizando con tan absurda y perversa actitud, la de por sí grave crisis política y social que estremecen los Estados Unidos del Norte y amenaza con generar una crisis permanente.

Ya sectores sociales en los Estados Unidos del Norte como los latinoamericanos, los negros, la juventud estudiantil, los obreros y los movimientos femeninos, los movimientos comunitarios, han salido en plan de lucha a las calles en las principales ciudades del país, a manifestar masivamente, a enfrentar la represión criminal de la policía, contra el racismo, la xenofobia, el desempleo, por parte del supremasismo blanco. Vienen grandes batallas. ¿Continuará Byden esa política atroz? Amanecerá y veremos. (27/11/2020) (humbertocaracola@gmail.com) (@hgcaracola) (revistacaracola.com.ve)



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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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