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La muerte mediante el uso Drones ya forma parte de la rutina en esta nueva modalidad de guerra mediante la cual se cometen asesinatos selectivos, se viola el territorio de las naciones y se pretende mantener el anonimato de los agresores.
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Un estudio presentado a finales de enero por el Buró de Periodismo Investigativo, reveló que al menos 2 mil 400 personas han perdida la vida por ataques de drones estadounidenses desde el 2009 en Pakistán, Afganistán, Yemen y Somalia.
El escenario de la guerra, el enfrentamiento entre batallones de soldados polvorientos, el estruendoso ruido de tanques a tropel y el corrí y corrí, en la búsqueda del médico del ejército para atender al soldado herido en plena batalla, ha cambiando totalmente. Ahora de tecnificadas oficinas y cómodas butacas, se puede jugar a la guerra, sin los riesgos y limitaciones de los enfrentamientos tradicionales a los que nos tienen acostumbradas las historias de las guerras mundiales que ha padecido la humanidad.
Ahora todo el aparataje y movilización de millones de hombres y de costosísima maquinaria militar, han sido desplazados por sofisticadas salas de Video Juego, con modernos controladores, con personal especializado, pero escaso personal para su manejo, produciendo los mismos efectos muertes, terror y destrucción.
Sí, produciendo los mismos efectos, muertes, terror u destrucción pero con menos costes para los manipuladores, al margen de todo control legal y sin cortapisas morales, porque la acciones generalmente están disfrazadas de anonimato, no así sus consecuencias que pueden ser televisadas y publicitadas.
Me refiero entre otras cosas, al uso de los llamados drones, que con sofisticadas tecnología pueden ser utilizados para realizar espionajes, sustituyendo a los enrevesados personajes ya conocidos para estas labores que han dado pie a tantas leyendas y series de televisión. Igual con su sensible tecnología son detectores de las tarjetas de celulares de personas previamente identificadas y hacerlos saltar en pedazos, donde estén y sin importar quien está a su alrededor; sin importar la condición de mujer, hombre, niño, enfermo, tercera edad, embarazadas, en iglesias, a plena calle a la luz del día o en la oscuridad de la noche.
La actuación es casi anónima, nadie se responsabiliza por las acciones, nadie se identifica plenamente con estas acciones de terror y a penas los afectados, bien parientes, bien los que están ligados a la causa de la víctimas culpan y señalan a los posibles responsables de tales acciones terroristas.
Eso sí, las acciones son grabadas y difundidas y puede Ud. Con regularidad informarse de "Explotado fulano de Tal, en cualquier país del mundo", supuestamente con amplio record de terrorista o potencial enemigo, junto a él, murieron, diez quince, veinte personas más, no importa quienes son, así sean inocentes, porque la acción puede realizarse hasta en un mercado público, en una calle ampliamente transitada, contra un apartamento, lo importante, es el supuesto terrorista acribillado, lo demás, son daños colaterales.
Este tipo de acciones a las que ya los medios internacionales no están acondicionando para aceptarlas como "normales", están convirtiendo al mundo en un escenario poco virtual, de una especie de Video Guerra Mundial, que no tiene parangón en la historia de la humanidad y está al margen de cualquier normativa internacional que la restrinja y mucho menos de organismos internacionales que puedan controlarla. Son operaciones militarmente sofisticadas, que juegan al escondido porque son generalmente anónimas, no sujetas a ninguna normativa internacional, al margen de cualquier traba de carácter moral y sólo justificadas y avaladas por el Poder Militar de algunas potencias, que pretenden controlar al mundo e imponerse a través de la Ley de la Selva, período que pensábamos ya, que estaba en el baúl de la historia.
Con esta modalidad y ahora comandos especializados atentan contra Jefes de Estado, Líderes Políticos, Adversarios involucrados en actividades bélicas y contra objetivos civiles como lo hemos ya apreciado por las informaciones internacionales.
¿Qué facilidades les brinda esta Video Guerra Mundial a los que la propician y ejecutan?, Son varias y por eso la amplían y universalizan: La impunidad, surge como una de las primeras, no hay a quien acusar, responsabilizar ni mucho menos condenar. El anonimato, no tienen rostros; violan toda norma internacional, no tienen fronteras. La justificación de las mismas puede ser llevada a cualquier plano, ideológico, político, potencial enemigo o porque me parece sospechoso, rompiendo con todo parámetro de principio de norma penal internacional conocido. Si se producen muertes equivocadas, inocentes muertos, bienes de personas no involucradas dañadas o cualquier otro agravio o crimen, queda como un daño colateral y ni siquiera las víctimas son importantes para las estadísticas oficiales o la mediática internacional. Lo importante en este caso es que "lo intentamos, pero nos equivocamos", porque ni siquiera se excusan o lamentan. Todo queda bajo el manto del silencio y la complicidad de un mundo que progresivamente parece deshumanizarse cada vez más.
Así son los tentáculos de la nueva Video Guerra Mundial, para la cual, la mediática internacional intenta condicionarnos y prepararnos, para que la observemos desde cómodas butacas, campaneando la bebida preferida y ellos haciendo de las suyas en el escenario de la anomia internacional.