Como todo en las sociedades, donde los procesos tienen un dilatado trasegar, la crisis estructural que afecta a Colombia ha capturado décadas y lustros con sus manifestaciones dramáticas y con opciones de salidas -Acuerdo de paz del 2016- que se desvanecen tan pronto como empiezan a mostrar algunos resultados.
El acceso al poder del Pacto Histórico y del presidente Gustavo Petro, después de las grandes movilizaciones populares del 2019, 2020 y de la descomunal explosión social de abril del 2021, es uno de esos sitios de quiebre de la historia nacional con grandes implicaciones y consecuencias sobre todo el entramado social y sus diversos planos: el económico, el político, el cultural y, por supuesto, el social.
El movimiento social, el pueblo, ha hecho la tarea de remover, de sacudir y destrozar las viejas formas de la dominación oligárquica y las infraestructuras utilizadas para el efecto condensadas en el bipartidismo liberal y conservador.
En ese sentido, hemos sido colocados en una compleja transición política (como la encarnada por el Frente Nacional en los años 60 o la suscitada con la Constitución de 1991) que tiene en el actual gobierno su actor protagónico central. Transición que no se da en términos apacibles y mas bien se mueve en medio de una aguda disputa política o en un escenario de intensa polarización sociopolítica.
El choque entre el bloque oligárquico y el campo popular ocurre a propósito del programa de transformaciones económicas, sociales y políticas reflejadas en el Plan de desarrollo del actual gobierno y en el paquete de reformas sociales que incluyen las de la salud, la laboral, la política de paz, la sustitución de los cultivos de coca, la seguridad, la de las pensiones, la agraria, la energética, la fiscal y las asociadas con la reorganización de las finanzas públicas y los tributos, y los modos del diseño estatal subnacional.
En la transición en curso, el gobierno del Pacto Histórico y el presidente Petro, hacen su desempeño en el marco de una correlación de fuerzas bastante frágil, sin una definición contundente en favor de una de las partes, lo que obliga a la transacción y los acuerdos (burocráticos, ministeriales e internacionales) muchas veces indeseables y hasta contraproducentes por sus impactos en los sectores sociales y en las expectativas de cambio entre las masas populares.
Pero así son los procesos políticos. Un avanzar y un retroceder.
Hoy, después de ver pasar mucha agua debajo del molino: golpes blandos, guerra jurídica, negación de reformas en el legislativo, anulación de los Consejos de Ministros abiertos, desmadre de la corrupción, auge de las violencias; se plantea un nuevo escenario para destrabar el proceso político mediante la convocatoria de una Consulta popular en los términos en que lo tiene previsto el texto constitucional y con los sentidos que la coyuntura le imprime a tal herramienta política.
La convocatoria a una Consulta popular, con sus reglas, protocolos y procedimientos legales, es una decisión tomada por el gobierno nacional, que al parecer corrige convocatorias populares anteriores, es un hecho político con grandes implicaciones que seria necio desconocer, tal como se dio con el referendo de Uribe en el 2003, el plebiscito por la paz de Santos y el referendo anticorrupción del 2018.
La Consulta popular invocada hoy para resolver el impase que tiene estancado y bloqueado el país sugiere otros sentidos que hay necesidad de explorar a profundidad en el debate que ira creciendo después de la semana santa. No es solo el asunto de la reforma laboral con sus temas fundamentales que convocan a la ciudadanía; la evocación política necesariamente deberá incluir temas como el de la democracia representativa y sus crisis, la democracia participativa, la hegemonía popular, el poder popular, el papel de los medios de comunicación, la paz, el medio ambiente, la salud, las tarifas de energía, el nuevo modelo de Estado y el papel de la Fuerza pública.
En todo caso, para el movimiento popular y social son muchos los retos que será necesario calibrar en el debate publico con el fin de identificar las rutas de la transición hacia nuevas formas de organización estatal y social que permitan la construcción de la paz y el ejercicio de los derechos fundamentales de millones de colombianos y el quiebre de los aberrantes privilegios de las castas oligárquicas.
En ese sentido, me permito sugerir algunos temas para el análisis en la perspectiva de una Consulta popular que no sea un mero juego oportunista electoral coyuntural y si una apuesta por los cambios a profundidad de nuestra sociedad:
- La crisis de la democracia representativa en Colombia y en el mundo
- La importancia de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 y la Constitución Política de Colombia en la historia del país
- La Asamblea Nacional Constituyente de 1991 y la Constitución Política de Colombia
- El contexto histórico y político en el que se llevó a cabo la Asamblea Nacional Constituyente de 1991
- Logros y limitaciones de la Constitución Política de Colombia de 1991
- Discutir cómo la Constitución ha sido reformada y reinterpretada a lo largo del tiempo
La crisis de la democracia representativa en Colombia
- Describir los síntomas de la crisis de la democracia representativa en Colombia, como la corrupción, la desigualdad y la violencia
- Analizar las causas profundas de la crisis, como la concentración del poder económico y político en manos de una élite
- Discutir cómo la crisis de la democracia representativa afecta a los ciudadanos y a la sociedad en general
Los cambios en el capitalismo y el surgimiento de la oligarquía tecnológica
- Describir los cambios que han estado ocurriendo en el capitalismo, como la globalización y la digitalización
- Analizar el surgimiento de la oligarquía tecnológica y su impacto en la economía y la política
- Discutir cómo la oligarquía tecnológica está desafiando la democracia representativa y la soberanía nacional
La necesidad de nuevas formas de democracia
- Discutir la necesidad de nuevas formas de democracia que sean más participativas, inclusivas y transparentes
- Analizar experiencias de democracia participativa y deliberativa en Colombia y en otros países. Analizar el Poder popular y sus manifestaciones
- Presentar propuestas para fortalecer la democracia en Colombia, como la Consulta Popular y otras formas de participación ciudadana
La Consulta Popular en Colombia
- Describir el contexto y el propósito de la Consulta Popular en Colombia
- Analizar los desafíos y oportunidades que plantea la Consulta Popular para la democracia en Colombia
- Discutir cómo la Consulta Popular puede ser un mecanismo para fortalecer la participación ciudadana y la democracia en Colombia
-Analizar las correlaciones entre la Consulta popular, la erradicación de la violencia y la construcción de la paz.