Trump pone su trasero en venta en la agenda comercial

Lo titula el Portal de El País de España:

"Trump se mofa de los países que piden negociar los aranceles: "Me están besando el culo". Así lo manifestó a Medios Internacionales.

Y lo hace en forma obscena, sin medias tinta, sin importarle que su expresión ofenda a la opinión pública internacional, porque él está convencido de que los aduladores, los que van a Estados Unidos a arrastrarse a sus pies y otros que se mantienen calladitos, no saldrán en ningún momento a contradecirle.

Aunque sectores decentes del mundo, que los hay a gran escala sientan indignación por el lenguaje rastrero del delincuente hoy preside la Casa Blanca, es bueno que esto suceda para que se abra la conciencia de muchos.

Y digo que se abra la conciencia de muchos, porque todavía hay de sobra, quienes piensan y creen que cuando Trump, les tiende la mano, lo hace de buena fe.

Los que piensan y obran de esta manera se están chupando el dedo, porque los imperios no dan puntadas sin dedal, sencillamente, ellos no buscan aliados, sino, súbditos, personajillos que desde diferentes regiones están prestos a entregar no sólo los recursos naturales de sus países, sino, la soberanía e independencia, de las naciones, donde los pueblos por error los eligen para presidir gobiernos.

En nuestra amplia región son ampliamente conocidos y las notas y gráfica de prensa develan su actitud aduladora y servil.

Me refiero, por ejemplo, a los Milei, a los Noboa, a los Mulino, a los Boluarte que representan a otros que se mantienen agazapados entre bastidores, que no dan a cara con frecuencia, sino, que mantienen caliente el hilo telefónico por donde se le guindan a Donald Trump.

Trump, lo sabe, juega con ellos, los apoya para que se mantengan en sus menguados gobiernos, haciendo y des haciendo, trampeando en elecciones (caso Ecuador), recibiendo crédito del FMI (caso Argentina), los amenaza con quitarles partes de su territorio (caso Panamá y el Canal), los apoya si cometan delitos de Lesa Humanidad(caso Perú). Son los verdaderos lameculos a los que se refiere Donald Trump y ellos reciben la patadas, haciéndoles reverencia. El sabe que ni le chistaran.

A ellos los respalda Trump, no le importa que sean tramposos, carentes de moral, potenciales asesinos de sus propios pueblos, no, eso, no le importa a Trump, él lo que valora es el servilismo, la entrega incondicional y que siempre estén a la disposición para defender los intereses imperiales en desmedro de sus propios pueblos.

Esos personajillos como el presidente de Panamá, que bajo cuerda está entregando El Canal, reivindicado, otrora, por el General Torrijos; como el de Argentina, que se siente satisfecho y siente placer por las medidas arancelarias; el Noboa, de Ecuador, quien visita a Trump, para decirle que hará trampas en las Elecciones de Ecuador pero que cuenta con su apoyo; la Dictadora de Perú, quien con relojes adquiridos ilícitamente, los muestra y exhibe en el desfile de sables que le hacen en los Estados Unidos para recibirla; son los verdaderos cachorritos que el imperio necesita, saben que ellos, como mansos corderitos se portan bien y no les importará colocar a Estados Unidos, sobre sus propias naciones, pisoteando su Soberanía e Independencia.

Por esa realidad que describimos, es que Donald Trump, tiene el tupe de ofrecer su trasero, en el marco de la Guerra Comercial que ha desatado contra el mundo, para que se lo bese quien quiera.

Y por esa misma realidad, es que Donald Trump, se mofa de ellos, los trata como trapos sucios y dice, sin que le quede nada por dentro, que lo llaman para lamerle sus pálidas nalgas, que ni siquiera la prostituta que logró con su demanda evidenciarlo como delincuente, se las agarra porque son como gelatina en parihuela. "Tienes un culo que parece una tonelada de chicle masticado."
R. LEE ERMEY - Sargento de artillería Hartman

 



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Jesús Sotillo Bolívar

Docente en la UCV

 jesussotillo45@gmail.com

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