Ecuador: sobre ficciones y comunicación política

En los cuentos de Ficciones, Jorge Luis Borges coloca al lector en el laberinto de la duda, hasta llegar a un punto que no sabe cuál es la realidad y cuál es la ficción.

En estos días recordé esos cuentos cuando algunas personas me increparon, en la realidad, por un hecho que solo ocurrió en la ficción. Un viejo amigo vinculado al gobierno me reclamó por qué no había aceptado ser Subsecretario de Comunicación Política de la Secretaria de Comunicación de la Presidencia de la República. Me dijo más o menos “tu que tanto has criticado la falta de comunicación política, cuando te proponen embarrarte tienes miedo”. Horas después, un periodista que conozco desde hace muchos años me dijo “estuvo bien que no aceptarás, te hubieses quemado en el gobierno”.

Hubo otras reacciones similares en los dos sentidos. Todos mencionaron el ofrecimiento para ser subsecretario, como parte de la realidad. También la revista Vanguardia lo dio como un hecho. Una y otra vez tuve que sonreír con ironía y recordar el viejo libro de Borges, porque ninguno lograba saber qué era realidad y qué era ficción.

La propuesta de ser Subsecretario de Comunicación Política, no fue parte de la realidad. Tal vez haya formado parte de la ficción, o de la intención que también es parte de la ficción. Algunas conversaciones al respecto no concretaron nada real, por lo cual también pueden ser consideradas como parte de la ficción. Si la propuesta hubiese sido parte de la realidad, seguramente hubiese aceptado, porque nunca he tenido temor a quemarme en algo si vale el fuego, o sea el reto, o al revés.

En la realidad y en la ficción, tengo muchas dudas y muchas certezas sobre el gobierno. Pero no tengo dudas de que estamos en un momento de cambios. Y que el camino de esos cambios depende mucho de todos y todas, y sería una irresponsabilidad política no apoyar a Rafael Correa en un momento como éste. Sería una irresponsabilidad no quemarse en el reto.

El camino de los cambios se construye paso a paso y es necesariamente una construcción colectiva. La consolidación de una correlación de fuerzas a favor de los cambios exige un esfuerzo colectivo. l Presidente ha sabido evidenciar los nudos a desatar de ciertos poderes tradicionales. En muchos casos asumió la pelea, casi solitariamente. Los tiempos que vienen, exigen una pelea colectiva. Exigen colocarse a la ofensiva.

Lamentablemente, muchas veces han faltado las respuestas políticas adecuadas, y el gobierno ha quedado a la defensiva. El conflicto con Colombia ha sido el mejor ejemplo. La falta de respuesta inmediata al video del Mono Jojoy fue una muestra más.

Hay sectores que buscan crear un caldo de cultivo para desestabilizar al gobierno en el futuro y buscar la caída del Presidente. Es un proyecto de la derecha nacional e internacional, no solo para Ecuador. Para contrarrestar eso, es necesario embarrarse. Los ministros y ministras que les cueste asumir la pelea, también deben comenzar a embarrarse. Si se profundizan los cambios, los tiempos que vienen van a ser duros, y no habrá espacio para ambigüedades. Eso no es ficción…


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Kintto Lucas


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