Unidades del ejército sirio vienen empleando los sistemas de misiles “Solntsepiok” fabricado por la Federación Rusa, en su campaña de expulsión de los grupos terroristas, que desde hace cinco años mantienen una guerra civil en contra de la República Árabe Siria. Durante ese tiempo nuevos actores terroristas se han sumado a esta campaña destructora del país árabe; las cadenas de noticias internacionales diariamente informan de las campañas de terror que han impuesto sobre la población civil, estas bandas armadas por demás bien equipadas y financiadas por países occidentales. Entre estos grupos armados se menciona al poderoso “Ejército Islámico” conocido en el mundo árabe como “Daesh”, el cual inicio su incursión desde la vecina Irak generando muertes y destrucción. Decapitando a ciudadanos occidentales, asesinando a los hombres en edad para combatirlos y vendiendo a las mujeres en el mercado de esclavos de Turquía.
Según los expertos militares rusos, los sistemas de misiles “Solntsepiok” generan una evidente superioridad sobre los comandos terroristas del EI y sus facciones aliadas de Al-Quaeda. Se sabe que al margen de la imposibilidad de salvarse de los ataques de los sistemas “Solntsepiok”, estos misiles se caracterizan por el fuerte impacto psicológico que causan entre los enemigos. Quedando incapaces de responder.
El sistema de misiles “Solntsepiok” fabricado por la Federación Rusa, viene desarrollado a partir del lanzallamas autopropulsado pesado TOS-1 Buratino.
El sistema del Buratino, 'padre' del Solntsepiok, se empleó por primera vez en el año 2000, durante el asalto a la localidad de Komsomolskaya, uno de los baluartes de los islamistas radicales del Cáucaso del Norte.
Las imágenes de su actuación fueron publicadas en todo el mundo y los terroristas hablaron entonces de "fuego infernal". En aquel momento el TOS-1 Buratino ya llevaba 15 años siendo utilizado en los ejércitos soviéticos y rusos, concretamente desde la guerra en Afganistán.
Los misiles termobáricos con líquido inflamable de Buratino son de bajo alcance no supera los 6 kilómetros porque la mayor parte de los tres metros que miden estos misiles lo ocupa la carga explosiva e infalmable, a diferencia del lanzamisiles múltiple “Smerch” o “Tornado”, sino la carga explosiva.
El misil explota sobre su objetivo formando una nube de aerosol incendiario que se activa de inmediato, anulando cualquier opción de salvación para quienes se encuentran en esta zona.
Las fortificaciones, trincheras y altibajos del terreno no suponen obstáculo alguno para que la niebla explosiva penetre en todas partes. La temperatura en la zona de la explosión alcanza los 2.000° grados: toda forma de vida se reduce a cenizas, mientras que los equipos y edificaciones afectados ya nunca podrán ser restaurados.
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