Israel ha intensificado su campaña de bombardeos en la asediada franja mientras su ministro de Defensa, Yoav Gallant, declaraba este lunes que el país se prepara para una "operación multilateral" contra el grupo Hamas que controla Gaza desde "aire, tierra y mar".
Los dirigentes israelíes han prometido acabar con Hamas en respuesta a sus mortíferos atentados terroristas y secuestros del 7 de octubre, en los que murieron 1.400 personas, en su mayoría civiles, y más de 200 fueron tomadas como rehenes.
Este lunes, Hamas liberó a dos ciudadanas israelíes en medio de una creciente presión internacional para conseguir la liberación del resto de los secuestrados que fueron llevados a Gaza.
Dentro de Gaza, aislada del mundo por un bloqueo casi total, los ataques aéreos israelíes han diezmado barrios enteros, arrasando viviendas, escuelas y mezquitas. Las imágenes de este lunes grabadas por un dron de CNN mostraban el nivel de destrucción en partes del territorio, con calles enteras arrasadas en el barrio de Al Rimal, en la ciudad de Gaza, y una hilera de edificios destruidos conocidos como torres de Al Zahra, en el centro de Gaza.
La organización humanitaria Save the Children afirmó este lunes que más de un millón de niños están "atrapados" en Gaza sin un lugar seguro al que ir y advirtió de los efectos devastadores de la falta de medicamentos y electricidad para alimentar infraestructuras sanitarias vitales en el enclave.
"Al menos 2.000 niños han muerto en Gaza en los últimos 17 días, y otros 27 en la Ribera Occidental", declaró este lunes la organización humanitaria.
"Pedimos a todas las partes que tomen medidas inmediatas para proteger las vidas de los niños, y a la comunidad internacional que apoye esos esfuerzos", dijo Save the Children, añadiendo que los ataques aéreos israelíes están "matando e hiriendo a niños indiscriminadamente".
Las últimas cifras del Ministerio de Sanidad palestino en Gaza, controlado por Hamas, indican que el número de muertos por los ataques israelíes ha alcanzado al menos los 5.087, entre ellos 2.055 niños.
"El sistema sanitario [de Gaza] ha alcanzado el peor estado de su historia", declaró el portavoz del Ministerio de Sanidad, Ashraf Al-Qudra, en un comunicado emitido a primera hora de este martes.
El combustible es un salvavidas
El combustible significa la vida en Gaza. Sin combustible, el agua no se puede bombear ni desalinizar, los generadores que alimentan los hospitales —que mantienen en funcionamiento incubadoras, ventiladores y máquinas de diálisis y para esterilizar el equipo quirúrgico— fallarán.
Doce hospitales y 32 centros médicos están ahora fuera de servicio tras los ataques israelíes y el agotamiento del combustible, según el Ministerio de Sanidad palestino en Gaza. A primera hora de este martes, el Hospital Indonesio, en el norte de Gaza, se quedó sin electricidad debido a la escasez de combustible, según Hamas.
A pesar de la urgencia, ningún camión de combustible ha entrado en Gaza como parte de un convoy de ayuda humanitaria desde el paso fronterizo egipcio de Rafah durante el fin de semana, según las autoridades israelíes y de la ONU.
Israel ha dicho en repetidas ocasiones que Hamas se apropiaría del combustible para su propio esfuerzo bélico, incluidos los ataques con cohetes.
Este lunes, Mark Regev, asesor principal del primer ministro Benjamin Netanyahu, declaró a CNN que Israel no permitiría la entrada de combustible en Gaza aunque se liberara a todos los rehenes.
"Por el momento no tenemos interés en que vaya más combustible a la maquinaria militar de Hamas y no hemos autorizado combustible, hemos autorizado medicinas, hemos autorizado agua. Hemos autorizado alimentos, no hemos autorizado nada más", dijo Regev.
"La decisión del gobierno es que el combustible no entre porque será robado por Hamas y lo utilizarán para alimentar los cohetes que se disparan contra Israel para matar a nuestro pueblo".
Sin embargo, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matt Miller, declaró este lunes que, aunque la ONU está "observando de cerca" si hay indicios de que Hamas esté desviando ayuda humanitaria destinada a la población civil de Gaza, hasta la fecha no han informado de ningún indicio de este tipo.
Los hospitales podrían convertirse en "fosas comunes"
En Gaza han surgido brotes de viruela, sarna y diarrea debido al deterioro del entorno sanitario, la falta de saneamiento y el consumo de agua de fuentes no seguras, según el Ministerio de Salud del Gobierno Autónomo Palestino, con sede en la Ribera Occidental ocupada.
Los hospitales están al borde del colapso, funcionan a más del 150% de su capacidad y la situación se ha vuelto tan calamitosa que las cirugías se realizan sin anestesia y, en algunos casos, bajo la iluminación de las luces de los teléfonos, añadió el Ministerio de Salud.
Alrededor de 50.000 mujeres embarazadas tienen dificultades para acceder a la atención sanitaria, se producen unos 166 partos inseguros al día y más de 5.000 mujeres van a dar a luz en el próximo mes, añadió.
El Hospital Al-Shifa de la ciudad de Gaza —el mayor hospital del enclave— dispone de combustible suficiente para un máximo de dos días, según declaró el lunes el cirujano jefe Marwan Abusada.
Las condiciones en Al-Shifa son terribles, y otro médico afirmó que, sin electricidad, el hospital "no será más que una fosa común" y "no hay nada que hacer por estos heridos".
El cirujano británico-palestino Ghassan Abu-Sittah dijo a CNN durante la noche que el "sistema se está desintegrando" y sin un alto el fuego y un corredor humanitario adecuado, "va a haber una catástrofe aún mayor que la que ya existe aquí".