Por su parte, la Media Luna Roja Palestina denunció un ataque contra el hospital de Al Shifa, el más grande de Gaza, que está abarrotado de pacientes y sirve de refugio de miles de desplazados. El bombardeo coincidió con la hora en la que estaba previsto que una caravana de ambulancias partiera con heridos hacia el sur de la Franja.
El portavoz del ministerio de Sanidad de Gaza, Ashraf Al-Qudra, aseguró que "la ocupación israelí ha atacado un convoy de ambulancias que se dirigía al sur de la Franja de Gaza y que transportaba a varios heridos. La ocupación israelí ha cometido un enorme crimen contra los equipos médicos y los heridos, así como contra los residentes que se encontraban en el lugar de los hechos. Hay un gran número de mártires y heridos que siguen trasladándose al centro médico de Shifa en las ambulancias".
Entretanto, miles trabajadores de Gaza fueron expulsados desde Israel hacia el enclave palestino. La medida se produce cuando el Ejército israelí intensifica su ofensiva por aire, mar y tierra contra Hamás en la Franja de Gaza, donde aumentó el número de muertos a 9.227, según la última actualización de las autoridades locales.
El número total de muertos en Gaza ascendió el viernes a 9.227 personas, entre ellas 3.826 niños, según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad del enclave gobernado por Hamás.
Israel atacó un convoy de ambulancias en la ciudad de Gaza -que dejó "múltiples muertos"- bajo la justificación de que transportaba militantes de Hamás. Pero, según el grupo islamista evacuaba heridos del norte asediado al sur del territorio.
Tras reunirse con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, declaró que habían debatido la idea de realizar "pausas humanitarias" para garantizar la liberación de los rehenes y permitir la distribución de ayuda a la asediada población de Gaza. Una alternativa rechazada posteriormente por el líder israelí.
Netanyahu aseguró que "Israel rechaza un alto el fuego temporal que no incluya la liberación de nuestros rehenes".
En su primer discurso tras semanas de silencio, el líder del movimiento libanés Hezbolá, respaldado por Irán, Hassan Nasrallah responsabilizó a Estados Unidos de la guerra en curso "contra Gaza y su pueblo" y no descartó una posible escalada en Medio Oriente. Sin embargo, aseguró que los atentados del 7 de octubre fueron "100% palestinos".
*Con información de France24 y El País