El Presidente está en una rueda de prensa.
Los periodistas se identifican (dicen para cuál medio trabajan) y luego
preguntan. El Presidente responde. ¿Las preguntas denotan mala
intención, ignorancia, manipulación, cinismo, pseudo-suspicacia? El
Presidente responde, aclara, y siempre guarda compostura. O debe
guardarla. Chávez, en cambio, de inmediato alude a la ignorancia de la
periodista, y la llama indirectamente ignorante, vendida, manipuladora.
Aun si la periodista es ignorante, palangrista y manipuladora, hay otras
maneras de poner eso en evidencia. Sin caracterizar a la persona, sin
dar vueltas y vueltas en torno a ella (como convirtiéndola súbitamente
en presa y buscando su más vulnerable punto para herirla moralmente).
Sin llegar incluso reírse de ella en cayapa —con otros—, como lo hizo en
completa desfachatez y sin RUBOR (palabrita que él mismo ha puesto de
moda) alguno por su investidura, o como simple caballero del mundo. Hay
otras maneras, digo, de traer a la evidencia las... evidencias, sin esas
ganas obvias e incontenibles de reducir a polvo a su víctima. Sin
sarcasmo alguno, por ejemplo. Los periodistas preguntan lo que les da la
gana, y el Presidente responde. Y no se responde como los periodistas
quieren que responda, sino como responde un Presidente: una persona que
tiene que responderlas todas, no sólo las justas, sino también las malas
y las mal intencionadas. Si le hacen una pregunta y considera que ya la
respondió, dice, por ejemplo, "Lo siento, ya la respondí. La siguiente
por favor". No está contemplado en sus funciones el rol de guía moral
aleccionador de individuos, mucho menos de profesor de periodismo.
Si el
Presidente pisa esos terrenos ajenos, ello se vuelve contra él, da
nuevos motivos para ataques, obsequia nuevas excusas a la canalla. Él
puede decir que ya no le importa, que él dice lo que le da la gana, y
como le da la gana. Pues bien, eso es lo que al parecer Chávez hace
constantemente. Pero que luego no se queje, pues sus acciones tienen
consecuencias más allá de su libre albedrío, y pueden alimentar las
baterías del enemigo, las cuales necesitan de estas cosas precisamente
para atacar "en oblicuo", que es como su estrategia marcha. Yo creo
haberlo escuchado muchas veces diciendo ser un esclavo del pueblo... ¿Un
esclavo que hace lo que le da la gana? Mmm... se puede ser fiel a una
causa, y tener la razón en muchas cosas, incluso en todas, ¿pero no está
dicha fidelidad, no está dicha razón comprometida con... su triunfo?
Chávez es una especie curiosa de luchador, uno que NO soporta ningún
tipo de confrontación directa. Esta es su debilidad. Qué le vamos a
hacer, es humano. Pero el proceso no puede estar supeditado a ella.
Chávez debe revisar muchas cosas, pero en especial esta, que es personal
y patológica. En esa rueda de prensa no reconoció en ningún momento el
ascenso de la derecha, su reciente conquista de poder, la pérdida
relativa del nuestro, y dicha actitud produce una falsa imagen de
fortaleza hacia adentro, hacia las bases del chavismo, que no son
imbéciles.
Chávez da la impresión de estar huyendo hacia adelante, que
se inmolará con la implosión si es necesario, llevándose consigo el
proceso. Ahora la intolerancia de parte y parte del espectro político
nacional es inconmensurable, y a la Asamblea no podrán ni siquiera
entrar juntos ambos bandos... Si éstos logran pasar de una semana en el
hemiciclo sin caerse a "tiros", empezará a surgir un centro oportunista:
p'allá irán los saltos de talanquera. Así se irá —ojalá me equivoque—
disolviendo un sueño, simultáneamente por desmembramiento oportunista y
confrontación violenta. Sólo espero que no. De cualquier manera, todo
indica que todo irá muy rápido a partir de ahora, hacia algún lado...