Hace varios años Ernesto Villegas salió de su programa habitual mañanero en VTV por las mismas causas argumentadas por el periodista Earle Herrera, exactamente las mismas. Las interrupciones abruptas, la falta de planificación de los productores del canal son las causas de esos malestares que afectan al conductor de cualquier programa televisivo. Son fallas tan elementales que irritan a cualquier “beato”. Se pierde la atención del público por algún tema que sea de mucho interés para entrevistar a un funcionario que dirá cosas tan interesantes como los cambios de clima, claro, con las pocas excepciones que sí ameritan una interrupción. Si el señor presidente se dirige a cualquier sitio para una interacción colectiva se interrumpe el programa desde que el primer mandatario está por dirigirse al sitio o simplemente hablará en al menos unos cinco minutos. ¿Es muy complicado prever algo tan sencillo para no incomodar al televidente y fastidiar al presentador? Es el síndrome de la improvisación. Yo escucho todos los días varios programas de la Radio Nacional y también ocurre la misma situación aunque con menos frecuencia. En VTV hay exceso de propaganda oficial y no se le presta la debida atención al ciudadano de a pie que es el personaje más importante. Apenas Vanessa Davies permite la entrevista a dos o tres ciudadanos para que expresen sus quejas en particular y ya, no hay más espacios para la autocrítica, para verificar si algún ministro o institución no cumplen lo prometido o algo parecido. El canal VTV no es una tribuna para que el soberano exprese libremente lo que siente por este proceso bolivariano. ¿Recuerdan aquella salida intempestiva del programa La Hojilla y de Walter Martínez? ¿Quiénes eran los que dirigían ese canal? El señor Izarra es de la misma corriente conservadora de ese entonces y por lo tanto no habrá ningún cambio de filosofía. Entiendo que el silencio sobre el caso Joaquín Pérez fue impuesto por nuestro líder y allí Andrés Izarra no tenía margen de acción pero ese es un caso muy aislado y puntual. Siempre he sido afecto al socialismo y jamás voté ni votaré por la derecha asesina y lacaya pero debemos reconocer que la voz crítica del chavismo de calle no tiene cabida en ese canal y de allí se deriva la poca sintonía que se le atribuye. Estamos hartos de tener que ver a los dinosaurios de la oposición expresándose en Globovisión por VTV. Muchos chavistas y seguidores del proceso se van a los canales de la contra para poder ver un noticiero un poco más amplio sobre lo que ocurre en el país y eso no es bueno para la formación ideológica del soberano. Obviamente que las obras del gobierno deben ser divulgadas por VTV pero hacerlo de una forma más dinámica que no nos aburra con la pesada propaganda oficial. ¿Es muy difícil de entender esto? ¿No hay suficientes periodistas y analistas políticos que puedan expresarse libremente en programas que ellos mismos produzcan y dirijan por VTV? El propio presidente Chávez nos llama a la autocrítica, tomémosle la palabra y hagamos una revolución en el canal de todos los venezolanos pues actualmente es una ventana muy estrecha para la expresión abierta del pueblo que eligió a su primer mandatario. Fuera el fanatismo, démosle paso a la conciencia crítica del colectivo. Y seguimos perdiendo tiempo en eso. Le pasó a Ernesto Villegas, sigue Earle Herrera y el ciclo no termina, lamentablemente.