El impacto de la televisión en la imposición de estereotipos y su papel en la Guerra de IV Generación es una “situación-problema”, que va más allá de Conatel o de un ministerio; definitivamente es un problema de Estado.
Las decisiones estratégicas con respecto a la televisión ya han pasado a ser un problema de Estado porque los medios -y en especial la televisión- vinculan indisolublemente valores, cultura, información, seguridad y defensa de la nación.
Debemos insistir en el papel determinante, vital de la televisión como aliada del imperialismo, globalización y las corporaciones financieras, militares, a la hora de imponer percepciones, construir y vender realidades y visiones del mundo.
Recordemos que Venezuela entre los años 2001 y 2004 fue convertida -por las agencias yanquis y sus lacayos- en un laboratorio de guerra y operaciones psicológicas que conllevaron a un sector de la población a tales niveles de odio, crispación y disociación que justificaron un golpe de Estado, intento de magnicidio y sabotaje petrolero.
Es por todo lo anterior que elevo respetuosamente una propuesta al Presidente Hugo Chávez, como inicio de una transformación radical de las asimetrías culturales y comunicacionales: que el Estado regule, controle, produzca, adquiera y provea todos los contenidos de la TV en Venezuela (abierta, satélite, cable, etc.) en el horario correspondiente entre las 6:00 pm y 10:00 pm. ¡Cuatro horas Presidente!
Nota: Artículo publicado en el Correo del Orinoco No 1094 del 21 de septiembre de 2012
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