Hay quienes, ante el agobio de los canales de noticias que transmiten de manera constante una misma información compuesta por una misma matriz ideológica y política, para protegerse de los efectos perversos de disociación que ello encierra, deciden cambiarse de canal.
En intervención pública y autocrítica, el Presidente, comandante Hugo Chávez, confesó hacer lo propio, hastiado a veces de ver la tediosa repetición de un mismo tema, de manera insistente, en el canal de noticias del Estado venezolano.
Ciertamente, las personas que con regularidad ven o consumen noticias a través de los canales que, comercialmente, se han especializado en atender al denominado segmento informativo, son porcentualmente pocas en el mundo.
Sin embargo, los canales de noticias responden a esa, llamada, segmentación de la audiencia y existen porque venden.
En el caso de los canales, como VTV, canal 8, en Venezuela, que no responden directamente a los intereses del mercado capitalista, su existencia suele justificarse por la necesidad de enfrentar directamente las matrices de opinión, las mentiras u ocultamientos informativos que desarrolla la derecha, la ideología burguesa, el pensamiento dominante.
Pero, cuando nuestro principal canaL televisivo se concentra en enfrentar las matrices informativas derechistas y subversivas que despliega, por ejemplo el canal de noticias Globovisión, ¿estará desarrollando una buena estrategia comunicacional?
Pareciera que no. Y es por ello, entre otras cosas, que hasta el más fiel y convencido militante revolucionario, en algún momento se hastía y cambia de canal para entretenerse.
Allí está el centro del problema. Creemos que el lenguaje informativo directo es el que moldea o genera las matrices de opinión y por ello despreciamos, y hasta recurrimos como individuos, al entretenimiento que nos ofrecen canales de noticieros "imparciales" como Venevisión, desconociendo que el verdadero moldeo de conciencia e ideologización profunda, está contenido en la diversión y entretenimiento de las telenovelas, humorísticos, programas de concursos o musicales.
Hemos dejado en manos del enemigo ideológico del gran capital, la figura del entretenimiento. Hemos sabido combatir en el terreno de los discursos y matrices explícitos, pero no en el de los implícitos.
El proyecto de "Fábrica de medios" que en una oportunidad creó el Ministerio venezolano de la Cultura, para generar y proveer de contenidos con acento en el entretenimiento, a los medios de difusión, debe ser revisado y activado.
Su creación y puesta en funcionamiento están harto justificados. Pero, eso sí, debemos crear bajo elementos de conciencia y valores de la revolución, del proletariado, de la diversidad cultural venezolana y cuidándonos de no hacer bodrios panfletarios o chabacanos, que más bien ahuyenten a las audiencias.
El potencial creativo en Venezuela es inmenso. Seamos autocríticos y creativos que sí podemos llegar a tener la televisión en revolución, que merecemos. El debate y las acciones están convocados.
Twitter: @IvanPadillaB
Email: ivanpadillabravo@gmail.com