¿Cómo acabar la Revolución con el odio como método? De ninguna manera. Porque la gente no está dispuesta a renunciar a sus conquistas…
En los últimos días he podido comprobar con particular estupefacción cómo desde algunos sectores, con cierto poder de influencia en la opinión pública, cultivan la cultura del odio como si de naranjas se tratara. Recientemente, escuché un programa conducido por César Miguel Rondón. Quedé, en un primer momento –esos que son verdaderamente fugaces- ¡asombrado¡, pero luego el asunto me produjo una gran preocupación. Veamos…
Ese día César Miguel Rondón y Paulina Gamus decían que el Presidente Chávez es el responsable del odio que actualmente existe en Venezuela. Yo puedo atinar a decirles no sólo que no es así, sino que tal afirmación constituye una posición soberbia, de parte de los sectores melancólicos de la derecha, la cual raya en el absurdo, auspiciado por grupúsculos melancólicos que no logran digerir el paso del Comandante Hugo Chávez por la historia política venezolana.
Es menester dejar claro que la perpetuidad que alcanzó Hugo Chávez Frías no es asunto que haya podido alcanzar en forma alguna otro sujeto de la política venezolana en el siglo XX. El pasado ha estado allí para mostrarnos a quienes en ningún momento dudaron en mostrar su clara inclinación por las lochas verdes que les entregaba el Imperio estadounidense, el mismo que en el año de 1811 se negó a reconocer el nacimiento de Venezuela como nación libre y soberana, de manos del Libertador Simón Bolívar.
En la Venezuela de hoy, la burguesía privada del poder político y enferma de una interminable jaqueca chavista, se encarga cada mañana de impregnar el espectro radioeléctrico de sus más sonoras seudo percepciones, seudo realidades, falsas tesis, dislocados argumentos…, en contra de la Revolución Bolivariana y del Comandante.
Debo señalar que en nuestro país el odio no es herencia. El odio, en síntesis, nunca ha sido. Basta conocer el proceso de colonización y cómo nuestros pueblos ancestrales fueron diezmados hasta su casi extinción, para luego ser sustituidos por los grupos arrancados de las naciones africanas en condición de esclavos.
Estos exterminadores o genocidas cometían sus fechorías bajo la dócil mirada de los poderes hegemónicos, léase, la iglesia, entre otras instancias de poder. Todos, sin excepción, convencidos de la preeminencia de una raza sobre otra, idea ésta que fue abonada por los avances científicos del momento. Eso sí que es odio. No así cuando hombres comprometidos con su pueblo dan todo a cambio de nada.
En Venezuela, lo que estamos viviendo hoy es una verdadera lucha de clases, a la que lamentablemente se le ha incorporado el odio construido, fabricado, elaborado… como premisa que afianza la división social principalmente desde los sectores de la burguesía. Esto ha significado la construcción, por parte de quienes adversan el pensamiento de Chávez, de todo un discurso mediático que busca criminalizar al chavismo, como todo lo alcanzado por la Revolución. Todo ello, con la firme intención de desasistirla de pueblo, algo de lo que sí adolece la derecha apátrida.
Finalmente, debo señalar que debemos dar al traste con el aborrecimiento que a diario promueven los medios de difusión masivos, y más específicamente César Miguel Rondón, que tiene éste tema como asunto pivote en su programación, su leit motiv, pues. Basta con ver los temas que están en su programación: el odio como inherente a la vida cotidiana en Venezuela, odio porque me quiero ir demasiado y no puedo, odio por la lucha de clases, odio porque no se respeta la propiedad privada, odio por no aceptar la otra mitad… odio porque el Gobierno impide las guarimbas y frena el terrorismo…
Yo, con lo poco que domino cuáles son las estrategias para aumentar el rating y no morir en el intento, le propongo los siguientes temas: odio y sexualidad, odio y libido, odio y erotismo, posiciones sexuales y odio, el beso odioso… Digo, para diversificar los temas más allá de la política y a ver si logra aumentar la audiencia de una manera menos odiosa…
Profesor Universitario
martinjpadrino@gmail.com