Ciertos medios de oposición se han dado a la tarea de colocar bajo sospecha al gobierno madurista, con escasa respuesta oficial y del sistema público. En el manejo informativo de la sospecha se presentan las decisiones y medidas del gobierno como una puesta en escena, suerte de teatro de seguridad, que persigue tranquilizar a la ciudadanía y hacerle creer que se han analizado a profundidad los asuntos y, en consecuencia, se han tomado las medidas oportunas y convenientes. Al colocar la gestión bajo sospecha se pretende deslegitimarla y debilitar el apoyo popular.
Se impone además la política informativa del miedo, en la que la gestión de gobierno se presenta a la población bajo la forma de amenazas caóticas. La manera de informar en tales medios no enfatiza en un futuro mejor, sino que abundan en profetizar el catastrofismo.
Nos ocuparemos de la sombra de sospecha que el escrutinio mediático ha colocado en la situación interna del PSUV y en la elección de delegados al III Congreso. En documento Marea Socialista cuestiona la burocratización del Gobierno y su coordinador nacional considera que “se ha formado una casta de funcionarios que se benefician de las transacciones del Estado” (El Nacional). Afirma Diosdado Cabello (Ciudad Ccs) que "En el PSUV no le tememos al debate" y “debe ser un movimiento social y político”, en contraste destaca El Nacional que “Bases chavistas presionan para ser escuchadas por la dirección nacional y el PSUV llega con grietas al III Congreso”. Los miembros del partido se acusan entre sí de "reformistas" e "izquierdistas trasnochados", mientras en la militancia “crecen las dudas sobre el rumbo que tomará la revolución”.
El día de la elección “el PSUV moverá su maquinaria” (Panorama) reforzado por llamado moral de Cabello: “Tenemos una cita compatriotas, vota según tu conciencia”. La aseveración de Maduro que el “Congreso fijará rumbo de la revolución” contrasta con afirmación de que “el partido quedó en deuda con los compromisos del último congreso de 2010 y en 4 años el PSUV no activó mecanismos anticorrupción” (El Nacional). La jornada es calificada como “éxito” (Arias Cárdenas, Panorama) y “baja participación” (El Nacional). Desde El Universal, analistas afirman que la movida vino desde las bases quienes “expresaron un claro mensaje para que el partido emprenda un gran sacudón constituyente que rectifique el rumbo de la revolución”.
¿Sospecha o realidad?
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