Como si no fuera poca la hipocresía de Rctv, invocando desesperada a última hora a cuanta gente del pueblo pueda encontrar en el más remoto paraje del país dispuesta a hablar mal de Chávez (después de haberse desgañitado hasta la saciedad denostando a esa misma gente, a la que llamó durante más de cincuenta y tres años; desdentada, percusia, horda, pata en el suelo, maloliente, inmunda, balurda, piltrafa, tierrúa, y pare usted de contar), resulta que ahora una marea de "iluminados de la ciencia televisiva" ha invadido los espacios comunicacionales, sobrepasando la inmoralidad de las empresas 1BC, para ofrecer a diestra y siniestra un "canal del pueblo" a partir del 28 de mayo, en el que no intervendrían ni el Estado ni el sector privado, sino... todo lo contrario. Así nada más; sin ningún pudor ni cortapisas.
Auto candidatos, todos, a presidentes del nuevo canal revolucionario, se apresuran a ofrecerle al país en todas las entrevistas que consiguen, un espacio televisivo seguro y gratuito en el nuevo canal, como si de ellos (de los demagogos) dependiera el destino final de la frecuencia que hasta el 27 de ese mes detentará la empresa de la esposa del Marcel Granier.
Aseguran, casi de manera bíblica, que todos y cada uno podrán contar con un área infinita del espectro radioeléctrico para el uso que quieran darle, ya sea con sus "Super 8" o sus "Handycam", con las cuales, les han dicho, cualquiera se convierte de facto en un soberbio "productor independiente".
Una irresponsabilidad sólo comparable al disparate de venderle a esa misma gente, que colocar Pdvsa al servicio de los venezolanos solamente sería real si a cada quien se le asigna un pozo petrolero en el patio de su casa.
Es verdad; el nuevo medio de comunicación debe estar al servicio del pueblo y en correspondencia con el proceso de transformaciones profundas que hoy experimenta el país. Pero ello no licencia a nadie para crearle falsas expectativas a la gente. Como hemos dicho, ahora "el pueblo es el mensaje", pero a través de un modelo avanzado de televisión que incorpore no solo al pueblo, sino a la mejor y más avanzada programación, como en efecto existe.
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