Justo reconocimiento, por decir lo menos, causó la actitud demostrada el pasado martes 29 de mayo por el ministro del Poder Popular para las Relaciones Interiores y Justicia, Pedro Carreño. Sin levantar la voz, sin descalificar al contrincante y sin ínfulas de “me lo sé todo”, el jefe del Despacho asumió el control de una situación que en materia de orden público parecía emular a aquellos trágicos episodios de los años 2002 y 2003. Como recordamos, las fuerzas reaccionarias concentradas en la capital del país obedeciendo líneas del imperialismo gringo, desarrollaban desde el domingo una política de agitación y desestabilización que tuvo como génesis la no renovación por parte del Estado venezolano la concesión a Radio Caracas Televisión, vocero principal –junto a Globovisión- del terrorismo sistemático que pretende acabar con los sueños y esperanzas de las grandes mayorías nacionales.
Ese 29, al final de la tarde, el ministro Carreño concentró en su Despacho a los alcaldes del área metropolitana. La cita incluyó –por supuesto- a los mandatarios municipales de Chacao y Baruta: Leopoldo López y Henrique Carriles Radonski respectivamente. Allí, según pudimos apreciarlo luego a través de Venezolana de Televisión, los presentes se comprometieron a garantizar dos cosas: la paz en sus ámbitos de mando correspondiente y el derecho a la protesta pacifica que constitucionalmente posee la ciudadanía.
El hecho es que la reunión generó sus frutos en lo inmediato. López y Capriles Radonski no tuvieron más remedio que retomar el hilo de subordinación, al que por ley están sujetos ante el poder central. Dicho compromiso elevado públicamente en vivo y en directo, devolvió “casualmente” la paz en sectores como Las Mercedes, Chacao y otras zonas del Este y si bien es cierto que las manifestaciones no han cesado en su totalidad, también es verdad que comienzan a languidecer y lo más importante es que ocurren apegadas a los carriles de la no violencia. En fin, esto es lo que más deseamos quienes apostamos por la instauración definitiva del civismo entre los venezolanos.
El ejemplo del ministro Pedro Carreño, no debe quedar allí y debe ser asumido por quienes están al frente de algún tipo de dirección. El barinés demostró que sin atropellos de ningún tipo se puede gerenciar hasta las situaciones más agudas.
ildegargil@yahoo.com