Derechos Civiles

La oposición tiene una oportunidad para reagruparse. Pero dominada por la obsesión de ¡Chávez vete ya! se va por la conspiración, la desestabilización. Sin esperanza, sin opciones constructivas.

Ahora están tras RCTV y la lucha por los derechos civiles. Lucha siempre importante, pues existe la tendencia del Estado a dominar la sociedad. A imponer la autoridad vertical, salpicada en la Venezuela de hoy con una fuerte dosis de sectarismo y corrupción. Pero no es ese el problema de esta lucha por los derechos civiles, desligada de los derechos sociales, culturales, ambientales y en fin de cuentas, de la explotación de los seres humanos y la naturaleza, como bases fundamentales para la acumulación de capital; de la lucha por la soberanía de los pueblos frente a la dominación imperial. Lo que se pretende es una restauración de los derechos y la incontrolable libertad de los poderosos de siempre.

Es la política neoliberal orientada a quitarle fuerza al Estado, para garantizar el control privado de los procesos de producción, de comunicación, de creación y difusión de cultura; el control de la naturaleza transformada en recursos económicos, y de los seres humanos, convertidos en recursos humanos. En individuos que se distinguen por tener unos derechos políticos y unos derechos económicos, sustentados en la propiedad privada.

La predominancia de derechos formales, que aplastan al colectivo social, en un mundo dominado por redes que monopolizan la información, los conocimientos científicos y tecnológicos y el poder de decisión, como instrumentos de la concentración de capital, han determinado que el crecimiento económico se desligue del bienestar y la producción y la inversión del empleo.

Crecen la pobreza y el hambre. El individuo como expresión de la modernidad, va desapareciendo. Cerca de mil millones de habitantes del planeta, que experimentan hambre atroz, no poseen derechos civiles.

La sociedad va construyendose a imagen y semejanza del mercado, regida por el valor de cambio, por el individualismo y el egoísmo, imponiendo en el lenguaje cotidiano, el del mercado. No se dice: mira, acepto esa idea, sino te la compro, aun cuando no se esté ofreciendo dinero por ella. Es un lenguaje simbólico. El verbo ofrecer es sustituido por el verbo ofertar. Progresivamente el mercado ha modelado la mente, el cuerpo, el éxito, la belleza, lo que debemos aprender, consumir. En fin, va modelando el vivir, el ser, el estar. Una muchacha para sentir que es, debe tener senos y nalgas de silicón, y todos, hombres y mujeres, cerebro de silicón para saber elegir y reducir los derechos civiles a una gran tragedia nacional: el vencimiento de la concesión de RCTV, que nunca respetó esos derechos.


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Julio Escalona


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