Según la SIP, en lo que va de período de Chávez se han verificado en Venezuela doscientas treinta y cinco mil setecientas agresiones a periodistas, clasificadas de la siguiente manera: 37 mil fueron empujados durante las ruedas de prensa del oficialismo, producidos con evidente mayor intensidad que los que les dan en las ruedas de prensa de los múltiples y muy agradables sectores unitarios de la oposición.
23.400 decentes y profundamente honestos periodistas de los medios privados fueron objeto de insatisfacción con las respuestas de los pérfidos funcionarios del Gobierno, con lo cual se atenta contra el artículo 36, Parágrafo 21, del segmento 16, párrafo III de la Ley de Fecundaciones Interforáneas para el Recuerdo Nacional.
17 mil profesionales del gremio han sido víctimas de helmintiasis peridontal por correr intensamente detrás de un camión de Mercal para entrevistar al chofer, sin lograrlo.
28 mil fablistanes han sufrido la terrible calamidad de la incontinencia de prurito colateral por no poder amarrarse a tiempo los zapatos durante una rueda de prensa del Gobierno.
Para cubrir las marchas chavistas, 14 reporteros han tenido que usar bronceador de no muy prestigiosas marcas que se diga, con el consecuente desgaste epidérmico que ello ocasiona.
56 mil de estos nobles y tiernos profesionales fueron víctimas de calambrera dentífrica por ingesta de comida piche en los eventos presidenciales. Sin contar los que, por los pisotones de los soldados de la Casa Militar, tuvieron que ser operados de uña encajada.
Una cifra todavía no precisada padeció de violentos ataques de ventiscas sabaneras en los predios del Ministerio de Vivienda y Hábitat, ocasionando que se pusieran tristes.
A cerca de 24 mil periodistas mujeres de Globovisión y de Rctv no les gustó Chávez, fundamentalmente por lo feo de su verruga y por su inusual afinación al cantar a capella el Him no del Ejército.
Todo esto sin incluir las siete veces que los funcionarios de inmigración del Aeropuerto de Maiquetía han mirado feo a Alberto Federico Ravell y lo han hostigado salvajemente pidiéndole el pasaporte. Cosa que los esbirros del reeeeégimen han venido haciendo no sólo en el país sino en todos los demás aeropuertos del mundo.
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