¿Durante cuántos años estuvieron usufructuando un espacio que es del pueblo? ¿Cuántas veces utilizaron el poder de los medios para aprovecharse de la ignorancia de éstos, para someterlos, manipularlos, invisibilizarlos, marginarlos, discriminarlos? Pudieron hacer grandes negocios aprovechándose de un bien que por legado social debe ser por y para el barrio, el campesino, el obrero, el estudiante.
Los medios se convirtieron en una gallina de los huevos de oro, además de canales para invadir pueblos. Haciéndose él mismo la pregunta, ¿cuándo nos van a invadir?, el Ministro del Poder Popular para la Cultura, MPPC, Héctor Soto, dice: ¡Ya estamos invadidos! Y si no vean y oigan los canales de radio y televisión del país.
Si hablamos de ideologizar, término muy en boga, ¿Cómo se puede llamar todo lo que nos han enviado, a través de los medios, durante tanto tiempo? Series de guerra, telenovelas donde se burlan de los más elementales valores de la familia, comiquitas con alarmantes mensajes subliminales, pornografía, deformación del lenguaje, violencia, desprecio por nuestra cultura, odio y un largo etcétera, que provienen de los más inhumanos departamentos de guerra mediática del imperio, para penetrar la mente de nuestros pueblos y someternos. Sólo que ahora el pueblo está aprendiendo a descifrar esos códigos.
Estos espacios fueron asaltados a las masas populares para cometer los más variados delitos, siempre con el fin del lucro capitalista: tráfico de influencias con fines comerciales, payola, palangre.
¿Cuántos personajes del pueblo quedaron anónimos, porque nunca se les tomó en cuenta?, ¿Cuántas iniciativas populares quedaron sin desarrollarse por falta de divulgación? ¿Cuántas causas se perdieron por carencia de apoyo comunicacional? Quedan muchas preguntas por hacer en esta búsqueda de respuestas. El pueblo necesita ser protagonista de su propia historia, no que la historia sea vista con el rabo del ojo y acomodada al criterio de algunos. El momento de los pueblos es ahora. Solicitemos el espectro radioeléctrico a quienes lo usufructuaron durante tanto tiempo.