Contra el poder

Cuando Estados Unidos nos mea medios venezolanos dicen que llueve

Una vez firmado el acuerdo militar entre Colombia y Estados Unidos, entristece ver como intereses económicos desdibujan la realidad en los medios de difusión venezolanos y evidencian su traición a la patria. Es inaudito que exista una campaña mediática por la inseguridad orientada hacia una sola figura, en este caso el presidente de la República, Hugo Chávez; mientras otros sucesos de mayor gravedad y que evidencian las causas de un nuevo fenómeno delictivo en el país, sea prácticamente ignorado. La “parapolítica” en Venezuela tiene antecedentes tan obvios, como los existentes en Colombia. El ex alcalde de Maracaibo, Manuel Rosales, hoy fugitivo de la justicia, no sólo ofrecía costosos regalos a dueños de medios de comunicación en el Zulia, sino que es denunciado por un paramilitar colombiano como presunto organizador de un plan de magnicidio. En Táchira, decenas de comercios cierran sus puertas ante la insólita amenaza de grupos paramilitares de asesinar a quien no obedezca la orden. Y ello sucede casi de manera simultánea a la firma del acuerdo militar entre Estados Unidos y Colombia, en cuyo contenido se contempla el que militares norteamericanos no puedan ser juzgados por delitos cometidos en Colombia. De hecho ya un militar norteamericano violó a una mujer colombiana con total impunidad. La parapolitica, es un fenómeno delictivo tan venezolano como colombiano, pues en el Zulia se está practicando una estrategia política con peligrosas consecuencias. Dinero del narcotráfico y estructuras paramilitares están asociándose a “líderes” políticos que luego establecen acuerdos en contratos, entrega de territorio para el narcotráfico y la protección del aparato policial del ente público. Igual que en Colombia, donde el ejemplo más patético fue el manejo del DAS por parte de reconocidos testaferros del narcotráfico colombiano. Para Estados Unidos, el fenómeno paramilitar es más rentable como estrategia de invasión en países latinoamericanos. De hecho, sus guerras en Irak y Afganistan son prácticamente negocios sucios protegidos por mercenarios, en detrimento incluso de los militares norteamericanos, la mayoría negros e hispanos. Los paramilitares son rentables, porque enrarecen la complicidad del ejército, hacen más complejas las investigaciones, y en último recurso puede deslegitimarse fácilmente a quienes puedan dar testimonios en procesos judiciales. De esa manera el narcotráfico dio un golpe de estado silencioso en Colombia, mientras los medios dibujan un conflicto ideológico entre el bien y el mal que no existe, pues se trata de una disputa económica entre narcoparamilitares, narcoguerrilla, narcopoliticos, narcomilitares, narcoperiodistas, etc. Para llegar sin escrúpulos a una narcosociedad como la norteamericana. ¿Por qué?, pues porque la única empresa rentable que queda en los Estados Unidos es el narcotráfico. Y desde esa perspectiva económica ilegal quieren dominar nuestra vulnerable economía. Hay que denunciar estos hechos hasta el cansancio, pues cuando Estados Unidos nos mea, los medios venezolanos dicen que llueve. Davidjavier18@hotmail.com


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David Javier Medina


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