El médico gineco-obstetra Arnaldo Cogorno es un profesional exitoso en su especialidad; esta consiste en facilitar la llegada de los bebés a la maravillosa experiencia de la vida. Sin embargo tiene inquietudes de mayor envergadura pues también pretende que el país al que llegan los recién nacidos sea mejor, no solo para ellos, sino para sus padres y para el resto de la sociedad venezolana.
De hecho, considero que para ser médico hay que sentir preocupación por el bienestar de la Humanidad. No es extraño que dicha profesión aporte dirigentes de buena calidad a los partidos y organizaciones políticas, aunque, como en las mejores familias, haya uno que otro intento fallido, como ocurrió con cierto ex presidente de ingrata memoria.
Según las evidencias, Arnaldo Cogorno fue uno de los coordinadores más eficientes de Barrio Adentro en toda la república. Tanto así que fue el único que permaneció en el cargo desde el inicio de dicha misión hasta la fecha actual, cuando presentó su renuncia debido al nombramiento de una nueva Coordinadora Nacional que intenta reestructurar a fondo todo el programa.
Para sus amigos esta es una buena noticia pues deseamos que se incorpore a otras actividades que le permitan resaltar sus méritos como dirigente socialista ante la comunidad neoespartana. Ésta se encuentra huérfana de liderazgos propios, que ejerzan personas enraizada en esta Isla y con amplio conocimiento de sus problemas.
Desde luego los liderazgos no se decretan ni se imponen a la machimberra. Hay que ganarlos a pulso, con un trabajo diario, casa por casa, para conocer y auscultar cada inquietud de la población insular.
Esa tarea esperamos que la emprenda Arnaldo Cogorno en los próximos meses, como individuo de sensibilidad social y miembro del Directorio Regional del PSUV, obligado a tomar conciencia de las virtudes y fallas que presenta la obra revolucionaria en Margarita y Coche.
Sería ideal que todos los dirigentes del PSUV actuaran igual y de manera coordinada. Si no lo hacen, alguna vez deberán rendir cuentas ante esta colectividad que les ha otorgado su confianza sin ser correspondida como se merece.
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