Imposible parece que mal aconsejados y llenos de prejuicios combatan ustedes con tanto encarnizamiento el decreto presidencial para la creación de la Misión Vivienda, creación de más empleos, el desarrollo de la faja del Orinoco y el aumento del salario mínimo. Es una bufonada perniciosa lo que están ustedes haciendo.
La Mud lanzando su majunche para el 2012.
En cuanto nombremos a la Malinche Maricori para erigirle una estatua, no de bronce, como la del Libertador Simón Bolívar, sino de oro, que nos ha de sobrar, después de tratarnos como reyes. Venezuela que progresará de modo tan vertiginoso; admiración de propios y extraños; que más parecerá Suiza, que debe figurar a la cabeza de los primeras naciones del mundo, y figurará, no lo duden ustedes. ¡Ahí sí que saldremos de abajo!
Nos hacen falta muchas cosas, nos hace falta un gran palacio legislativo como el que tienen los gringos, porque no hemos de ser menos, para instalar en él una exposición permanente de nuestros diputados de la MUD, nos hacen falta museos como los de París, Florencia, etc., etc., nos hace falta un gran jardín botánico, tenemos, en fin, que acometer reformas que ponga a Caracas a la altura de las primeras capitales del mundo, a costa del hambre del pueblo, porque si no, ¿Cómo dormiremos tranquilos?
Así y sólo así seremos admiración de propios y extraños, y así sólo así se dará trabajo al pobre.
Los futuros señores de Venezuela, Maricori, el filósofo del Zulia, el Raronski, el gran Manolito, la Polar y sus compinches, llenos de amores a los pobres, se proponen ser sus padres cariñosos.
Ya sé que me dirán ustedes a esto que todas esas obras “ciclópeas” se harán con los dineros del pueblo, ya sé que me dirán que sí hoy viven aquí X trabajadores ganando 4 y gastan los 4, entonces acudirán de afuera al aumento de trabajo y, como el jornal medio no subirá y les costará la vida más, en vez de X que ganan 4 y gastan los 4, (serán millones, ¿Quién sabe?, tan colosales pueden ser los proyectos) que ganen 4 y gasten 6.
Pero esto son sofismas con que Carlos Marx y otros engañaron a los pobres obreros.
¡Ojalá todos los desgraciados que hoy trabajan en el cultivo de la ingrata tierra pudieran dejar el arado para dedicarse a trabajar en las fábricas de manufactura industrial o en las de tejidos para fracs y smokings, o en construcción de palacios riquísimos, en que el mal gusto acumule piedras costosas! Porque estos trabajos, produciendo mayor salario, producen más que la tierra.
¿Quién duda que Venezuela ganaría con poder mantener millones de trabajadores aunque a ellos y a todos sus moradores nos costase más el pan, el agua, el gas, la electricidad y el techo?
¿Acaso los aires mayameros y el espectáculo de sus lujosas calles nuevas nos mantendrían? No sólo de pan vive el pueblo.
La cuestión es dar trabajo y no abaratar la vida, y el que sostenga otra cosa es porque no ha meditado tan profunda y desinteresadamente como la Maricori y sus paniagudos en los problemas económicos, e ignoran que es un gran beneficio para el pobre abrir pozos aunque estos no den agua o poca, porque ganaran un jornal dándole a la noria. No combatan ustedes a la candidatura del trabajo, no confundan a éste con el juego, la tarjeta mi negra, la prima, el agio y el agiotaje.
Y sobre todo, tendría razón de ser la observación de que encarecerá la vida con tan portentosas obras, si no supiéramos todos que el magnánimo corazón de nuestra señora Maricori está dispuesta a pagarnos a todos nuestras deudas, y sus aliados se comprometen a aliviar las cargas de los pobres padres de familia.
Y sobre todo, ¿Quién ha dicho que no son de utilidad pública la serie de obras, digo negocios, que piensan emprender Maricori y compañía? Con ellas, digo con ellos, se llenarán los bolsillos esos señores y como sus bolsillos son, al parecer, de todo el pueblo, visto el interés con que reparten generosamente su dinero, al enriquecerse ellos nos enriquecemos todos. Con que así dediquémonos a padres de familia y a fabricantes de cerveza.
¿Abaratar la vida? ¡Mezquindad! ¿Encauzar el trabajo? Sofismas del compañero Chávez y los trabajadores que creen que si hiciéramos todos trabajo útil para el bien común, ni las ocho horas harían falta.
¿No gastar lo que no se tiene? ¿Y para qué es el crédito sino para gastarlo? ¿Para qué lo quiere Venezuela?
Y sobre todo ¡dudar del amor al pobre de los apóstoles de la candidatura del trabajo!
¡No volverán!
Hasta la Victoria Siempre. Patria Socialista o Muerte ¡Venceremos!
richardtaibo1971@gmail.com