Los representantes actuales de privilegio y de castas, siguiendo las órdenes del imperialismo, acuden con frecuencia, en busca de lugares comunes, a un darwinismo entendido a su manera, es decir, mal entendido. ¡Si viera el noble espíritu de aquel gran Darwin el abuso que se hace de sus luminosas doctrinas!
No hay dirigente “político” de la MUS, tinterillo antichavista, obispo de la iglesia católica, opinador de oficio o flabistan de los medios audiovisuales al servicio de la burguesía, o de los pasquines el NaZzi-onal o el Universal que no saquen de cuando en cuando a relucir la selección, el mejoramiento de la raza (así, como si se tratara de una ganadería de reses bravas) por la lucha libre, y otros cuantos principios mal entendidos y peor aplicados.
Y como quiera que parece ser en este falso darwinismo basan los más de sus argumentos, conviene vayamos indicando (que en unos medios como éstos otra cosa no consiente) la superficialidad y falsía de tales argumentos. Indicaremos ahora, a modo de programa, los principales puntos que nos servirán de temas de tales opinadores.
A cada momento oímos hablar de la adaptación al medio, suponiendo los politiqueros, opinadores y flabistanes mencionados que, los que llegan a capitalistas es en virtud de su mayor aptitud y superior capacidad. Olvidan que el pueblo evoluciona y cambia a su vez y que los que hoy son más aptos podrán ser mañana los inaptos, así como las cualidades que hicieron hace siglos de un hombre un héroe harían de él hoy un bandido. Los criminalistas han dicho más de una vez que muchos de los grandes criminales del oposicionismo trasladados a la Cafrería llegarían tal vez a caciques. He aquí un tema de reflexiones. Procuraremos sugerir a los lectores que las cualidades útiles y beneficiosas en la época del puntofijismo llegaron a ser dañinas, así como la iniciativa de un dictador absoluto perdería a un Presidente Constitucional.
Otra cosa que olvidan con harta frecuencia es la importancia de la asociación para la lucha, que hace que, uniéndose por sentimiento de solidaridad el sufrido pueblo venezolano, puede resistir y aun con el tiempo vencer a los fuertes. Es éste punto de una importancia tan capital, que por ahora no decimos más de él.
No hay cosa, además, que halague más la vanidad del que ha obtenido éste que atribuirse el mérito y ponerse engreído creyéndose más apto que los infelices que fracasan. Cuando se fracasa se culpa a la suerte, pero no se le agradece en el triunfo. Y, sin embargo, ¡qué instructivo es el estudio de la suerte! No hay tontería mayor que la de decir que la suerte no explica nada, que es una palabra vacía de sentido. Suerte llamamos a la resultante de un sinnúmero de circunstancias, independientes en gran parte de la voluntad.
Hay otro punto importantísimo, cada vez puesto más en claro, y que desconocen por lo general los politiqueros, opinadores y flabistanes en los mencionado medios; es el hecho de que junto a las especies progresivas y mejoradas, hay una inmensa multitud de ellas, según un verdadero retroceso, de una degeneración. Cada día se ve mejor el inmenso número de seres degenerados que han retrogradado. Lo son la enorme muchedumbre de los parásitos. Animales de cierta inteligencia y vivacidad dan con otros a cuyo arrimo pueden mantenerse, se les incrustan, se alojan en ellos, toman de ellos su alimento ya preparado y, como no tienen que ingeniarse para hallarlo y se encuentran muy a gusto, se les va atrofiando la inteligencia y casi todo lo que no sea el estómago y sus dependencias y anejos. Así acaban de convertirse en un saco membranoso, en animales-estómago, totalmente estúpidos. De este instructivo fenómeno, descrito en varios trabajos de biología, no debemos preocuparnos lo encontramos en la vida diaria del escualidismo. Entonces trazaremos un paralelo entre el animal vivo, ágil, despierto, que lucha hasta agarrar a otro cuya sangre chupa, procrea allí y acaban sus descendientes en convertirse en saco membranoso, sin más inteligencia que el estómago, y la casta del burgués que, empezando por el empresario activo y de iniciativa, acaba en el importador parasito-accionista, sin mucha más inteligencia que la precisa para contar la ganancia. La biología de este cisticerco, de esta trichina es curiosísima.
Por aquí, por aquí les viene la muerte. Una vez instaurado el estado burgués para explotar al pueblo, cambian las cualidades que se exigen para cumplir con él. Sucede como con un comercio cualquiera; para instalarlo y darle clientela hace falta iniciativa, que llega a brutal, audacia, arrojo, muchas veces poco escrúpulo; para sostenerlo, espíritu de trabajo, asiduidad, verdadera honradez. Los mismos que han elevado una empresa la han hundido por no saber conservarla. Así surgió la clase media, la burguesía, para acabar con los privilegios antiguos y elevar el régimen industrial moderno, sólo que hoy, cegado por igual ceguera que la que perdió al mantuanaje forjador de la nacionalidad, se empeñan en conservar a todo trance sus privilegios y cierran los ojos a la luz. No quieren ver que, dueño el pueblo de potentes medios para hacerse cargo de la producción y la distribucción, no quieren ver que están condenados a morir como clase.
Terminaremos este artículo con una observación digna de meditarse. Todos esos que invocan torpemente el nombre de Darwin para cubrir sus falacias, olvidan que si bien hay que acomodarse al ambiente para vivir, cabe acomodar el ambiente a nosotros, y que esto último da al pueblo su preeminencia. La adaptación es mutua, nos adaptamos al medio en que vivimos y lo adaptamos a nosotros. El pueblo va haciendo “sui vivir viviendo”. Este forma parte del socialismo, conocerlo y como aprovecharlo. Y lo mismo sucede con el pueblo; hay que acomodarse a él, pero trabajar para acomodarnos todos. Porque no hay nada que revele mejor la podredumbre de la clase burguesa y la ceguera de entendimiento que exclamar a todas horas: ¡resignación!, ¡resignación! Es el consejo del amo al esclavo, el del parásito a su presa.
“Aprended, hermanos míos, a pelear apeados. Apeaos de la mula rabiosa y terca que os lleva a su paso de andadura por sus caminos de ella, no por los vuestros, y míos, no por los de nuestro espíritu, y que, con sus corcovos, dará con vosotros en tierra. Apeaos de esa mula, que no nació ahí ni ahí pasta, y vamos todos a la conquista del socialismo”.
Y…Seguimos con la misma Venezuela burguesa, corrupta y consumista, la economía, la salud y la educación la manejan las mismas mafias desde hace 500 años. Y seguimos hablando de socialismo.
¡Gringos Go Home!
¡Libertad para los cinco héroes de la Humanidad!
Hasta la Victoria Siempre y Patria Socialista.
¡Venceremos!
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