El país conoció la fogosidad de Iris Varela en los días constituyentes. Suya fue la tesis de un parlamento unicameral. Su verbo fue trueno y relámpago -voz y luz- frente a los golpistas en Fuerte Tiuna, aquel abril de 2002. En la Asamblea Nacional, enfrentó los puntapiés del hoy gobernador de su estado, César Pérez Vivas. Ahora resiste la más brutal campaña mediática por su firmeza ante la situación penitenciaria. Los pranes de la comunicación no le perdonan que les abortara sus planes.
2. Cine de selva
El candidato creyó y juró descubrir el Amazonas. Empenachado de cacique, prometió un sueño que Chávez ha hecho realidad: la demarcación de las tierras indígenas. Los apaches llamaban renegados a los traidores. Los aztecas sufrieron su malinche. Capriles encontró el Guarulla que lo infiltrara en los pueblos ancestrales. Con su espejito majunche o espejunche, ahora sueña instalar sus salas de Cinex en el Tobogán de la Selva. Como el dinosaurio de Monterroso, el conquistador sigue allí.3. Bien cocido
Al candidato desencuestado lo tienen montado en la olla para raspárselo. El léxico culinario ya lo anunciaba. Ayer, Ramos Allup lo llamó lechuguino, que es algo menos que una lechuga. Ahora el inefable Poleo lo tilda de chayota, “a la que cada uno le pondría su propio sabor”. Un alarmado Franceschi se queja de que “estamos fritos” con la actual conducción. En el fogón de la Mud cuchichean que el candidato “no cuaja” y calificaron el plato de “huevo sin sal”. Llamen a Scannone.
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