El candidato Capriles firmó un documento que es su compromiso como eventual presidente de Venezuela en el supuesto de ganar las elecciones. Allí se expresa detalladamente la autonomía del Banco Central de Venezuela y de la empresa petrolera PDVSA. Es una propuesta irritante por la terquedad de aplicar mecanismos económicos que están llevando a la pobreza a toda Europa, luego de haber dejado una costra de miseria en toda Latinoamérica. Entre los argumentos de los redactores del documento, señalan con horror la inflación que se encuentra por el orden del 27%, aunque reconocen que es un poco inferior a la del año pasado. Sin embargo, obvian que el promedio de inflación en la década comprendida entre 1989 a 1998 fue de un 52%, en contraste con la década siguiente de la revolución, entre 1999 y 2010, que se redujo a 21%.
En el programa de gobierno de Capriles se argumenta que el sector empresarial está aterrorizado por la inflación de este año, de ser verdad, imaginamos que en la última década de la cuarta república ese sector empresarial privado debió haberse suicidado porque la inflación estaba diez puntos porcentuales más alta. Un elector responsable debe saber que el tratado de Lisboa impide al Banco Central Europeo prestar dinero al Estado a una tasa preferencial ante cualquier crisis económica, por ejemplo, Gracia no puede pedir prestado al BCE para atender su crisis económica, sin embargo, el BCE puede prestar dinero a la banca privada con un interés del 1%, y luego estos bancos le prestan el mismo capital a Grecia a un interés de hasta el 20%. Ello sucede porque la banca tiene autonomía y ningún control por parte del poder político. Pero la propuesta de Capriles va más allá, en el artículo 408 del programa de gobierno, proponen prohibir al BCV financiar gasto público.
La pregunta obvia, es qué ente financiero financiaría entonces el gasto público, y el jefe de campaña de la MUD, Armando Briquet, en una entrevista con el canal de televisión colombiano RCN responde que podrían adoptar algunas medidas del Fondo Monetario Internacional. Briquet no estaba hablando paja, en el documento expresan en el artículo 403, que al nuevo gobierno le tocará informar a la banca internacional, y a la comunidad financiera internacional la situación de las finanzas públicas, la planificación fiscal del nuevo gobierno y sus necesidades de endeudamiento. Capriles advierte que él jamás le quitará las viviendas entregadas por Chavez a los venezolanos, no tendría que hacerlo, primero porque es casi imposible su victoria, segundo porque lo haría la banca privada, ya que eliminaría todo tipo de control o regulación a la banca, y se fijarían nuevas tasas de interés, así como también abrirle participación a la banca privada al sector inmobiliario. De paso eliminarían los subsidios de vivienda. Para lograr ese propósito, tendrían que desmontar la estructura legal que ha construido el Estado para regular la banca en una Asamblea Nacional en franca minoría. Imagine el lector un ciudadano que está pagando su casa a 20 años a una tasa de interés a 10%, y que en el año 2013 le digan que debe pagar su casa en menos tiempo y a una tasa de 20%, o incluso que deba pagar intereses sobre los intereses como lo hacían con el mecanismo de la ¨cuota balón¨.
Imagine el lector que sean muchos ciudadanos en esa situación, ¿cree usted de verdad que la gente aceptará las nuevas reglas de juego de la banca privada con un Capriles en Miraflores?. La oposición sabe que no, y por eso dicen que algunas medidas díficiles, pero necesarias, provocarán algunos impactos políticos que con el tiempo irán aceptando. Impacto político puede traducirse en una explosión social que deberán reprimir como en los tiempos del Caracazo. Algunos seguidores de Capriles ignoran esto, jamás han leído el programa de gobierno y creen en la oferta engañosa de la oposición. Hay un camino al abismo con la MUD y otra de sus maquiavélicas intenciones es la autonomía de PDVSA, de la cual escribiré en la próxima entrega advirtiendo desde ya, que se trata de una idea que avergonzaría a Lucifer.
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