La Burguesía necrofílica

Como podría esperarse del amor a lo macabro. La crueldad es uno de los mayores placeres de esta burguesía necrofílica y su perversión morbosa con los muertos, con lo cual se regocijan más que si un nuevo cuerpo santo hubiera resucitado. Yo temo que la decadencia de éste sueño se les haga cada vez más difícil a la no adhesión a un credo combatiente, solidario, probablemente, estas diversas clases tendrán que unirse en una sociedad secreta. Hay de todos modos, el consuelo, de que la persecución de la opinión tiene un admirable efecto sobre el individualismo. Y parece probable que, sí las viejas ortodoxias decaen, surjan nuevos códigos rígidos de las necesidades de conflicto.

La burguesía al renegar de la Patria y de los principios humanos, lo hace de la manera más cobarde, más ruin y más embustera y bajo la presión de una conciencia culpable, que entorpecen todo movimiento, o se viesen arrastrados a levantamientos aislados, irreflexivos y estúpidos, o bien que la dirección de la insurrección cayera en manos de unos enajenados, como ocurre en la mayoría de los casos. Así pues, al pasar a los hechos, los gritos antirrevolucionarios de los radicales se tradujeron en medidas para soliviantar los ánimos de sus correligionarios, en levantamientos condenados de antemano al fracaso o en la adhesión al imperialismo dragante, que, además de explotarlos ignominiosamente para sus fines, los trata a patadas. Lo único que queda en pie de los llamados principios de la anarquía de estos grupos necrofílicos, ha sido la dispersión sin tasa y sin sentido.

Los pequeños burgueses, los rojo-rojitos y los pequeños pulperos trabajan con toda su energía, para despojar al pueblo de toda ilusión sobre la ideología socialista y nada prueba mejor la mala fe que la expulsión, como defensores de la propiedad individual, de los mismos individuos que ellos anatemizan a causa de sus ideas. El vestido tejido con los hilos de araña de la especulación, bordado de flores retóricas y bañado por un roció sentimental, ese ropaje fantástico en que los rojo-rojitos y la burguesía envolvieron sus descarnadas “verdades eternas”, no hizo sino mermar la demanda de su mercancía entre semejante público. Procuremos, pues, traer de nuevo al buen camino a cuantos hasta ahora encauzó en ese sentido sus aspiraciones, no miremos demasiado el ayer y convenzámonos de que las formas del viejo mundo capitalista que cohíbe el espíritu del corazón humano no podrán ser trasplantadas al mundo nuevo; no, eso no es posible.

Ese envenenamiento ideológico ha tenido las peores consecuencias para los intereses de la clase trabajadora y para el desarrollo del Proceso Revolucionario. En una palabra, los oposicionistas nos dan un ejemplo insuperable de cómo no debe hacerse una revolución. La conmoción revolucionaria que experimentó Venezuela durante estos años es también una revolución de las conciencias. Las mayores posibilidades de difusión oral y escrita del pensamiento Bolivariano y chavista, la incesante problemática de la vida política y social, dieron lugar a la cristalización de diversas corrientes del pensamiento.

Pensamos no sólo ni siquiera principalmente en los efectos deliberados del conocimiento, sino también y más particularmente, en el conocimiento como fuerza natural que produce resultados inesperados y beneficiosos. Y que no está lejos el día en que sólo por medio de una reforma social mejoraremos nuestra forma de vida. Sí el socialismo se convirtió de este modo en un arma en manos del pueblo contra la burguesía y los rojo-rojitos, representa directamente, por otra parte, un interés reaccionario, el interés del pequeño boliburgues. La clase de los pequeños burgueses, legada por el siglo XVIII, y desde entonces renaciendo sin cesar bajo diversas formas, constituye para la burguesía venezolana la verdadera base social del orden establecido.

“Ya que todos tenemos las mismas necesidades y las mismas facultades, pues que no exista más que una sola educación, que un solo sustento. Nos conformamos con un mismo sol y un mismo aire para todos: ¿Por qué la misma cantidad y la misma calidad de alimentos y vida social no bastarían a cada uno de ellos?”

¡Gringos Go Ho me! ¡Libertad para los cuatro antiterroristas cubanos héroes de la Humanidad!

¡ChávezViviráPorSiempre!

¡Patria Socialista o Muerte!

¡Venceremos!


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Manuel Taibo


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