MUD, estrategia fallida

Capriles, ungido por bandos celestiales de vándalos, ha recorrido el país visitando cada uno de los municipios con mayor relevancia electoral, condición que los convierte en puntos claves en al momento de los comicios presidenciales. Porque es que este sabio desgobernante mirandino y sus asesores, entre ellos Aveledo, se les metió en la cabeza hacer creer a la gente que con los resultados del 8D se aprobaría o desaprobaría la gestión global del proceso revolucionario encabezado por Nicolás Maduro. El fin estratégico es elemental: que el pueblo establezca conexión con el evento electoral de abril y le dé al 8d también carácter nacional. Por ello Capriles al llegar a Maracaibo, le levanta la mano a Evelin, y de inmediato arremete contra el Presidente Maduro y desdice de su gestión, y por supuesto, elude hacer propuestas para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la ciudad, pues cuanto más oculten los desmanes de esa gestión municipal es mejor para sus causas. Pero es que además de querer darle un perfil plebiscitario a las elecciones locales, el recorrido del equipo opositor, busca la cohesión entre los grupos que integran la mesa de la unidad, fragmentada después de las primarias y desde mucho antes, así como también interferir y dislocar la agenda política nacional que ha impuesto el Presidente Maduro, la cual dejó muy atrás los ecos de impugnación electoral y la solicitud de bloqueo internacional a Venezuela que hiciera la oposición. Hoy, sobre todo por las dudas que actores principales de la oposición quisieron establecer en la población después de los resultados electorales de abril, la agenda política es del gobierno, Maduro tiene Ley Habilitante en mano. Y es por esa razón que en diciembre, el chavismo tiene que ganar y bien porque la lucha no termina allí, por cuanto el próximo año serán las elecciones para diputados y diputadas a la Asamblea Nacional, que aunque tampoco pueden darle carácter plebiscitario y de hacerlo será también estrategia fallida, la correlación de fuerzas que se establezca en el Parlamento, si es mayoritariamente chavista, podrá impulsar los cambios requeridos, de lo contrario, estaríamos ante un escenario de incertidumbre para la revolución, aunque tengamos más organización popular que en dos mil dos. Por tales argumentos, hay que trabajar duro para ganar y ganar bien el 8D; y luego de las victorias que obtengamos en los municipios, debe ser una obligación revolucionaria administrarlas con cautela, y trabajar mucho en la gestión así como en la formación de la tan mencionada y anhelada construcción de la Nueva Ética Socialista. ¡Venceremos!


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Aquileo Narváez Martínez


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