Tarjeta roja para los guarimberos

Mas que tarjeta roja, los guarimberos deben ser expulsados del juego y juzgados con todo el peso de la ley para que no sigan haciendo daño a Venezuela, particularmente a la ciudad de San Cristóbal, donde la violencia huele a cebolla. La oposición y sus malvados guarimberos, vienen jugando sucio desde hace unos cuantos años y cada vez que pierden una elección quieren incendiar y acabar con el país. De allí que no son nada democráticos, sino que sus bajas pasiones las desbordan en la miseria de la lucha política, donde son malos perdedores.

Entendemos que desde hace quince años la revolución les ha ganado todas las elecciones presidenciales y eso, por supuesto, le ha causado una terrible frustración que los ha llevado a cometer todas esas locuras de saqueo, muerte y destrucción a lo largo y ancho del país, donde han desahogado sus penas y sus llantos. En el caso de la ciudad de San Cristóbal, la nefasta oposición ha ganado siempre y los revolucionarios hemos respetado esos resultados, esa voluntad de los electores del municipio. Nadie ha salido a quemar la casa de Voluntad Popular, ni Primero Justicia, ni la de Copei, ni la AD. Tampoco hemos salido a pedir la renuncia de la alcaldesa recién electa porque nos da la real gana. No, somos respetuosos del poder electoral y nos desmarcamos de la violencia irracional y de cualquier acto que atente contra la vida y la tranquilidad de la gente.

En cambio ellos, es decir los miserables guarimberos, los niños de pecho, los de las pijamadas, los que juegan sucio, no respetan nada y con esa conducta delincuencial usan las bajas pasiones para dañar y cometer actos vandálicos y terroristas, los cuales deben ser castigados con todo el peso de la ley, tal como ocurrió con Nerón, quien incendió la ciudad y luego pretendió dárselas de “Angelito Yonofuí”, cuando realmente es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario, pero el caso de Nerón, es culpable hasta en el olor, porque huele a cebolla.

La nefasta oposición inició su “mundial” de violencia el 12 de febrero, con 23 municipios participantes, donde sus equipos guarimberos instalaron barricadas en sus calles y avenidas. En cada municipio los equipos tenían sus propios nombres, entre los cuales destacan “los sucios”, de la ciudad de San Cristóbal, porque utilizaron la basura como portería en sus respectivas barricadas. También están “los sanguinarios”, que utilizaron guayas para asesinar a la gente inocente. Igualmente, sobresalen “los metrolocos”, que descargaron sus bajas pasiones quemando autobuses del Metro de Caracas.

Muchos de esos equipos de guarimberos violentos no llegaron a los “cuartos de final”, porque fueron derrotados por la ley, y los que llegaron a la final también fueron derrotados por el juego limpio del gobierno revolucionario, quien con mucha táctica y estrategias no cayó en la trampa que le había montado el fascismo. Nada de violencia ni trampas. Queremos una Venezuela en paz y así lo ha entendido todo el pueblo, quien ahora disfruta sus partidos de futbol, incluso los miserables y detestables guarimberos también juegan su quiniela. Durante un mes y tres días, la ciudad de San Cristóbal estará sin guarimba, sin violencia irracional, porque los niños de pecho quedarán pegados a la pantalla gigante, cual angelitos caídos del cielo. Ojalá no le lancen una piedra a la pantalla e incendien el televisor.


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Eduardo Marapacuto


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