Una muy bien pensada y planificada estrategia política informativa cobra cuerpo en el ámbito de la oposición. Campaña del miedo y el terror dirigida a encauzar comportamientos y decisiones.
Por un lado destaca la supuesta intención de dialogar, el apoyo a la mediación y la invitación a presidentes de la región al rescate de la democracia y restitución de los derechos. Por el otro, la procura de más firmas de apoyo a la transición, acuerdo al que se adhiere la asociación de “Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio”. Por si las dudas, expertos aclaran que la palabra "transición" no se puede utilizar para decir que se busca un golpe de Estado y precisan que, en politología, el término apunta hacia la democracia.
Desde medios y redes claman estar sometidos a persecución y encarcelamiento, víctimas de feroz represión contra la disidencia. Cizañeros afirman que “el endeble régimen de Maduro” ha perdido el apoyo de aliados internacionales como Correa y Morales.
Se denuncia intensificación de la ofensiva contra jóvenes y opositores. La muerte de liceísta en Táchira no sería un caso aislado y lo relacionan con otros seis estudiantes ajusticiados que “habrían sido torturados en cuarteles del país”. Irresponsablemente se asevera la existencia de escuadrones de la muerte conformados por funcionarios de las policías regionales.
En ese clima de terror, se preparan para las parlamentarias y provocativamente acuerdan por consenso que los perseguidos políticos sean candidatos. La Fiscalía aclara que Leopoldo López no puede ser postulado al Parlamento por estar inhabilitado hasta 2017. Realizan un foro económico en el que se vaticina más tensión por falta de decisiones y temor ante un estallido social.
La indiferencia ante acusaciones y pruebas de atentado golpista, recibe el repudio oficial y se lo califica como “silencio de la derecha hace mucho ruido”. El presidente Maduro denuncia una guerra mediática contra el pueblo y señala a dueños de medios privados del país de “reincidir en los planes conspirativos del 2002”. Insta a dar la batalla de las ideas a través de la movilización permanente del pueblo en la calle.
En tales circunstancias, arriba al país la Misión de cancilleres de Unasur con la intención de "fortalecer la democracia y el diálogo".