Soñando que entrevistaba a un viejo candidato de la oposición venezolana que llamaron “el caudillo” y que luego lo abandonaron todos sus aduladores y “fieles” seguidores para formar el tristemente célebre y ampliamente derrotada “TOCONCHA”. El otrora caudillo en ese sueño nos reveló sus pensamientos: -“Si yo fuera pendejo y quisiera hacer otra vez el ridículo de lanzarme como candidato de esta incompetente oposición venezolana, creo que tomaría en cuenta varias cosas antes de enfrentarme a una candidatura imbatible como la del presidente Chávez
1) Tomaría la precaución de no reunirme con el Bachiller Manuel Rosales y mucho menos en su propio terreno, ya que según me cuentan por allí, la gobernación es la segunda financista de la gente de Súmate, la primera es la embajada de los Estados Unidos, esta es la misma gente que me traicionó cuando me imaginaba ya como primer mandatario del país. Como diría mi mamá: ¡Uh, zamuro cuidando carne!”.
2) Trataría de no andar mucho por los lados de Altamira, ya que esta plaza no ha escapado de la influencia de los Chavistas. Me he enterado que se realizaron mesas de dialogo contra la violencia entre oficialistas y oposicionistas, violentando así el “Sacrosanto” terreno del más puro golpismo. Eso demuestra que la oposición venezolana no convence ni a su gente mas radical.
3) Evitaría todo contacto con la gente de Primero justicia, para que no me confundan con esos neo-Yupies del este de Caracas que se sientan en los cafés al aire libre con las piernas cruzadas de una forma poco convencional y ademanes finos, hablando con voces destempladas del ansiado día cuando el este de la capital se convierta en territorio autónomo y liberado, asociado a los Estados Unidos.
4) Ignoraría todas las convocatorias que me hicieran para reunirme con los otros candidatos de la oposición, especialmente con Teodoro Petkoof, porque todavía en mucha gente esta vivo el recuerdo de su pasado calderista y neo-liberal. Al pueblo no se le olvida que en este tiempo fue cuando le saquearon las prestaciones sociales a los trabajadores y a las trabajadoras de nuestro país para congraciarse con el Fondo Monetario Internacional y con las grandes transnacionales.
5) Huiría de todo contacto con el comando de la resistencia, antigua coordinadora democrática, por pavosos y por ser mala influencia en todos los comicios electorales. definitivamente no me reuniría con esos perdedores y perdedoras reincidentes y decadentes.
6) Rechazaría todas las invitaciones de los programas de opinión de Globovision, Venevision. Radio caracas televisión, y de todos los canales o emisoras de radio pertenecientes al circuito de la JEMTTV , o Jinetery Escualidan Media Terror Television, por sus siglas en spanglish mayamero. Porque cada vez que un candidato o candidata de la oposición se presentan en esos programas, pierden puntos en las encuestas.
7) Tomaría distancia de Julio Borges, que me recuerda a uno de los muñecos de los Mopets, o muñecos de fieltro de la Tv norteamericana, que les meten una mano por la parte trasera de abajo y que otros hablan por ellos, que incomodo debe ser vivir así la vida.
8) No iría con los adecos ni a la esquina, pero ni a misa, ni con los copeyanos, ni con los masistas y demás animales políticos de oposición con todo tipo de uñas y pezuñas. Preferiría apoyar al presidente Chávez, porque ese es el ganador imbatible, y porque sé que el no me traicionaría nunca.
Menos mal que no soy candidato de la oposición venezolana, porque tendría que vivir disociado de la realidad que me rodea y tendría que aceptar las exigencia de la gente de Súmate, los itinerarios del embajador norteamericano y los malos chistes del Bachiller Rosales, que le enseñó Nelson Bocaranda y que además se los anotó en una libreta para que los tenga a mano para cualquier ocasión. Tendría que calarme los eternos discursos de Teodoro acerca de un “socialismo” de derecha y neoliberal y de las hazañas vividas con el expresidente Rafael Caldera, al cual disfrazaban de Rambo sin que el tuviera voluntad para evitarlo, para regalar las fotos a la dirigencia política de la desaparecida Convergencia. Por si fuera poco tendríamos que hacer marchas y mítines con una asistencia Entre 50 o 100 personas y tener que decir que cuando arranque mi candidatura subiré las encuestas. Mejor seria que me ponga a cantar fraude desde ahora mismo y así me evito muchas desilusiones, traiciones y cansancio”.
El sueño terminó tan rápido como comenzó, ojala y la próxima vez sueñe con Irene Sáenz. Me gustaría entrevistarla, aunque fuera en sueños.