Bolívar amulatado

En esta diatriba política necesaria y endémica por la alta densidad del proceso social que vive Venezuela, se pudiera afirmar que la guerra sin las armas se consolidó de una manera colectiva en la sociedad. Y no puede ser de otra manera, en nuestro país se reactivó y masificó la participación en el debate público sobre los temas de interés social a raíz del triunfo del Comandante Chávez en las elecciones de 1998. Es un hecho irrebatible, hoy el común de las personas opina y tiene un concepto del tema económico, los problemas educativos, culturales e incluso de los asuntos internacionales.

Con la alocución del Presidente Nicolás Maduro en su mensaje anual ante la Asamblea Nacional, se produjeron naturalmente diferentes críticas y opiniones, reacciones ante importante momento donde el primer mandatario de la República Bolivariana de Venezuela, expresó las líneas económicas a seguir en estos cruciales momentos de crisis identificada por la baja de los precios del petróleo, inflación, guerra económica, improductividad, corrupción y gestiones erróneas que han catapultado los fenómenos de la carestía y escasez de productos de consumo básico.

Se hace necesario darle estabilidad a la economía venezolana, es urgente, pues son los pobres los más afectados y hay que hacer volver a su cauce este río crecido que se convierte ya en una vaguada insostenible. Producción agrícola en los campos, desarrollar siembras en torno a las ciudades, volver a los huertos familiares que solucionaban necesidades alimentarias, sembrar en escuelas, liceos y universidades, es una alternativa de inmediata operatividad.

El pueblo de Venezuela quiere soluciones, la retórica debe quedar a un lado. El Presidente Maduro llama a fijar metas nacionales para asegurar el desarrollo económico, como indica en un fragmento de su discurso del sábado 16 de enero: "En el año 2016, tenemos que fijarnos grandes metas nacionales para el trabajo, la prosperidad, el desarrollo económico, la paz política, la unión de los venezolanos, grandes metas que preserven la vida constitucional de la nación y hacia allá van dirigidos todos nuestros esfuerzos".

¿CUÁL BOLIVAR CLÁSICO?

Es necesario comentar la intervención del Presidente de la asamblea Nacional, Henry Ramos Allup referido al retiro de la imagen del libertador del parlamento. Este diputado insiste en que el Simón Bolívar que él conoció es el clásico, europeo, como el elaborado por Gil de Castro. Existen muchas interpretaciones del rostro del Padre de la Patria y posaron muchas personas para crear sus facciones y características, por lo que hurgar en la iconografía de Bolívar es encontrarse con una variedad muy abundante en la idea de cada uno de los artistas de la pintura dedicados a buscar un rostro exacto y real.

Traigo a colación un párrafo del artículo de Carola Chávez titulado "el Bolívar clásico": "Recuerdo el Bolívar clásico que le gusta a Ramos Allup. El padre de la patria reducido a una estatua cagada de palomas, en medio de la plaza que lleva su nombre…el Bolívar clásico, blanco, y perfilado, con la mirada vacía, bien lejano de lo que somos…" Ramos Allup odia al amulatado Simón Bolívar producto de la investigación científica, porque él se siente tan blanco y racista, que Hitler lo hubiese puesto como ejemplo de pureza para la raza Aria.



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Orlando Balbás

Prof. en Ciencias Sociales. Magister en gerencia educativa. Jubilado del MPPE.

 orlandobalbas27@gmail.com      @orlandobalbas

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