Los partidos de oposición en Venezuela, así como una caterva de ONG, anhelan desesperadamente que nuestro sistema electoral se inspire en el modelo mexicano. Desde luego en aquel país el Instituto Federal Electoral (IFE) no está dotado de una parafernalia extravagante que incluye máquinas electrónicas, o sea computadoras para votar y aparatos capta-huellas para establecer la identificación del elector y evitar que vote dos o más veces. Tampoco se requiere la presencia de observadores extranjeros (Centro Carter, la OEA y la Comunidad Europea) para que atestigüen la idoneidad del proceso.
Lo único lamentable es que en México no actúe Súmate, financiada por los gringos para revisar el padrón electoral y hacer elecciones paralelas.
Ningún periodista extranjero inquirió quién diablos nombra a los directivos del IFE. Poco importa si son cuates del alma del candidato del PAN o si fueron designados de común acuerdo entre éstos y los congresistas del PRI, lo cual constituiría una combinación como las que hacía la dupla AD-Copei cuando aplicaban el “acta-mata-voto”.
Hasta ahora, 24 horas después de las elecciones, no he escuchado a nadie señalando que el método mexicano es inadecuado y facilita los chanchullos electorales.
Sin embargo el candidato izquierdista de oposición, Andrés Manuel López Obrador, denunció la falsedad de la información emitida por el IFE, cuya parcialización resulta obvia. De arrancada le atribuyeron ventaja al candidato del gobierno, poniéndolo a ganar con un 40%, contra 33% de López Obrador. Luego comenzaron a rebajar la diferencia, pero siempre manteniendo al candidato del PDR por debajo del oficialista.
Resaltaron las victorias del PAN en las gobernaciones de Jalisco y otros estados por márgenes inferiores al 40%, mientras minimizaron el triunfo del PDR en el Distrito Federal con un apabullante 52% confesado por el propio IFE.
Todo indica el triunfo de López Obrador y el intento del PAN por aplicar los mismos métodos que antes impusiera el PRI. O sea, que Jalisco nunca pierde y cuando pierde arrebata.
Si la oposición insiste, el IFE pudiera asesorar al CNE venezolano.
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